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¿De verdad va a acabar el PSOE con el Plan Andaluz de la Bicicleta?

El domingo ganó el Barça al Madrid en el Camp Nou y el PSOE al PP en las andaluzas. Este podría ser un titular pero también podríamos citar a Julio Iglesias y decir eso de que la vida sigue igual. O puede que peor, si de movilidad sostenible hablamos. Resulta que, un par de días antes de las elecciones, saltó una noticia: IU denunció que el PSOE ha retirado sin avisar 11,2 millones de euros previstos para el Plan Andaluz de la Bicicleta en 2015. Eso implicaría, según recoge el teletipo de Europa Press, “la paralización de la construcción de las redes ciclistas de Huelva, Cádiz, Málaga, Almería, Córdoba, Jerez de la Frontera y Algeciras y la de la firma y desarrollo de los convenios de adhesión de Sevilla, Jaén y Granada, así como la ampliación del plan a todos los municipios mayores de 20.000 habitantes”.

Para los que no lo conozcan, el Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB) es un ambicioso y pionero proyecto, basado en la exitosa experiencia que transformó Sevilla, que pretende que en 2020 la movilidad ciclista sea normal no sólo en las capitales y grandes ciudades andaluzas, sino también en entornos metropolitanos y hasta en vías verdes y cicloturistas. La cosa, muy bien pensada y planificada, estaba en marcha a pesar de las trabas que ponían algunos ayuntamientos gobernados por el otro lado. Estaba en marcha, pensaba uno desde aquí, hasta que saltó la liebre la semana pasada en forma de la noticia que da pie a este texto.

Por eso del fragor de la batalla electoral, y quizás también porque los medios no tienen todavía muy claro que el tema de buena prácticas en materia de movilidad es más que importante, dicha noticia pasó desapercibida, pero merece la pena retomarla. Eso he hecho. Desde la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, sin querer darme una versión oficial, me han dicho en una conversación informal que su compromiso es seguir adelante con el PAB. Que no se paraliza nada de lo que ya está en marcha y que lo que sí puede haber es un problema con firmas de convenios de algunas ciudades y, por eso, redistribución de fondos cuyo uso es de obligado cumplimiento este año.

Por su parte, José Antonio García Cebrián, “ciudadano ciclista”, ex viceconsejero de Fomento y Vivienda e impulsor del PAB (y del plan anterior en Sevilla), se reafirma en lo dicho. “Desde que IU no está en el gobierno de la Junta, son bastantes los síntomas de que las políticas de fomento de la bicicleta no van a tener la misma importancia. Y uno de los más evidentes es la supresión de estas partidas. Esto es el principio del fin de las políticas de movilidad sostenible impulsadas durante años. Si el problema fuese el de las ciudades que no firman, no habría tal problema, puesto que hay otras obras propias de la Junta en las que gastar el presupuesto. Por eso, lo de los ayuntamientos suena a excusa. Para empezar, podían haber convocado a la Comisión de Seguimiento cuya última reunión estaba prevista para febrero y nunca se ha hecho”.

Un servidor está muy lejos, y no sólo físicamente, de saber lo que es verdad y lo que no. Pero sí tengo claro que esto no es, no debería ser, un asunto de partidos sino de interés común. Por eso he querido saber qué piensan del tema tres miembros de colectivos ciclistas de tres ciudades andaluzas.

Empiezo por Sevilla y Ricardo Marques, vicepresidente de A Contramano. “Están pasando cosas muy preocupantes, se están acumulando problemas como la paralización de las obras de la pasarela ciclista de San Juan, que cruza la S-30. Y otros, como la mala ejecución de las obras en cascos históricos de poblaciones como Salteras y Mairena, fundamentalmente porque los alcaldes se resisten a quitar plazas de aparcamiento. Pero lo peor de todo es lo del desvío de fondos. El PAB es un proyecto muy complejo que se cae si no hay voluntad política para llevarlo adelante. Es esencial seguir porque si te quedas a la mitad no sirve. Las redes de transporte son redes, no tramos aislados. Imagínate que la red de carreteras se queda a medias, o la ferroviaria. Las redes ciclistas que han tenido éxito han sido las que se han hecho completas y bien planificadas, como Sevilla. Y Sevilla es un buen ejemplo de lo que puede suponer el PAB para Andalucía. En Sevilla la movilidad ciclista es una seña de identidad, una razón por la que la ciudad sale en todo tipo de webs y noticias y llegan turistas de todo el mundo. Ese fenómeno repetido, como pretende el PAB, a escala de Andalucía tendría una importante repercusión a todos los niveles y contribuiría a mejorar no sólo la movilidad de la Comunidad, sino su imagen”.

