¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
Niños, un valor que defender y proteger
Y me pregunto: ¿Un niño nacido hoy tiene mejores perspectivas de vida que uno nacido en 1989? Ese año se firmó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), el tratado internacional más ratificado en el mundo, que reconoce a los menores de 18 años como ciudadanos plenos, con derechos propios, independientemente de su raza, género, origen o religión. Parece mentira, pero hasta 1989 no era así.
La CDN ha supuesto enormes progresos y el mundo es hoy un lugar mejor para la infancia que hace 25 años. Sin embargo, no todos los niños han podido beneficiarse por igual. Se siguen vulnerando sus derechos en muchos puntos del planeta, también en lugares con recursos para evitarlo. Hay vulneraciones de derechos y no solo se producen en los rincones más remotos del planeta. Los niños que se quedan atrás viven en diferentes regiones y están en todos los países.
En los países industrializados, la pobreza se mide en términos relativos, en función de los ingresos habituales en una sociedad. Se expresa en problemas de vivienda, de alimentación, dificultades para llegar a fin de mes, cubrir gastos imprevistos, pagar los libros de texto o el transporte escolar.
En el informe “Los niños de la recesión: incidencia de la crisis económica en el bienestar infantil en los países ricos” (2014), vemos que la pobreza infantil ha crecido desde 2008 en 23 de los 41 países estudiados: 76,5 millones de niños por debajo del umbral de la pobreza. Y también ha aumentado la desigualdad: son precisamente los niños más pobres y vulnerables los que más están sufriendo las consecuencias de esta crisis.
¿A qué escenario nos enfrentamos?
El informe “La infancia en España: El valor social de los niños: hacia un Pacto de Estado por la Infancia” (2014), UNICEF pone en evidencia una situación de país con menos niños, más niños pobres (el 27,5%) y con peores resultados educativos.
Los niños importan y su valor social va mucho más allá del ámbito doméstico. Son un asunto de sus familias, pero sobre todo, son un asunto de todos. España es un país con recursos para evitar que eso ocurra. Y también para contribuir al cumplimiento de esos derechos en otros lugares. Se trata, pues, de una apuesta política y social posible y necesaria.
Este esfuerzo de equidad y protección debe trasladarse a todos los niños del planeta a través de la cooperación internacional y las políticas de desarrollo, porque en un mundo de intereses comunes, la responsabilidad es con los propios ciudadanos y frente a otros. Un escenario distinto es posible, es su derecho y nuestra responsabilidad.
Por ello, desde UNICEF, junto con otras muchas entidades estamos pidiendo un Pacto de Estado por la Infancia en España. ¿Te unes?
Y me pregunto: ¿Un niño nacido hoy tiene mejores perspectivas de vida que uno nacido en 1989? Ese año se firmó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), el tratado internacional más ratificado en el mundo, que reconoce a los menores de 18 años como ciudadanos plenos, con derechos propios, independientemente de su raza, género, origen o religión. Parece mentira, pero hasta 1989 no era así.
La CDN ha supuesto enormes progresos y el mundo es hoy un lugar mejor para la infancia que hace 25 años. Sin embargo, no todos los niños han podido beneficiarse por igual. Se siguen vulnerando sus derechos en muchos puntos del planeta, también en lugares con recursos para evitarlo. Hay vulneraciones de derechos y no solo se producen en los rincones más remotos del planeta. Los niños que se quedan atrás viven en diferentes regiones y están en todos los países.