Ramia Chaoui se define como una 'friki' de Youtube. Le viene desde que era adolescente, cuando se aficionó a ver vídeos cada día en esta página web. Pero había algo que nunca encontraba: pequeños referentes, chicas españolas que, como ella, fueran musulmanas y se asomaran cada día a la ventana de la red para compartir sus mismos gustos y preocupaciones.
“Veía a muchas youtubers musulmanas de habla inglesa, porque aquí no había”, comenta esta catalana de 24 años en una entrevista con eldiario.es. “Y pensé en crear yo ese contenido que no encontraba en español. No me lo planteé mucho, fue más un arrebato”, recuerda. Desde hace más de un año, Ramia cuenta con un canal en Youtube que se ha convertido en su propia arma contra la islamofobia y los estereotipos que pesan sobre las mujeres que llevan velo.
“Intento normalizar una situación que para mí es normal, pero la gente aún no ha cambiado el chip”, explica. “Cuando llegaba tarde a la facultad y abría la puerta, toda la clase se giraba. No entendían muy bien qué hacía allí, si venía a estudiar o era la señora de la limpieza. La gente aún no entiende que en el médico te atienda una doctora con hijab. Se necesita que alguien hable de estos temas y explique las cosas que sufrimos”, apunta la youtuber, que ya casi ha alcanzado los 13.000 suscriptores.
Las dificultades en el mundo laboral motivan, precisamente, la mayoría de los mensajes que recibe de sus seguidoras. “Suelen escribirme con miedo porque se les pone en la tesitura de elegir entre su carrera y ser independientes, y su religión y su identidad”. Por eso ha subido varios vídeos sobre el tema, por ejemplo, su reacción cuando la justicia europea estimó que no es discriminatorio que las empresas prohíban el velo.
“En España vivimos bien, pero trabajar con velo no es fácil. Solo por llevar un pañuelo en la cabeza que podría llevar en el cuello, te cierran muchas puertas. Somos las primeras generaciones de españoles musulmanes y los empresarios aún se fijan más en la apariencia física que en el currículum”, recalca Ramia, que tras cursar un máster en marketing ahora trabaja en el sector de la automoción.
La red es, a su juicio, ese escenario que “muchas veces” no tienen las mujeres musulmanas para “poder expresarse” y que la gente las escuche. “Youtube es una plataforma bastante democrática donde nadie va a manipular lo que dices. Es más fácil llegar al público de la manera que tú quieres, sin intermediarios. Muchas veces los medios no tienen en cuenta nuestra opinión y traen al experto de turno que no ha vivido la situación en sus carnes, que habla de una manera fría y distante”, opina.
Además de opiniones, Ramia comparte todo tipo de trucos, consejos y experiencias con los que trata de desmontar mitos, siempre desde el “buen rollo”. Ante todo, para ella, los vídeos son una herramienta educativa. “Muestro nuestra realidad cotidiana. Cómo llevo una vida normal, porque la gente no sé qué se piensa que hacemos”, dice entre risas. “Muestro a mi familia y a mis amigos. Que salimos a cenar, vamos a fiestas y a cumpleaños. Es necesario porque haces que la persona conecte y empatice, y cuando vea una situación de discriminación reaccione y no la obvie porque lo tiene socialmente normalizado”.
Experimentos sociales contra la islamofobia
Zak Driouech, Mohamed Nakache, Imad Melli y Munir Cuyas nacieron también en Barcelona en familias de origen marroquí. Los cuatro pusieron en marcha en 2015 el canal de Youtube 'La Familia TV' para denunciar el racismo cotidiano que sufre la comunidad musulmana a través de varios experimentos sociales.
Entre ellos, un vídeo en el que comparan las reacciones de las personas cuando visten vaqueros y una vestimenta tradicional árabe. También, 'Abraza a un musulmán', una réplica del vídeo que se hizo viral tras los atentados de París en el que un joven de religión musulmana con los ojos vendados espera el abrazo de los viandantes. “Yo soy musulmán y confío en ti. Si confías en mí, dame un abrazo”, rezaba el cartel que sostenían los jóvenes en las calles de la ciudad condal.
