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Educación para transformar

Alberto Casado

Coordinador de Campañas de Ayuda en Acción @AlbertoCasado8 —

“Aquí no vengo solo a ganarme el sueldo, ni los niños vienen a jugar, ni los padres a dejar a los niños como si fuera un garaje de críos. Aquí venimos a transformar”. Así se expresaba la docente  Verónica Dopico en una de las piezas audiovisuales que Ayuda en Acción elaboró hace ya casi un año en el proyecto 1 de cada 5.  En él mostrábamos la realidad con la que conviven algunos de los 31 colegios en los que trabajamos luchando contra la pobreza y la exclusión infantil en nuestro país.

Dopico da clases en el CPI Virxe da Cela de A Coruña, un centro del  entorno rural gallego que lucha con pocos medios, mucha ilusión y enormes dosis de compromiso para que sus alumnos tengan las mismas oportunidades entre ellos, sea cual sea la situación socioeconómica de sus familias. Algunas de ellas están en riesgo de exclusión y pobreza, lo que está generando, día a día, una sociedad más desigual. De hecho, España es actualmente el país de la OCDE en el que más han aumentado las desigualdades sociales en los últimos años.

Esta situación de desigualdad se traslada a diario a los colegios, donde conviven niños y niñas en diferentes situaciones. Allí,  profesorado, padres y madres luchan para que  la situación de dificultad que viven los adultos afecte lo menos posible a los niños de aquellas familias que están soportando con más crudeza las consecuencias de la crisis y sus recortes.

La experiencia vivida en estos colegios nos está demostrando que las personas a las que la crisis ha castigado más, las que más han sufrido los recortes, han sido precisamente las personas más vulnerables. Son las  que siempre han tenido menos y también las que menor responsabilidad han tenido en toda la debacle económica que todavía estamos viviendo. Inexplicablemente, gobiernos y administraciones no han hecho lo suficiente para impedir que muchas de estas personas caigan peligrosamente por la pendiente de la exclusión y la pobreza, de donde no es sencillo salir.

La zona de A Coruña donde se encuentra el  CPI Virxe da Cela tiene una densidad de población de apenas 12 habitantes por kilómetro cuadrado. Frente a los 92 de Galicia o los 808 de Madrid, el aislamiento es un factor que también afecta a cómo se vive cómo se vive la pobreza, la exclusión y la desigualdad en el ámbito rural. Frente a la mayor facilidad de acceso a recursos de todo tipo –servicios sociales, transporte, empleo o espacios de ocio– que se ofrece en las ciudades, en el ámbito rural éstos  resultan más difíciles de obtener y, aunque esta situación afecta a toda la  población por igual, es el colectivo de los jóvenes uno de los que más sufre estas carencias. El acceso a las mismas oportunidades que tienen los jóvenes - incluso en su misma situación socioeconómica- es mucho menor en el campo que en las ciudades.  

Sin embargo, el tradicional fortalecimiento de lo comunitario existente en este ámbito, es lo que también actúa como factor paliativo en las situaciones de dificultad que viven muchas de las familias. Esto es lo que se trabaja con especial dedicación en el colegio Virxe da Cela, que ha puesto a toda su comunidad educativa (docentes, padres, madres y alumnos) al servicio de las necesidades de los demás, especialmente de los más pequeños. Es alentador ver y oír cómo todo el tejido comunitario, con los jóvenes a la cabeza, se organiza para llevar a cabo acciones que están beneficiando a toda la comunidad.

Como explica la profesora Dopico: “son cosas pequeñas, como ayudar a los jóvenes a que crean. Los jóvenes que van a ser el día de mañana nuestros médicos, nuestros maestros, nuestros políticos…” con la esperanza de que, el día de mañana, estos posibles nuevos políticos demuestren mayor sensibilidad frente a la situación de vulnerabilidad que viven hoy en día millones de niños y niñas en nuestro país. Y es que los números todavía están ahí, en concreto 2’5 millones de niños y niñas que viven en riesgo de pobreza y exclusión en España.

“Aquí no vengo solo a ganarme el sueldo, ni los niños vienen a jugar, ni los padres a dejar a los niños como si fuera un garaje de críos. Aquí venimos a transformar”. Así se expresaba la docente  Verónica Dopico en una de las piezas audiovisuales que Ayuda en Acción elaboró hace ya casi un año en el proyecto 1 de cada 5.  En él mostrábamos la realidad con la que conviven algunos de los 31 colegios en los que trabajamos luchando contra la pobreza y la exclusión infantil en nuestro país.

Dopico da clases en el CPI Virxe da Cela de A Coruña, un centro del  entorno rural gallego que lucha con pocos medios, mucha ilusión y enormes dosis de compromiso para que sus alumnos tengan las mismas oportunidades entre ellos, sea cual sea la situación socioeconómica de sus familias. Algunas de ellas están en riesgo de exclusión y pobreza, lo que está generando, día a día, una sociedad más desigual. De hecho, España es actualmente el país de la OCDE en el que más han aumentado las desigualdades sociales en los últimos años.