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Vecinos de Madrid evitan que familias de solicitantes de asilo duerman a las puertas del Samur Social una noche más

A las 21 horas de este lunes los termómetros de Madrid marcan apenas 8 grados centígrados. Se cumple una semana del anuncio de una próxima solución, pero vuelve a repetirse la misma imagen a las puertas de la sede del Samur Social. Colchones y mantas isotérmicas en el suelo, vecinas del barrio madrileño de La Latina repartiendo comida cocinada por ellas mismas y buscando soluciones para la decena de personas, la mayoría solicitantes de asilo, que se han chocado una noche más con una verja cerrada.

Una hora después, la acera se quedó prácticamente despejada. La mayoría de solicitantes de asilo que se concentraban frente al Samur Social se fueron repartiendo entre distintos vecinos, pertenecientes a la Red Solidaria Popular (RSP) Latina-Carabanchel. Este lunes, ningún niño pasó la noche a la intemperie frente a las dependencias municipales, gracias a la respuesta de la parroquia San Carlos Borromeo y un grupo de vecinos, que ha recibido a un total de ocho familias.

“En la parroquia tenemos cuatro familias acogidas. Y hay otras cuatro en casas de otros vecinos”, confirma el párroco Javier Baeza a eldiario.es. Son ellos, la parroquia y las asociaciones vecinales, quienes están evitando que familias completas, con niños pequeños, pasen la noche frente al Samur Social. Una semana después del anuncio de la próxima adecuación de espacios municipales para atender a los solicitantes de asilo sin plaza en el sistema estatal de acogida, el Gobierno central ha anunciado la “apertura inmediata” de un centro de emergencia en un inmueble cedido por el Ayuntamiento de Madrid para este fin, ubicado en Cercedilla. Otros tres edificios propuestos por el Consistorio podrán ser empleados para este fin próximamente, afirman desde Trabajo, pero requieren su habilitación previa y una serie de informes técnicos.

“El pasado viernes, en cuanto recibió la propuesta, la Secretaría de Estado de Migraciones contactó con el Ayuntamiento para visitar de forma conjunta los equipamientos”, han afirmado desde el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Desde este lunes, aseguran, el departamento dirigido por Magdalena Valerio está analizando los espacios ofrecidos por el Consistorio, que lleva meses solicitando al Ejecutivo una solución para estas personas. “En la reunión del otro día se compartieron reflexiones acerca de la contribución que los migrantes pueden hacer al desarrollo y revitalización de las zonas despobladas pero no es cierto que en este momento estemos valorando el traslado de solicitantes de asilo a esas zonas”, han aclarado las mismas fuentes.

La mayoría de quienes han dormido las últimas noches frente a la verja cerrada del Samur Social son migrantes recién llegados a España con la intención de solicitar asilo. La mayoría procede de Latinoamérica y llega a Madrid en avión a través del aeropuerto de Barajas. Una vez en suelo español se chocan con una larga lista de espera para formalizar la petición de protección internacional, lo que conlleva la falta de acceso al sistema de acogida estatal, dependiente del Ministerio de Trabajo y Migraciones.

Una hora antes de abandonar los alrededores de la Sede del Samur Social de Madrid, dos adolescentes, de 14 y 15 años, tratan de entretenerse sobre unos colchones colocados sobre el suelo. “Aquí estamos, sin oficio”, responden entre risas de resignación. Llegaron de Venezuela hace aproximadamente varios meses. Los mismos que han pasado de un lado a otro, a la espera de la llegada de la cita para materializar su petición de asilo y convertirse formalmente en solicitantes de asilo, lo que permite beneficiarse del sistema de acogida del Ejecutivo y poder establecerse en un lugar específico.

En las últimas semanas, la familia se ha hospedado en un hostal, gracias a la solidaridad de los vecinos, pero en cuatro días debe abandonarlo. Teme que, para entonces, el Gobierno y el Ayuntamiento aún no haya cumplimentado los trámites para las prometidas soluciones.