“Estamos muy contentos con lo que hicimos”, comenta Zak, quien explica que el canal se ha mantenido inactivo durante un tiempo pero pretenden relanzarlo con nuevos experimentos en colaboración con Sos Racismo. “Ahora tenemos muchas ideas, pero no queremos subir cualquier cosa. Queremos hacer un buen vídeo. Tampoco descartamos grabar bromas y vídeos graciosos”, precisa.
Lory Money: de mantero a fenómeno del rap
“Yo me puedo sentar en un banco, pero no entrar en un banco. Quiero trabajo pero no soy blanco. Aquí en España todo el mundo roban, pero la policía a nosotros encaloma [sic]”. Lo dice Dara Dia, mejor conocido como Lory Money, en su vídeo Supa dupah. En total, casi dos millones de visitas y más de 207.000 seguidores en su canal de Youtube.
Este senegalés de 35 años se ha convertido en todo un fenómeno en la red pero no olvida de dónde viene. Llegó en 2006 en patera a Canarias, una travesía que duró ocho días. Al llegar a la península, se instaló en Valencia y comenzó a vender en la manta. “Es lo que me tocaba, era ilegal, pero no había otra cosa. Llegué a dormir varias veces en la calle”, recuerda en una conversación con este medio. Cuenta que siempre le había gustado el rap y Youtube, y que fue el contacto diario con la gente lo que le llevó a escribir canciones y grabar sus primeros vídeos en 2011.
“Cuando, por ejemplo, querían comprar y no llevaban efectivo, yo les contestaba de broma que podían pagar con tarjeta. Me gané la confianza de la gente porque les caía bien”. El resultado, uno de sus vídeos estrella: Santa Claus. Su humor, su atrevimiento y una estética pintoresca e irreverente marcan el trabajo de este youtuber que desde 2013 se dedica por completo a la música. “Tiramos, sobrevivimos, no somos ricos pero tenemos donde dormir y para comer”, asegura antes de soltar una carcajada.
También ofrece conferencias en las que cuenta su historia, que ha dado para un libro, El youtuber que llegó en patera. Hace dos años, lo detuvieron por estar en situación irregular, pero sus papeles, asegura, ya están en regla. “Lucho para que se sepa que antes estaba en la calle vendiendo, como todos mis amigos, y ahora sigo siendo igual, no he cambiado. Los manteros, a los que muchas veces tratan mal, son personas normales, que tienen estudios y no han tenido suerte de encontrar un trabajo”, critica.
“Todos somos iguales” es su lema, un mantra que repite y que trata de hacer realidad con la ayuda de las redes sociales. “Hace unos años me preguntaron: 'Perdona, ¿tú duermes con los leones?'. Si la tele te enseña solo cosas malas de África, que es muy grande y tiene diferentes culturas, nunca vas a confiar en los negros”, comenta el exmantero.
“La tele saca lo que quiere. En Youtube es diferente. Cada uno tiene su opinión y no cuesta nada, yo a veces grabo desde el móvil. Puedo sacar un vídeo para desmentir lo que dicen de los negros o los musulmanes. Es libertad. Ver lo que quieres ver, no solo ver lo que te enseñan”, asevera.
¿Las reacciones al romper moldes? Buenas, aunque también están, dice, los que critican, los 'haters', pero se lo toma con humor y “le motiva” para seguir publicando vídeos. Ramia, responde que algunas veces la han criticado por ser musulmana y por ser mujer cuando ha hablado de temas “más polémicos”, como el burkini. “Pero en general, la acogida es muy buena. Tengo mucho apoyo de mis seguidoras. Me escriben para agradecerme que sea una cara pública, que las defienda y las represente”. Justo lo que ella buscaba y no encontraba cuando se adentró en el universo youtuber.