Una pareja hispanoamericana que no encuentra piso en Ourense porque, cuando escuchan su acento por teléfono, las inmobiliarias le niegan el acceso. Una familia senegalesa sometida al acoso de su vecino con el objetivo de que cambien de vivienda. Un joven frenado por la policía en la calle por su color de piel que, un día más, agacha la cabeza ante unas miradas de desconfianza a las que no se acostumbra.
Son algunas de las 309 denuncias registradas por SOS Racismo en 2016 que, según la organización, dan cuenta del “racismo diario” sufrido por las personas racializadas en el Estado español. A través de su informe anual, la ONG realiza una fotografía de las diferentes formas de discriminación de las que tuvieron conocimiento a lo largo del año pasado.
“La discriminación va más allá de los delitos de odio, sino que es más amplia, por lo que hay que poner el foco en ese racismo cotidiano: la denegación de entrada en las discotecas por tener determinado color de piel, la falta de acceso a la vivienda, o los insultos racistas”, denuncia Mikel Mazkiaran, secretario general de Sos Racismo.
En la actualidad, asegura Mazkiaran, “no existen herramientas legales” para atajar estas conductas, por lo que Sos Racismo exige la elaboración de una ley integral contra la discriminación, que ataje el racismo en todos sus niveles.
“Pedimos a los grupos políticos que se pongan de acuerdo y aprueben una ley integral que aborde la discriminación y la igualdad de trato desde diversos ángulos”, insiste el secretario general de la organización.
En primer lugar, la ONG asegura que un 26% de las denuncias recogidas están relacionadas con el “racismo instucional”, es decir, las diferentes formas de discriminación derivadas de las normativas o funcionamiento de la propia administración.
Estas se representan, describen, en las situaciones de discriminación derivadas de los Centros de Internamiento de Extranjeros, los trámites de extranjería o determinadas actuaciones de los cuerpos de seguridad, como los controles de identificación por perfil étnico.
Las agresiones racistas se sitúan como la segundo motivo de denuncia en las quejas a las que ha tenido acceso la ONG, seguida de los problemas con las fuerzas de seguridad pública, denegación de acceso a servicios públicos, discriminación laboral o denegación de acceso a servicios privados.
Durante 2016, se ha registrado un aumento del 30% en el número de denuncias recogidas por la ONG. En este sentido, desde Sos Racismo explican que “ciertos actos racistas que sufren las personas día a día comienzan a verse como una anomalía a denunciar”. No obstante, lamentan que “ciertos casos de discriminación siguen permaneciendo ocultos, bien porque se sigue normalizando o por el desconocimiento de las víctimas”.
Bajo índice de denuncias en los tribunales
Sos Racismo ha llamado la atención sobre las causas del bajo índice de denuncias por racismo registradas en los juzgados. De los 46 casos en los que la ONG “veía posibilidades” para ser tramitados por la vía penal, los denunciantes han rechazado acudir a los tribunales, en ocasiones debido al “temor a una contradenuncia”, han destacado desde SOS Racismo.
“Las dificultades de la interposición de una denuncia son derivadas de la actitud del denunciante, pero también hay dificultades de orden procesal o administrativo que deberían corregirse si se quiere potenciar los bajísimos índices de denuncias que se realizan por actuaciones discriminatorias”, señala el informe.
Desde SOS Racismo han recordado que las 309 denuncias registradas el año pasado son una pequeña muestra “de una realidad que debemos poner encima de la mesa para pensar soluciones”, ya que se trata de las actos racistas que han llegado a sus seis delegaciones territoriales. “Son 309 denuncias pero este año yo o cualquier persona racializada hemos podido sufrir otros 300 actos racistas durante este año contra nosotros mismos”, recuerda Moha Gerehou, presidente de Sos Racismo Madrid.
Preocupación por aumento de racismo tras atentados
Sobre el perfil de la víctima de discriminación en España, la mayoría de personas que han denunciado sus casos ante Sos Racismo el año pasado eran hombres de origen subsahariano. “La comunidad negra ha sido la más atacada en 2016, según estos datos, pero hay que estar pendientes de una escalada de las agresiones al colectivo magrebí tras los atentados de Cataluña”, recuerda Gerehou.
En este sentido la directora de SOS Racismo Catalunya, Alba Cuevas, ha afirmado que, tras los atentados, recibieron un aumento de las denuncias relativas, sobre todo, a “comentarios en las redes sociales, noticias en medios de comunicación, y pintadas en fachadas de asociaciones de musulmanes o lugares de culto”.
Aunque asegura que todavía es pronto para realizad un análisis cuantitativo, Cuevas ha mostrado su preocupación por la “criminalización del colectivo” desde “determinados discursos políticos” como de las actuaciones policiales en el marco de la lucha antiterrorista.