Desde Málaga, Alonso González, presidente de Ruedas Redondas, también se muestra preocupado por la noticia: “No paro de pensar en ella. Lo que sabíamos hasta ahora es que el Plan seguía para adelante. De hecho, Málaga firmó casi a última hora y por eso éramos optimistas pero ahora no sabemos qué pasará y tampoco sabemos a quién dirigirnos. Desde Ruedas Redondas, queremos transmitir nuestra preocupación y dejar muy claro nuestra postura: nos parece esencial seguir adelante. Andalucía es pionera en materia de movilidad ciclista y el PAB es la mejor demostración. Y para nuestra ciudad, en concreto, es una oportunidad para transformar la ciudad que no debemos dejar pasar. Después de lo que ha costado convencer al Ayuntamiento, incluso después de que se hayan iniciado las obras, no podemos quedarnos aquí, sería un batacazo”.

Y desde Almería, Marcos Tárraga, de Doble Fila, también insiste en la preocupación general: “Nos preocupa cualquier tipo de movimiento presupuestario que vaya en detrimento de algo fundamental para la sociedad como es la movilidad sostenible. Entendemos que puede haber asuntos que requieran de esos movimientos pero sería muy mala noticia que esto fuera un primer paso para dejar de lado el PAB. Planes como éste son esenciales para ciudades y regiones del presente, porque el presente y el futuro pasan por la movilidad pacificada. En Almería hemos ido perdiendo en los últimos treinta años la calidad de vida de la ciudad mediterránea que éramos por el urbanismo disperso y el fomento de la movilidad motorizada. El PAB era, y esperamos que siga siendo, una herramienta para que el ciudadano pudiese revertir ese proceso. Además de una forma de obtener los beneficios de este tipo de movilidad sostenible: salud, economía, medio ambiente…”.

Pues eso, que el fomento de la bici y de la movilidad sostenible no le pertenece a nadie, ni al PSOE, ni a IU, nos pertenece a todos. Por eso, ojalá el Plan Andaluz de la Bicicleta siga adelante tal y como estaba planteado. Ojalá Susana Díaz y los suyos se den cuenta de que no sólo es su obligación, sino de que además es lo mejor que pueden hacer.

El domingo ganó el Barça al Madrid en el Camp Nou y el PSOE al PP en las andaluzas. Este podría ser un titular pero también podríamos citar a Julio Iglesias y decir eso de que la vida sigue igual. O puede que peor, si de movilidad sostenible hablamos. Resulta que, un par de días antes de las elecciones, saltó una noticia: IU denunció que el PSOE ha retirado sin avisar 11,2 millones de euros previstos para el Plan Andaluz de la Bicicleta en 2015. Eso implicaría, según recoge el teletipo de Europa Press, “la paralización de la construcción de las redes ciclistas de Huelva, Cádiz, Málaga, Almería, Córdoba, Jerez de la Frontera y Algeciras y la de la firma y desarrollo de los convenios de adhesión de Sevilla, Jaén y Granada, así como la ampliación del plan a todos los municipios mayores de 20.000 habitantes”.

Para los que no lo conozcan, el Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB) es un ambicioso y pionero proyecto, basado en la exitosa experiencia que transformó Sevilla, que pretende que en 2020 la movilidad ciclista sea normal no sólo en las capitales y grandes ciudades andaluzas, sino también en entornos metropolitanos y hasta en vías verdes y cicloturistas. La cosa, muy bien pensada y planificada, estaba en marcha a pesar de las trabas que ponían algunos ayuntamientos gobernados por el otro lado. Estaba en marcha, pensaba uno desde aquí, hasta que saltó la liebre la semana pasada en forma de la noticia que da pie a este texto.