La negociación de la Unión Europea con Turquía ha entrado en una nueva fase en la cumbre que tiene lugar este lunes 7 de marzo con la propuesta, confirmada (o no negada) por varias fuentes, de reenviar a Turquía a todos los refugiados que lleguen a las desbordadas islas griegas. A cambio, ocurrirían varias cosas: desde allí dar asilo a los demandantes sirios que huyen de la Guerra Civil, dar mucho más dinero que el inicialmente previsto a Turquía (3.000 millones) y acelerar la integración de este país en la UE, además de otras concesiones a Ankara.
El capítulo de las concesiones, como la de aflorar más visados entregados a ciudadanos turcos a la UE, ha sido al menos confirmado por tres países de los 28 estados miembros, entre ellos Francia. Pero quedan muchas dudas en el aire y las negociaciones se prevén largas. No terminarán hasta, como pronto, después de la cena bilateral entre los 28 y Turquía.
Una de las dudas es que el plan de realojar a 160.000 refugiados acordado el 23 de septiembre (por el cual España acaba de ofrecer realojar próximamente a 450 refugiados de los más de 17.000 comprometidos) podría quedarse en agua de borrajas.
El plan tiene más interrogantes: el dudoso respeto por los derechos humanos en Turquía, que en palabras de este mismo diplomático podría ser salvado con un acuerdo bilateral UE-Turquía y así dejarlo conforme con la legalidad internacional.
Algunos medios apuntan a que la UE recogerá un refugiado sirio por cada refugiado no sirio devuelto a Turquía. Reuters ha dicho tener acceso a un borrador en el cual viene recogida esta peculiar idea, que pasa por vaciar las islas del desbordado Ejecutivo griego.
La nueva propuesta, aparentemente apadrinada por Angela Merkel y Jean Claude Juncker, se produce en un contexto de críticas a Bruselas del mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, por la lentitud del envío de fondos. “Nos dicen que no les dejemos entrar, pero nosotros no les enviamos. Llegan a través del mar”, señaló el presidente turco antes de la cumbre.
La ayuda que reclama Turquía es muy superior a la pactada en otoño del año pasado: ya se habla de una cantidad extra de 3.000 millones de euros a Ankara, el establecimiento de más controles –como el pasaporte biométrico- para los refugiados que procedan de países islámicos, de dar visas desde junio a ciudadanos turcos (algo “perfectamente realizable” según un funcionario del Gobierno francés) e incluso de obligar a dar marcha atrás a Turquía en su intento de controlar los medios de comunicación críticos con el Ejecutivo y el AKP de Erdogan.
Otra fuente comunitaria subraya el “ambicioso planteamiento de Ankara” en Bruselas, que igualmente contemplaría acelerar la integración en la UE y abrir varios capítulos relativos a este proceso. Y además se daría un alivio temporal a Grecia, cuya diplomacia está muy descontenta con el cierre de la ruta de los Balcanes, que hará recaer la presión sobre el Mar Egeo.