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THE GUARDIAN

La última tragedia de migrantes en Texas evidencia los peligros que persisten en la frontera de EEUU

Erum Salam

29 de junio de 2022 22:21 h

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El hallazgo en San Antonio, Texas, de 50 migrantes muertos por asfixia y deshidratación dentro de un trailer ha vuelto a evidenciar los enormes riesgos que las personas están dispuestas a asumir para cruzar la frontera de México con Estados Unidos en busca de mayores oportunidades económicas o para escapar de la violencia en sus países de origen. Los migrantes habían viajado desde México, Guatemala y Honduras en condiciones terribles.

Laura Peña, directora legal del Texas Civil Rights Project (Proyecto de Derechos Civiles de Texas), representa a los solicitantes de asilo en la frontera. En relación a la tragedia de San Antonio, dice que tanto el gobernador de Texas, Greg Abbott, como el presidente Biden “le han fallado completamente a las personas que intentan cruzar la frontera en busca de seguridad”.

“El cierre de las fronteras está obligando a los migrantes a tomar rutas más peligrosas. Esa es la realidad. El resultado son miles de personas muertas a lo largo de la frontera... Y es un resultado directo de estos esfuerzos por cerrar la frontera y criminalizar a la gente en lugar de invertir en un procedimiento que dé respuesta a las personas que buscan asilo y refugio en los puntos de entrada de nuestras fronteras”, explica.

Los “procedimientos” a los que se refiere Peña son los mismos que se han seguido para permitir la entrada a Estados Unidos de más de 3.000 refugiados ucranianos desde la frontera de México. Peña defiende “un procedimiento digno y humano en la frontera, en el que las personas que migran no se vean obligada a arriesgar su vida”. “Hemos visto la capacidad del Gobierno federal para hacerlo. Hemos visto que todos los recursos se han puesto al servicio de nuestros hermanos y hermanas ucranianos, con procedimientos veloces en la frontera para procesar las solicitudes. Pero cuando se trata de migrantes negros y de otras minorías, se les priva de estas mismas garantías. No se conceden de forma generalizada. En el fondo, es racismo y evidencia cómo y dónde los gobiernos deciden apostar por la militarización”, dice.

El martes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó las muertes de “horribles y desgarradoras”. “Aunque todavía no se conocen los detalles de lo sucedido, y el Departamento de Seguridad Nacional está al frente de la investigación, la información inicial apunta a que detrás de esta tragedia están los contrabandistas o traficantes de personas que no tienen ninguna consideración por las vidas que ponen en peligro y aprovechan la situación para lucrarse”, dice.

“Explotar a personas vulnerables para lucrarse es vergonzoso, al igual que la grandilocuencia política alrededor de la tragedia, y el Gobierno seguirá haciendo todo lo posible para impedir que los contrabandistas y traficantes de personas se aprovechen de las personas que intentan entrar en Estados Unidos entre los puertos de entrada”, dijo Biden.

Insolación y agotamiento

El jefe de los bomberos de San Antonio, Charles Hood, indicó que los cuerpos de las personas halladas todavía estaban “calientes”, y que sufrieron insolación y agotamiento por el calor. El punto álgido del verano en San Antonio, donde las temperaturas se mantienen constantemente a treinta y tantos grados o más, no es un factor de disuasión para quienes intentan cruzar en busca de oportunidades laborales o huyen de la persecución. Tampoco lo es la perspectiva de ser descubiertos por los agentes de la patrulla fronteriza. Sin embargo, el resultado del traicionero viaje se traduce en la espantosa imagen de pilas de cadáveres.

El número de migrantes muertos en la frontera con México en 2021 fue de 650, es decir, la mayor cifra desde 2014. El número de muertes es un duro recordatorio del coste humano de las políticas de inmigración de Estados Unidos, que generalmente limitan el número de migrantes que pueden solicitar asilo.

El congresista demócrata Joaquín Castro, que representa el distrito que incluye a San Antonio, ha pedido que se ponga fin al llamado Título 42, una medida que auspició el Gobierno de Trump durante la pandemia de COVID-19 y que permite expulsar a los migrantes sin ofrecerles la posibilidad de solicitar protección humanitaria, con el fin de evitar la propagación de enfermedades contagiosas.

Castro indica que se trataba de una medida urgente para dar una respuesta al sistema de la inmigración estadounidense, que estaba desbordado.

Son inminentes más cambios en la ley de inmigración estadounidense. El Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, también se pronunciará sobre la política migratoria de Trump conocida como “Permanece en México”, que obliga a los solicitantes de asilo de México a regresar a su país mientras esperan el resultado de sus casos de inmigración pendientes. Los grupos de derechos humanos argumentan que la política hace que los migrantes se enfrenten a un retorno forzado a las condiciones inseguras y vulnerables de las que estaban escapando. Según estas organizaciones, los migrantes están dispuestos a soportar condiciones extremadamente peligrosas y arriesgarlo todo con la esperanza de cruzar la frontera. Biden trató de poner fin a esta política al asumir el cargo, pero no lo ha conseguido.

“Si el Tribunal Supremo impide que el gobierno de Biden ponga fin a esta política migratoria, consagrará un nuevo legado para Estados Unidos: un legado de dar la espalda a los compromisos internacionales y de poner a los migrantes en una situación de riesgo”, asegura la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

Más tragedias

Aunque el sombrío descubrimiento del lunes se situó entre las tragedias más mortíferas relacionadas con los migrantes, no es la primera de este tipo en San Antonio. En 2017, murieron 10 hombres que viajaban en un tractor-remolque, tras pasar horas sin agua, comida y aire acondicionado.

Más al sur, en el condado de Brooks (Texas), 10 migrantes que viajaban en furgoneta murieron tras estrellarse contra un poste de electricidad el pasado agosto. 

En Houston, seis migrantes murieron en un todoterreno cuando eran perseguidos por la policía en medio de la lluvia en 2019. 

Los activistas han dicho desde hace tiempo que esos episodios ilustran los riesgos que los migrantes están dispuestos a correr para poder entrar en Estados Unidos y dejar atrás vidas inciertas en sus países de origen.

El senador de Texas Ted Cruz y el gobernador, Greg Abbott ,se apresuraron a culpar a Biden de las muertes más recientes en San Antonio. Abbott dijo: “Estas muertes son culpa de Biden. Son el resultado de sus mortíferas políticas de fronteras abiertas. Muestran las consecuencias mortales de su negativa a hacer cumplir la ley”.

La condena al presidente se produce después de que miembros del Partido Republicano de Texas criticaran a demócratas como el candidato a gobernador Beto O'Rourke por pedir medidas más contundentes de control de armas tras la muerte a tiros de 19 niños y dos de sus profesores en una escuela de Uvalde.

Tras la noticia del hallazgo de los migrantes muertos en San Antonio, O'Rourke se hizo eco de los llamamientos a ampliar las vías de migración legal para disuadir a las redes de contrabando de personas responsables de organizar esos peligrosos viajes a través de la frontera.

Traducción de Emma Reverter