Los suspensos de España y el resto de países que acuden al examen en la ONU sobre la agenda contra la pobreza
Desde el 9 de julio, Nueva York está siendo el epicentro de los debates sobre las tareas pendientes y los avances en la agenda de Naciones Unidas para la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible firmada por los dirigentes mundiales en 2015. Este miércoles, España se someterá por primera vez al examen voluntario ante el Foro Político de Alto Nivel para presentar los pasos que ha dado desde entonces para avanzar en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Cerca de 60 personas conforman la delegación española que asistirá al foro, una suerte de Asamblea general del desarrollo sostenible en la que intervendrán los ministros de Asuntos Exteriores y de Transición Ecológica, Josep Borrell y Teresa Ribera, así como Cristina Gallach, alta comisionada para la agenda 2030. Durante la exposición, que durará unos 15 minutos, los representantes presentarán un plan de acción que el nuevo Gobierno ha tenido que rehacer en pocos días y en el que se compromete a tomar medidas encaminadas a cumplir con los ODS, entre ellas elaborar una Estrategia de Desarrollo Sostenible.
Los datos evidencian que aún queda mucho camino por recorrer para cumplir los objetivos en el horizonte marcado en 2030. A punto de cumplirse tres años de la firma de la agenda, España acude al examen sin aprobar ninguno de los 17 objetivos, según el índice anual de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, impulsada por Naciones Unidas. Se trata de un análisis que complementará los resultados obtenidos por los 134 indicadores que España va a utilizar para medir los niveles de cumplimiento y serán presentados este miércoles en Naciones Unidas, que ha recomendado un total de 232 indicadores.
El informe, que ha sido presentado este martes en Nueva York, evalúa el nivel de cumplimiento de los ODS con un código de colores del semáforo que incluye el verde, si el país ha alcanzado un umbral del objetivo y se cumplen todos los indicadores que lo componen; amarillo, si hay avances pero no suficientes; naranja, si los progresos son escasos; y rojo, el peor escenario, en el que el país se encuentra lejos de la meta acordada. Se basa para ello en estadísticas nacionales e internacionales, como las publicadas por organismos como el Banco Mundial o la OMS, centros de investigación y las ONG.
En el caso de España, son cuatro los “rojos” obtenidos con bajas puntuaciones: en innovación (ODS 9), consumo y producción responsables (ODS 12), cambio climático (ODS 13) y en el cuidado de la vida submarina (ODS 14). Según la red, estos datos son consecuencia del “estancamiento” de la inversión en investigación, la elevada tasa de desempleo o “la falta de una estrategia activa para la protección del océano”, así como el tijeretazo en cooperación.
“En materia energética teníamos un prestigio en la defensa de las renovables, pero venimos de varios años en lo que este impulso se paralizó”, explica en una conversación con eldiario.es Miguel Ángel Moratinos, presidente de la rama española de la Red y exministro de Asuntos Exteriores. El año pasado, las emisiones de CO2 crecieron un 4,4%, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
El índice, que recoge por primera vez las tendencias de los países estudiados, revela también los retrocesos de nuestro país en la lucha contra la desigualdad. Según datos de Eurostat, España fue en 2016 el cuarto país más desigual de Europa y, en 2017, más de 12 millones de personas seguían en riesgo de pobreza, según el Instituto Nacional de Estadística. Las tendencias positivas se dan en ámbitos como la salud o la igualdad de género, pero ninguno ha logrado el “verde” en el índice de la red.
“Es evidente que España no cumple, pero no es menos cierto que en este mes de Gobierno se han tomado decisiones que ponen a España en la senda de cumplir estos objetivos”, comentó la ministra Teresa Ribera en declaraciones eldiario.es. Las ONG agrupadas en la red Futuro en Común y los expertos consultados por este medio que también estarán presentes en Nueva York, coinciden en que, desde la llegada de Pedro Sánchez al poder, el nuevo Gobierno ha pisado el acelerador para dar un impulso a los ODS.
Las principales medidas han sido la creación del departamento que dirige Ribera y del Alto Comisionado para la Agenda 2030 que dependerá directamente del presidente del Gobierno. Ahora estos mismos actores reclaman que, a partir del 19 de julio, se pongan en marcha las medidas anunciadas para alcanzar los ODS.
El mundo “se arriesga” a no cumplir los ODS
Pero España no es la única que rendirá cuentas este año ante el resto de Estados miembros de Naciones Unidas. Otros 46 países, como Australia, Colombia y Egipto, también han acudido a la evaluación voluntaria sobre sus progresos en el foro de la ONU. A la hora de establecer comparaciones sobre los cumplimientos de países ricos y empobrecidos, Guido Schmidt-Traub, codirector científico del índice, explica en una entrevista con eldiario.es que los países de la OCDE cuentan con indicadores adicionales que tienen que cumplir para obtener el aprobado.
“Para estos países usamos una medida más estricta y estándares más altos, básicamente muchos ya no tienen problemas de pobreza extrema y eso explica que países como Irak consigan un verde en el objetivo contra la pobreza y España no”, sostiene Schmidt-Traub.
Aunque hay tres países -Suecia, Dinamarca y Finlandia- que encabezan el ranking mundial que mide el avance de los ODS, en el que España ocupa el puesto 25, el autor del informe es taxativo: no hay ningún país que esté en el buen camino para alcanzar los objetivos en 2030. La red alerta de que “el mundo se arriesga” a no cumplirlos.
El informe recalca que los avances son lentos, sobre todo, en los objetivos medioambientales. Muchos países de renta alta obtienen bajas puntuaciones, al igual que España, en objetivos como el consumo y la producción responsable, acción climática o protección de la vida submarina. “Solo unos cuantos países del G20 han tomado acciones decisivas para alcanzar los ODS”, advierte la red.
Por su parte, los países empobrecidos siguen lidiando con el hambre o tratando de proporcionar sistemas de agua y saneamiento. El análisis indica, además, que los conflictos están provocando un retroceso en la desnutrición, el acceso a los servicios de salud y educación o a la infraestructura básica.
Ningún país del mundo, sin embargo, ha conseguido aún que el hambre sea historia. Tampoco han alcanzado el ODS 5, el relativo a la igualdad de género, ni el 11, sobre ciudades sostenibles. Este objetivo cobra especial relevancia este año, en el que el tema central que se está debatiendo en Nueva York es la “transformación hacia sociedades sostenibles y resilientes”. De momento, y a punto de cumplirse tres años desde que los líderes se comprometieran a ello, el mundo está muy lejos de ser un lugar sostenible y libre de pobreza para millones de personas.