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Adrián de la Joya: empresario de la jet, cercano a Villarejo e implicado en los charcos judiciales del PP

Adrián de la Joya y Ruiz de Velasco, detenido este miércoles en el marco del caso Villarejo, es un empresario poco conocido por el gran público cuyo nombre ha aflorado en los últimos años en varios de los escándalos judiciales relacionados con el PP. Desde 2017 está imputado en el caso Lezo, por el que llegó a ser detenido por su papel como presunto intermediario en el pago de un supuesto soborno de 1,4 millones de euros en 2007 de la constructora OHL al entonces vicepresidente madrileño, Ignacio González, a cambio de la adjudicación del fallido tren de Cercanías a Navalcarnero.

De la Joya llegó a admitir en 2017 ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que el empresario Javier López Madrid, yerno del exministro y primer accionista de OHL, Juan Miguel Villar Mir, le había remitido esos fondos a una cuenta suya en Suiza con el objetivo de transferírselos a Ildefonso de Miguel, entonces directivo del Canal de Isabel II, que a su vez debía hacérselos llegar al entonces número dos de Esperanza Aguirre.

Sin embargo, De la Joya aseguró que se quedó con el dinero porque OHL tenía una deuda previa con él relacionada con negocios en África.

El nombre del empresario, que tiene fijada desde hace años su residencia en Suiza, también apareció vinculado al caso Gürtel, por un pago de 50.000 euros al testaferro del extesorero del PP Luis Bárcenas, el ya fallecido Francisco José Yañez, a finales de 2008.

El pasado marzo, El Confidencial avanzó que la Agencia Tributaria investiga a De la Joya por el traslado a Suiza de 12 millones de euros de origen desconocido que tenía depositados en España en 2010, meses después de que estallara la Gürtel.

En el caso Villarejo, De la Joya habría sido el intermediario a través del cual el comisario habría conseguido llegar a empresarios como el naviero Ángel Pérez Maura, también detenido este miércoles, y los antiguos propietarios de Banca Privada de Andorra (BPA), los hermanos Cierco.

Pérez-Maura habría contratado los servicios del comisario Villarejo para frenar una investigación contra su empresa en Guatemala y desactivar su posible extradición al país centroamericano, según publicó en septiembre El Confidencial.

De la Joya fue muy conocido en los círculos de la jet madrileña y marbellí en la década de los 90 por las amistades que frecuentaba a través de su matrimonio con Cristina Fernández Longoria, hija del que fuera embajador de Egipto, Carlos Fernández-Longoria y Pavía.

La esposa de De la Joya era entonces cuñada del libanés afincado en Suiza Abdul Rahman el Assir, quien fuera íntimo amigo del rey Juan Carlos y socio del multimillonario traficante de armas saudí Adnan Kashogui, y otra de las hermanas de Fernández-Longoria estaba entonces casada con José Luis Alcocer, primo de Alberto Alcocer, a su vez primo de Alberto Cortina: la pareja de empresarios conocida como ‘los Albertos’, también del círculo íntimo del hoy rey emérito.

Con el exportavoz de Bono

En aquella época, De la Joya fue noticia por sus negocios con Rafael Martín Sanz, que en la década de los 80 había sido consejero de Presidencia y Portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha con el socialista José Bono, y con el que compartió su primer escándalo con motivo del denominado caso Atocha, una investigación provocada por el cobro de comisiones por adjudicaciones irregulares de la Comunidad de Madrid entre 1989 y 1992 a la empresa Construcciones Atocha.

Ambos salieron indemnes judicialmente, tal y como recordaba El País en un perfil en el que definía a De la Joya como “el amigo de todos con casa en Suiza” firmado por Javier Ayuso, ex jefe de prensa de la Casa Real y ex director de Comunicación de BBVA, otra de las empresas relacionadas con los negocios de Villarejo.

De la mano de Martín Sanz, De la Joya se metió en el negocio audiovisual con el Grupo Karpesa, que incluía a la productora Telson, por la que obtuvieron el 29,8% de Radiotrónica, luego rebautizada como Avanzit. Era la época de Juan Villalonga (íntimo de José María Aznar) como presidente de Telefónica, principal cliente de Avanzit. Martín Sanz y De la Joya, que habían sido nombrados presidente y vicepresidente de la sociedad, se vieron forzados a dimitir en 2001, tras llevar la empresa a la suspensión de pagos.

Posteriormente, De la Joya, que es hermano del ex consejero delegado de Ferrovial Agromán y actual CEO de Cintra [filial de concesiones de la constructora de la familia del Pino], Alejandro de la Joya, lanzaría algunos negocios con el empresario inmobiliario Domingo Díaz de Mera, promotor del fallido aeropuerto de Ciudad Real. A partir de 2007, se reconvirtió en intermediario financiero, con domicilio fiscal en Suiza y sociedades en varios paraísos fiscales.

Otro de los escándalos en los que apareció vinculado fue el del Pequeño Nicolás, en cuyo sumario figuraban 174 llamadas telefónicas entre la oficina del empresario y el móvil de Villarejo en los 60 días posteriores a la detención de Francisco Nicolás Gómez Iglesias.