¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
Un sistema electoral desigual para votar contra la desigualdad
D’Hondt no tiene la culpa de todo.- Este señor es el creador de la fórmula matemática que se aplica para convertir a escaños los votos que un partido saca en una provincia. La fórmula D’Hondt se basa en el principio de proporcionalidad, pero resulta poco eficaz cuando las circunscripciones electorales son pequeñas y reparten menos de 8 escaños. En esos casos, los partidos que no alcanzan el 10% o más de los votos tienen virtualmente imposible obtener un escaño, lo que favorece irremediablemente a los dos partidos más fuertes de la provincia.
La abundancia de circunscripciones pequeñas es la causante del déficit de proporcionalidad del sistema electoral español.- En las elecciones al Congreso las circunscripciones coinciden con las 50 provincias, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. 44 de estas 52 circunscripciones son pequeñas (es decir, eligen a 8 o menos diputados), por lo que los resultados en ellas serán poco proporcionales y los partidos pequeños se verán muy penalizados. En total, estas provincias pequeñas eligen 214 de los 350 escaños, a pesar de que en ellas vive solo la mitad de la población española. La otra mitad de los españoles eligen 136 escaños.
Los partidos que mejores resultados obtienen en las provincias pequeñas son los grandes beneficiados del sistema electoral.- Esto es consecuencia de lo anterior, y significa que, históricamente, PP y PSOE son los grandes ganadores del sistema electoral, junto con los partidos de ámbito regional que concentran sus votos en determinadas provincias. Por el contrario, los grandes perdedores del sistema resultan los partidos de ámbito estatal incapaces de disputar los dos primeros puestos en las provincias pequeñas. Es lo que podríamos llamar “Síndrome de Izquierda Unida”, aunque la lista de damnificados es amplia (CDS en los 80 y 90, Equo y UPyD en la última década). Muy probablemente, Ciudadanos y Podemos pasen a engrosar la unidad de quemados después del 20D, por lo que esperamos que se pongan de acuerdo la próxima legislatura para impulsar un cambio en las reglas de juego.
Un voto en Soria vale por cuatro votos en Madrid.- Soria reparte un escaño por cada 45.000 habitantes; Madrid uno por cada 180.000. Como muestra de esta desproporción, en las Elecciones Generales de 1993 al PP le bastaron 29.627 votos en Soria para conseguir ahí 2 escaños, mientras que al CDS no le sirvieron de nada los 93.347 votos que sacó en Madrid. Después de esto, en la sede del PP sonó a todo gas el gran éxito de Gabinete Caligari: “Voy camino Soria, ¿tú hacia dónde vas? Allí me encuentro en la gloria que no sentí jamás.”
Cuando votas en blanco favoreces a los partidos mayoritarios.- Y también cuando metes en el sobre una papeleta cualquiera sin molestarte en conocer lo que representa. Esto es así porque todos los votos válidos (y el voto en blanco lo es) son tenidos en cuenta a la hora de calcular el umbral de entrada (lo que implica que un partido necesita sacar más del 3% de los votos válidos emitidos en una provincia para poder optar a la asignación de escaños). Sin embargo, no pasa nada si el 20D vuelves a votar a Chiquito de la Calzada, ya que tu voto sería considerado nulo y, por tanto, no tendría ningún efecto.
Hoy 2 de Diciembre se está celebrando simultáneamente en Madrid, Barcelona y Bilbao la tercera edición de #Datactictercera edición de #Datactic, un encuentro de ciberactivistas orientado a la formación y la acción en redes que, esta ocasión, tiene como objetivo fomentar la participación y el voto informado en las Elecciones del 20 de Diciembre.
D’Hondt no tiene la culpa de todo.- Este señor es el creador de la fórmula matemática que se aplica para convertir a escaños los votos que un partido saca en una provincia. La fórmula D’Hondt se basa en el principio de proporcionalidad, pero resulta poco eficaz cuando las circunscripciones electorales son pequeñas y reparten menos de 8 escaños. En esos casos, los partidos que no alcanzan el 10% o más de los votos tienen virtualmente imposible obtener un escaño, lo que favorece irremediablemente a los dos partidos más fuertes de la provincia.
La abundancia de circunscripciones pequeñas es la causante del déficit de proporcionalidad del sistema electoral español.- En las elecciones al Congreso las circunscripciones coinciden con las 50 provincias, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. 44 de estas 52 circunscripciones son pequeñas (es decir, eligen a 8 o menos diputados), por lo que los resultados en ellas serán poco proporcionales y los partidos pequeños se verán muy penalizados. En total, estas provincias pequeñas eligen 214 de los 350 escaños, a pesar de que en ellas vive solo la mitad de la población española. La otra mitad de los españoles eligen 136 escaños.