En silencio, decenas de brazos empezaron a elevarse unos tras otros. Una treintena de migrantes alojados en un hostal gestionado por Cruz Roja en San Fernando de Henares (Madrid) dibujaron con sus dedos una uve “como símbolo de resistencia”. Algunas de sus manos estaban cubiertas con un guante rojo. Alrededor de sus cabezas, una cinta del mismo color buscaba mostrar su rechazo a las condiciones de acogida de Cruz Roja, dependientes del Ministerio de Inclusión. El llanto brotó entre algunos de ellos, disgustados y agotados tras una noche dura. Su compañero Sahd Karim, un joven marroquí llegado a Canarias en patera, había fallecido la madrugada anterior tras quejarse durante horas de un fuerte dolor de estómago.
La concentración, celebrada este viernes frente al Ayuntamiento de San Fernando de Henares y convocada días antes de la repentina muerte, buscaba en un principio llamar la atención sobre la falta de citas para pedir asilo, pero se convirtió en un homenaje a su compañero fallecido. Precisamente en contra de esas dificultades para solicitar protección internacional, 28 migrantes alojados en el hostal de Cruz Roja iniciaron una huelga de hambre la semana pasada. Entre ellos estaba Sahd Karim, que según sus compañeros y la institución humanitaria, dejó de hacer uso del servicio de comedor hasta que todos volvieron a comer el pasado lunes con el inicio del Ramadán. Los resultados de la autopsia han confirmado que el joven no ha fallecido por razones ligadas a la huelga de hambre, según han afirmado este lunes fuentes de la Secretaría de Estado de Migraciones, que no detalla la causa de la muerte por respeto a la familia del fallecido.
Sahd Karim tenía 22 años y procedía de Agadir (Marruecos). Su familia ya ha recibido la noticia de su fallecimiento y ha iniciado los trámites para proceder a su identificación. Sahd atravesó el Atlántico en patera y alcanzó las Islas Canarias el 16 de octubre de 2023. Desconcertados, sus allegados aún no entienden por qué el joven falleció de forma repentina en Madrid meses después de arriesgar su vida en el mar.
Los compañeros de Sahd Karim llaman la atención sobre las circunstancias que rodearon la muerte y apuntan a posibles malas prácticas de Cruz Roja: “Ellos no hicieron nada por nosotros. Cruz Roja es responsable”, zanja Asa (nombre ficticio), de origen gambiano. “No nos hacían caso. Fue desesperante. No le acompañaron al médico. Cuando se puso mucho peor, no había nadie de Cruz Roja. No nos respondieron hasta que ya era tarde”, cuestiona el hombre, también alojado en el albergue de San Fernando de Henares. A pesar de que el personal de la organización percibió que el chico requería atención “urgentemente” y le “costaba mucho moverse”, según evidencia un escrito de una trabajadora al que ha accedido elDiaro.es, ningún miembro de la organización acompañó al joven al centro de salud.
Sahd Karim solo sabía hablar árabe. Para tratar de ayudarlo a explicarse con el doctor y sortear la barrera idiomática, una mediadora de Cruz Roja escribió los síntomas y las circunstancias del chico en un papel que entregó al enfermo. Pidió a otro joven migrante alojado en el hostal que fuese él quien le acompañase al centro de salud, donde no había intérpretes. Allí le administraron una “inyección”, según sus compañeros, y le proporcionaron una receta de un protector de estómago (omeprazol). Horas después, el hombre se desplomó en el suelo y falleció tras una parada cardiorrespiratoria.
Cruz Roja sostiene que, por protocolo, no suele acompañar a los migrantes adultos al centro de salud, salvo excepciones. Según defienden, sus equipos no percibieron la gravedad manifestada posteriormente e hicieron “todo lo que estaba en su mano” para atender al joven. El Defensor del Pueblo ha iniciado de oficio una investigación sobre los hechos, por lo que ha solicitado información a la Fiscalía y al Ministerio de Inclusión.
