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Petrodólares, fondos buitre y empresas chinas ya buscan gangas en Europa por la crisis del coronavirus

El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, se reúne el pasado noviembre con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed.

Antonio M. Vélez

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Fondos soberanos de petromonarquías árabes, los denominados fondos buitres y empresas estatales chinas ya sondean Europa en busca de oportunidades de compra de activos cuyos precios se han desplomado por la debacle económica del coronavirus, pese a las medidas de salvaguardia a la inversión extracomunitaria alentadas por la Comisión Europea.

Los más activos hasta ahora han sido los inversores saudíes. El fondo soberano de esta dictadura petrolera, PIF, ha invertido unos 1.000 millones de euros en cuatro grandes petroleras del continente (la holandesa Shell, la francesa total, la noruega Equinor y la italiana Eni), según informó hace unos días The Wall Street Journal

El pasado jueves, Financial Times añadía un quinto nombre, el de Repsol, a las inversiones realizadas “en las últimas semanas” por PIF en el sector petrolero europeo.

La española pertenece a uno de los sectores estratégicos que el Gobierno ha decidido proteger de eventuales ofertas hostiles extranjeras tras declarar el estado de alarma, en consonancia con las recomendaciones de la Comisión Europea, que el mes pasado instó a los estados miembros a tomar todas las medidas necesarias para preservar activos y tecnología estratégica de inversores de fuera de la UE.

En el caso de España, el Gobierno ha suspendido por decreto el régimen de liberalización de determinadas inversiones extranjeras directas, que mientras dure el estado de alarma van a requerir autorización previa a inversiones superiores al 10% o que permitan ejercer el control sobre compañías de determinados sectores. Posteriormente, se ha establecido un régimen simplificado de aprobación para las inversiones cuando se acredite que había un acuerdo previo entre las partes con precio fijado y para operaciones de entre 1 y 5 millones, manteniendo ese límite del 10%.

El fondo saudí PIF ha llevado a cabo esas incursiones con vocación de largo plazo y en un sector con pésimas perspectivas, que va a vivir este año el peor ejercicio de su historia, según la Agencia Internacional de la Energía. Pero sus sectores de interés van más allá del petróleo.

Otra operación que ultima la monarquía absolutista en plena crisis del coronavirus es la compra del Newcastle, que va a extender la tupida red de intereses de los petrodólares sobre el fútbol europeo. Y el fondo PIF está “identificando áreas muy interesantes en sectores como el logístico, tecnológico y de telemedicina, y otros que son muy prometedores”, según ha asegurado a Financial Times un portavoz del fondo saudí, que recientemente adquiría un 8,2% del operador de cruceros estadounidense Carnival, perteneciente a uno de los sectores más castigados por esta crisis, el turístico. 

Según el rotativo británico, otra firma que también está buscando activamente oportunidades en Europa es el fondo soberano de Abu Dhabi, Mubadala, principal accionista de la petrolera española Cepsa.

“Siempre hay oportunistas”

El responsable en España de uno de los principales bancos de inversión en Europa señala, en conversación telefónica, que el momento actual “es una buena ocasión” para la búsqueda de operaciones. “Siempre hay oportunistas, pero no hay nada especialmente acusado respecto a hace un año”, quizá porque todavía “es pronto” para que se concreten operaciones, dice este financiero, muy pesimista sobre las expectativas de la economía española a corto plazo, aunque cree que 2021 “será un buen año”.

A medida que la situación económica se deteriora y empieza a repuntar la morosidad, fondos buitre que abandonaron España cuando a partir de 2015 la situación económica empezó a mejorar, como Fortress, Elliott, Chenavari y Anacap, se están planteando ahora volver al país una vez se levante el estado de alarma en busca de oportunidades, según contaba El Confidencial hace unos días.

De acuerdo con Expansión, otras firmas de inversión que ya tienen fuertes intereses aquí como Cinven, KKR, Apollo o CVC también están oteando ya el mercado español en busca de activos en los que invertir después del verano en sectores como el hotelero, si bien ahora el foco está puesto en la reestructuración de las compañías que tienen en cartera y que se están viendo afectadas por la pandemia.

Otro foco de interés viene de China, el país donde surgió la pandemia y que ha empezado a recobrar la actividad tras un primer trimestre en el que su PIB retrocedió por primera vez en 40 años al hundirse un 6,8%, por encima de lo esperado por los analistas. 

Bloomberg contaba hace unos días que la banca de inversión europea está recibiendo un incremento de las consultas de fondos y firmas chinas (muchas de ellas, estatales) sobre posibles objetivos de inversión en Europa. La agencia estadounidense recordaba que las valoraciones de las empresas que cotizan en bolsa se han desplomado con esta crisis y que los inversores chinos están “ansiosos” por explorar esas posibles operaciones, ya que ven menos competencia de operadores extranjeros que están centrados ahora en gestionar el brote.

No obstante, las actuales restricciones a los viajes en todo el mundo para intentar frenar la pandemia y las cláusulas de salvaguarda introducidas por los estados miembros van a impedir que esas operaciones se cierren de manera inminente. Entre los sectores de interés de las empresas estatales chinas estarían aquellos de especial interés estratégico para el gigante asiático, como la automoción, la energía, infraestructuras y tecnología. 

En paralelo, sectores con problemas de liquidez en Europa están buscando fondos para capear la repentina pérdida de sus ingresos y la pérdida de liquidez, como aerolíneas, hoteleras y clubes de fútbol. El viernes, medios portugueses señalaban al mayor banco de china, ICBC, como la entidad que va a liderar un préstamo de hasta 375 millones de euros para salvar a la aerolínea lusa TAP. Durante la crisis de deuda europea, China ya aprovechó el rescate de Portugal para convertirse en socio de referencia de la eléctrica EdP y del operador luso REN, equivalente a Red Eléctrica.

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