Draghi alerta de la “persistencia de la incertidumbre” por “factores geopolíticos y la amenaza del proteccionismo”
Las cosas van bien, pero podrían ir mejor. Hay nubarrones, pero no hay tormenta. Y Mario Draghi tiene lista su “caja de herramientas” para hacer los retoques necesarios si “las cosas van muy mal”, aunque cree que no hará falta durante “este año”.
El presidente del Banco Central Europeo ha comparecido este lunes ante la Comisión de Economía del Parlamento Europeo, en Bruselas, para lanzar un mensaje medio optimista o medio pesimista, según se quiera mirar: Draghi ha advertido de que siguen siendo “esenciales” los estímulos monetarios para mantener la inflación en los objetivos fijados –por debajo del 2%–. Y eso es así por las señales de “incertidumbre” económica, entre otras cosas por “factores geopolíticos que lastran” que están reduciendo la “demanda exterior”.
Draghi, eso sí, ha reconocido “un dinamismo del mercado laboral favorable y una evolución positiva de los salarios que están generando lentamente un aumento de la inflación”. En este contexto, ha afirmado el presidente del BCE, son fundamentales los estímulos monetarios, gracias a la orientación previa de nuestros tipos de interés y activos adquiridos. Queremos ajustar la inflación hacia el objetivo de inflación de manera sostenible“.
El presidente del BCE ha defendido su gestión, y ha recordado que el BCE ya ha detenido las compras netas de activos, pero ha enfatizado que seguirá reinvirtiendo al completo “los pagos principales de la deuda que venza bajo el programa de compra de activos por un tiempo prolongado después de que empiecen a subir los tipos de interés”.
“Y entonces, por supuesto, si las cosas van muy mal podemos recuperar otros instrumentos de nuestra caja de herramientas. Nada se opone a esa posibilidad. El único punto es bajo qué contingencia lo haríamos. Y en este momento no vemos probable que una contingencia así se materialice, especialmente no este año”, ha apuntado.
Así ha respondido al eurodiputado alemán Bernd Lucke (Conservadores), quien ha preguntado a Draghi si el instituto emisor tiene pensado “reanudar” las compras netas de activos a largo plazo “para mantener el estímulo” monetario, así como cuáles serían los motivos para hacerlo.
Ante las preguntas de eurodiputados sobre cuál será la actuación del BCE frente a la ralentización económica de la eurozona, el presidente del BCE ha subrayado, por ejemplo, que retrasar las “expectativas” de subidas de tipos “más allá que a finales del verano” ya es “en sí mismo” una reacción “al debilitamiento del impulso”.
“No sólo tenemos herramientas, sino que además ya han empezado a reaccionar al impulso más lento” de la economía europea, ha expresado el italiano.
Entre los “factores geopolíticos” que explican la ralentización, Draghi ha citado el proteccionismo, en especial las fricciones entre Estados Unidos y China, la incertidumbres por la salida de Reino Unido del bloque comunitario, la desaceleración de la economía china o “acontecimientos” políticos en la UE a nivel nacional.
Este último factor es un mensaje hacia el Gobierno italiano, sin mencionarlo, al que le ha mandado otro mensaje: “Un país pierde la soberanía si tiene la deuda demasiado alta”. El tamaño de la deuda ha sido uno de los elementos fundamentales del pulso entre las instituciones europeas y el Gobierno italiano para sus presupuestos.
En su discurso inicial, el italiano ya había remarcado que todavía es necesario un nivel “significativo” de estímulos monetarios “para apoyar aún más la creación de presiones” sobre los precios y la inflación nominal en el medio plazo.
Además, ha indicado que el Consejo de Gobierno del BCE “está preparado para ajustar todos sus instrumentos, como sea apropiado, para garantizar que la inflación” sigue acercándose a su objetivo del 2% “de una forma sostenible”.
El pasado 24 de enero, Draghi anunció en Fráncfort que el Consejo de Gobierno del BCE se va a dar más tiempo para analizar la situación económica hasta marzo y ver si es necesario modificar la orientación sobre los tipos de interés. Ese día el BCE mantuvo los tipos de interés de referencia a los que presta a los bancos semanalmente en el 0% y su orientación respecto al futuro, por lo que prevé que seguirán en el nivel actual, al menos, durante el verano de 2019.