A través de los testimonios de varios compañeros del fallecido, la versión de Cruz Roja y los servicios de emergencias madrileños, elDiaro.es reconstruye los hechos clave que precedieron a la muerte de Sahd Karim, así como las últimas horas de su vida.
Los antecedentes
16 de octubre de 2023. Sahd Karim llega en patera a Canarias, donde pasa un tiempo en Tenerife. Varios compañeros cuentan que ya entonces se quejaba de padecer dolores de tripa intensos. Cruz Roja dice no tener constancia de que el joven sufriera ninguna patología previa destacable.
Diciembre de 2023. Tras haber sido trasladado a Madrid, el marroquí es acogido en el macro campamento levantado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en el barrio madrileño de Carabanchel, también gestionado por Cruz Roja. El espacio cuenta con más de 1.200 plazas y sus condiciones han sido cuestionadas por varias ONG.
11 de enero de 2024. Sahd Karim acude a la enfermería del campamento de Carabanchel alegando dolor en el estómago, confirma Cruz Roja. Se le receta omeprazol, según la receta que aún guardaba el joven fallecido entre sus documentos, a la que ha accedido elDiario.es. La prescripción sanitaria indica que debía tomarlo desde el 11 de enero hasta el 11 de marzo. Según Cruz Roja, no tienen constancia de ello. Durante el tiempo que Sahd Karim pasó en el campamento, no fue trasladado a un centro médico, según la institución humanitaria. “En el parte no se considera que hubiese alguna patología. El servicio sanitario no vio necesario el traslado al hospital o centro médico”, explica el responsable de emergencias de Cruz Roja, José Javier Sánchez Espinosa. “No consta que volviese a acudir ir médico”, añade.
22 de febrero. El chico es enviado desde Carabanchel junto a varios compañeros al hostal Goyma, en San Fernando de Henares (Comunidad de Madrid), donde la institución humanitaria ha habilitado decenas de plazas destinadas a los migrantes que, transcurrido el tiempo máximo de estancia en los campamentos de emergencia, no tienen un lugar donde quedarse y aún no han logrado solicitar asilo, ante la falta de citas suficientes -competencia del Ministerio del Interior-.
14 de marzo: el día del fallecimiento
19:15 horas del 14 de marzo. Sahd siente dolores de estómago “muy fuertes” y acude a la única trabajadora de Cruz Roja que se encuentra en el hostal en ese momento, según relatan varios compañeros del joven fallecido. La mediadora atiende al joven pero, como iba a finalizar su turno poco después, le dice que no puede acompañarle al ambulatorio, localizado a unos diez minutos a pie del hostal, confirma la organización.
Sahd Karim solo habla árabe, por lo que la empleada presupone que no va a poder entenderse con el personal médico. Para tratar de ayudarle, de forma informal, relata en un documento los síntomas del chico, con la intención de que pudiese mostrar el texto al personal sanitario.
El escrito, al que ha accedido elDiario.es, denota cierta gravedad: “Hola, me llamo Sahd Karim. Vengo urgentemente porque tengo mucho dolor en la tripa desde hace un rato. Me cuesta mucho moverme”, indica el documento. “Estoy alojado en el hostal Goyma aquí en San Fernando con la Cruz Roja, pero ahora no había nadie en el despacho y he venido aquí. No he comido nada en todo el día porque es Ramadán. Solo un vaso con café y un bollo a las siete de la mañana. No hablo castellano, vengo con un compañero que habla francés”.
“Los dolores eran muy fuertes. Se retorcía de dolor y, aunque podía caminar, le costaba mucho. No entendemos por qué nadie de Cruz Roja le acompaña”, denuncia Bubakar (nombre ficticio) otro de los compañeros del fallecido.
