Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.
¿Qué (no) pasa con la ampliación de BiciMad?
A veces da la sensación de que la práctica política es como una serie producida a partir de un guion al que le han arrancado la mitad de las páginas de forma aleatoria. Esto vale para el disparate que vivimos estos días entre el Congreso y el Supremo pero también para asuntos más de andar por casa. En Madrid, ya es evidente que ésta tampoco va a ser la legislatura del despegue del uso de la bici. La cosa, como ya se ha dicho por aquí, es bastante incomprensible si uno lee el programa y las declaraciones de las personas en el gobierno, pero no es la cosa incomprensible de la que quería hablar hoy. Hoy toca otra vez BiciMad.
La trama principal es bastante conocida. Alcaldesa del PP saca a concurso servicio de bicicleta pública. La licitación se la lleva una empresa pequeña que añade a la oferta, por su cuenta, bicis eléctricas. El servicio arranca regular y luego tira a muy mal. Llega una nueva alcaldesa que no es del PP y que quizá sea de Ahora Madrid. Su equipo apuesta por la municipalización del servicio de BiciMad a través de la Empresa Municipal de Transporte. La EMT recupera el servicio y los ciudadanos vuelven a confiar en sus bicis compartidas, se baten récords de uso y se anuncia la ampliación. El material, bicis y estaciones, está preparado en los almacenes de la EMT, pero la ampliación no llega. La ampliación no llega. La ampliación no llega. La ampliación no llega…
Como en un videojuego mal programado, hay un fallo de sistema que bloquea el asunto. Es una de esas páginas arrancadas del guion de la política. Lo incomprensible. Resulta que el servicio aún se rige por el contrato integral firmado en tiempos de la alcaldesa del PP y eso ralentiza las ampliaciones y los cambios en el modelo de gestión. El contrato limita la extensión del servicio a toda la ciudad, que haya más de 50 bases nuevas al año y que se pueda cobrar por minuto, entre otras mejoras convenientes para la ciudadanía. Para solucionar este entuerto, la EMT tiene que obtener la gestión directa completa, algo que hace año y medio se anunció que ocurriría a finales de 2018. Pero no.
La gestión directa necesita de aprobación del Pleno del Ayuntamiento. El PP no la quiere, quién lo iba a imaginar. Ciudadanos nunca dirán en público que no, pero siempre votarán que no. El conjunto de seres humanos antes conocido como Ahora Madrid, el gobierno en minoría, dice que claro que sí. Así pues, sólo haría falta el voto a favor del PSOE para lograrlo. Su portavoz se muestra a favor en declaraciones. Normal, su partido se autodefine como firme defensor de la movilidad sostenible y del fomento del uso de la bicicleta. Así pues, ¿qué dice el PSOE sobre todo esto?
En un hecho inaudito para la ciudad de Madrid, la reclamación de la gestión directa y de la ampliación del servicio es apoyada por 29 colectivos y asociaciones normalmente enfrentadas por el eterno debate carrilbicista. La ampliación es, además de un compromiso de gobierno, una necesidad de la ciudad y una exigencia de sus vecinos, una forma de descentralizar la movilidad sostenible. La gestión directa está avalada por un informe de Intervención General del Ayuntamiento de Madrid, que ha publicado en estos días En bici por Madrid y que garantiza que cumple la normativa y es viable desde el punto de vista económico. Así pues, ¿qué dice el PSOE sobre todo esto?
Anda estos días el partido del gobierno del reino proclamando y extendiendo su perplejidad sobre lo que ha pasado en el Congreso. Le parece mentira que se haya votado que no a “los presupuestos generales más sociales de la democracia”®, incluso que lo haya hecho quien venía pidiendo muchas de las cuestiones incluidas en esos presupuestos. Y, desde luego, parece mentira. La práctica política quizá no sea tanto el resultado de un guion creado de forma inconexa sino de uno que se escribe y se desarrolla a oscuras, de espaldas al público, que somos nosotros, que además somos los productores y, en teoría, los protagonistas. Así funciona también la política en las cosas de andar por casa y quizás estos mecanismos subterráneos tengan algo que ver en el freno a la ampliación y la gestión directa del servicio de BiciMad. Así pues, ¿qué dice el PSOE sobre todo esto?