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Fashion Pact: las medidas sostenibles de los gigantes de la moda que son un lavado de imagen para los ecologistas 

Entrada de una tienda de Zara en Madrid

Iván Fernández

Un tercio de la moda, por volumen de ventas, se reunió el pasado 26 de agosto en Biarritz (Francia) para anunciar el denominado Fashion PactAprovechando la celebración del G-7 y de la mano de Emmanuel Macron, 32 grupos textiles se comprometieron a reducir su impacto en el cambio climático, la contaminación de los océanos y la pérdida de biodiversidad. Un compromiso sin vinculación legal que lleva a que las ONG teman que se trate de una estrategia de greenwashing (estrategia que siguen algunas empresas para mejorar su reputación mediante medidas para aparentar ser respetuoso con el medioambiente). 

Las compañías adheridas al acuerdo son: Adidas, Bestseller, Burberry, Capri Holdings Limited, Carrefour, Chanel, Everybody & Everyone, Fashion3, Ferragamo, Fung Group, Galerías Lafayette, Gap, Giorgio Armani, H&M, Hermes, Karl Lagerfeld, Kering, La Redoute, MatchesFashion.com, Moncler, Nike, Nordstrom, Prada Grupo, Puma, PVH, Ralph Lauren, Ruyi, Selfridges Group, Stella McCartney, Tapestry y Zegna. Entre todas representan más de 150 marcas de ropa como Versace, Gucci, Pull and Bear, Zara o Pimkie.

A través del comunicado emitido de forma conjunta, reconocen que el sector es responsable de al menos un 20% de las emisiones de aguas residuales y del 10% de las emisiones de carbono (CO2), según las cifras de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa. Para tratar de reducir estas cifras apuestan por minimizar el uso de plásticos de un solo uso y consumir el 100% de energías renovables para 2030 e intentar ser “cero” emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. También buscan reducir las microfibras de materiales sintéticos y promover una producción que no arroje productos químicos a ríos y océanos. 

Todo el agua de un hidroavión para fabricar un vaquero 

La producción textil genera al año 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y 500.000 toneladas de fibras micróplasticas que acaban vertidas al mar, según los datos de la Fundación Ellen MacArthur y Greenpeace. Del total de plásticos en el océano, un tercio son fibras micróplasticas, según WWF.

Pero la ropa no solo genera contaminación en su fase de elaboración, cada vez que se lava una prenda de poliéster se libera hasta un 1 millón de fibras microplásticas, según los estudios realizados por Greenpeace. “El principal problema es que no hay tecnología capaz de recoger estas partículas”, apunta la responsable del programa de agua de WWF, Teresa Gil. 

Con un futuro escaso de agua, llama la atención el enorme gasto de la industria textil. “Para fabricar un pantalón vaquero se necesitan 11.800 litros de agua, la misma cantidad que cabría en un hidroavión de los que se utilizan para apagar los incendios”, señala Gil. Para elaborar una camiseta de algodón la cantidad es bastante menor: “Se necesitan 2.700 litros de agua, lo equivalente a un ascensor de hospital lleno de agua”, comenta. 

¿Apuesta por la sostenibilidad o lavado de imagen? 

El documento del Fashion Pact deja claro que no es vinculante y solo busca ser una guía con pautas a seguir para el desarrollo sostenible de la industria textil. Según han transmitido a Efe fuentes de Inditex, única empresa española firmante, los participantes harán reuniones periódicas para evaluar las acciones, pero el acuerdo no compromete en ningún caso la acción de las empresas, que podrán seguir las pautas del pacto de manera voluntaria siempre adecuándose a criterios científicos. 

“Como no hay ninguna legislación potente que les obligue a acometer medidas es solo un compendio de buenas intenciones. Es un poco de greewashing”, afirma Julio Barea, responsable de campañas de Greenpeace. Mientras que para WWF las medidas son insuficientes, ya que solo con energía sostenible no es suficiente. “El reto es huir del fast fashion, del usar y tirar. El propio consumidor debería alargar la vida de sus prendas”, opina Gil. 

En el caso de Inditex, la primera distribuidora mundial, las medidas van en línea con el Fashion Pact e incluso los plazos son más cortos. En la última junta general de accionistas se anunció la estrategia sostenible de la compañía: en 2020 se eliminarán por completo el uso de bolsas de plástico, antes de 2025 el 100% del algodón, el lino y el poliéster que utilizarán las ocho marcas del grupo será orgánico, sostenible o reciclado, y el número de prendas bajo la etiqueta de excelencia medioambiental Join Life crecerá más del 100% en 2019 y representará más del 25% del total en 2020. 

En declaraciones transmitidas a los medios por motivo del pacto de la moda, el presidente de Inditex, Pablo Isla, afirmó que “todos los que integramos la compañía estamos comprometidos con la Sostenibilidad, eje estratégico clave de nuestra empresa, y ése es el auténtico motor del proyecto: la convicción de todos de cuidar nuestro entorno con la vista puesta en el largo plazo”.

Los desechos de ropa, los grandes olvidados del acuerdo

Campañas como Detox, elaborada por Greenpeace y a la que se adhirieron empresas como Inditex, Nike, Adidas o H&M pusieron el foco a principios del siglo XXI sobre el uso de productos químicos. Actualmente, los firmantes del Fashion Pact aseguran haber mejorado esos procesos de elaboración y creen que el foco ahora debe ponerse en la extracción de materias primas. Tanto es así, que proponen la eliminación de aquellos componentes “cuya extracción exija consumos intensivos de alto impacto”.

“Si se refieren al poliéster el impacto es muy grande, ya que hablamos de extracción de petróleo. En cambio, si se refieren al algodón, lino o lana, el impacto es ínfimamente menor”, comentan desde Greenpeace, para quién el acuerdo se olvida de otro “gran problema”, la gestión de residuos. “El final de la cadena también es responsabilidad suya, y deberían ser ellos quiénes se hagan cargo. Igual que sucede con los envases. ¿Dónde tiro la ropa? Hay pocos contenedores específicos y son de las ONG”, señalan. 

Un ejemplo de responsabilidad en la gestión de la ropa usada es la campaña global que lleva a cabo la multinacional sueca H&M desde el año 2013. En sus tiendas hay un contenedor donde se puede depositar la ropa vieja, y en ocasiones, ofrecen descuentos para una futura compra. El año pasado consiguieron recolectar 25.000 toneladas y en sus objetivos empresariales tiene fijado para 2030 utilizar exclusivamente materiales reciclados o sostenibles. 

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