La institución humanitaria aclara que, cuando se trata de plazas de acogida habilitadas en albergues, no hay personal de la organización en horario nocturno y, en general, hay menos empleados que en otro tipo de centros con mayor capacidad. Ese día el turno debía acabar a las 21 horas pero la empleada “estaba enferma” y debía adelantar su hora de salida, según explica Cruz Roja, que recalca que, por protocolo, no suelen acompañar al médico a los adultos acogidos si no se trata de un asunto grave.
19:45 horas del 14 de marzo. Se dirigen a pie al centro de salud. Mohamed es quien acompaña a Sahd. Empiezan a caminar pero, en el transcurso, se ven obligados a hacer varias paradas debido al dolor de estómago del enfermo. “Se retorcía de dolor. A veces se tenía que agachar en el suelo, como si fuese una pelota. Estaba doblado de dolor”, cuenta otro de sus compañeros. Según describe Mohamed, el sufrimiento de su amigo fue evidente hasta para algunos desconocidos que pasaban a su lado: “Justo al lado del hospital, Sahd estaba casi en el suelo cuando vino un señor a preguntarnos qué estaba pasando, le dije que tenía dolor de estómago y nos ofreció llevarnos en su coche”.
20:00 horas del 14 de marzo. Llegan al centro de salud. Según Mohamed, allí le administraron “una inyección”. Desconoce qué medicamento era. “Nos preguntaron varias veces si era alérgico, pero estaba tan mal que no lograba responder”, dice. Este medio ha pedido el parte médico de la consulta, pero sus compañeros no lo encuentran. Creen que, posteriormente, se lo llevaron los servicios de emergencia que atendieron a Sahd en sus últimos momentos. Lo que sí guardan es una receta médica de omeoprazol, el único medicamento que le prescribieron.
20:35 horas del 14 de marzo. Vuelven al hostal. “Sus dolores seguían, aún se encontraba muy mal”, dice Bubakar. El joven marroquí subió a su habitación.
21:15 horas aproximadamente. Sahd Karim sale de su habitación para pedir ayuda y “se marea y se cae” al suelo. Según sus compañeros, se golpea con el marco de una puerta. Entonces sus amigos llaman insistentemente a los teléfonos de dos mediadores culturales de Cruz Roja, que no están de guardia. “No nos hacían caso. Nos decían que habláramos al día siguiente”, dice Bubakar.
La organización sostiene que los jóvenes, ya sea por el nerviosismo o por error, llamaron a empleados que en ese momento no tenían turno de guardia y, por esa razón, tardaron en reaccionar. La institución humanitaria asegura que siempre hay una persona pendiente del teléfono en caso de emergencia y sus números se encuentran “en carteles distribuidos en el hostal”, pero dicen que los migrantes contactaron con quienes ya no estaban trabajando.
Minutos después, Sahd acude al baño para asearse. “Tenía en el móvil el rezo coránico. Yo creo que pensaba que iba a morir y por eso se lavó”. Sahd Karim pide a sus compañeros que la bajen a la recepción del hostal.
21:40 horas del 14 de marzo. A las puertas del albergue, Sahd se desploma y comienza a convulsionar. Sus amigos, desesperados, piden al personal de recepción (ajeno a Cruz Roja) que llame a una ambulancia. Avisan al 112, que se persona en la puerta del albergue 20 minutos después.
22 horas del 14 de marzo. Llega una ambulancia sin servicio de reanimación. Sahd está tendido en el suelo pero aún está consciente, según Cruz Roja. Tiempo después, entra en parada cardiorrespiratoria y el equipo médico pide una UVI móvil, que aparece poco después. Los sanitarios le realizan la maniobra de reanimación, sin éxito.
23: 30 horas. La ambulancia se lleva a Sahd al hospital. Se desconoce si ya ha fallecido o aún intentan reanimarle.
2:30 horas del 15 de marzo. Los amigos y compañeros alojados en el hostal de Cruz Roja conocen la noticia. Sahd ha fallecido.
*Las horas incluidas son aproximadas, en base al relato de los compañeros del fallecido