El 11 de junio de 2012 se celebró la primera reunión del Patronato de la Fundación AENA de la nueva legislatura bajo la mayoría absoluta de Rajoy. Pese a que en los meses anteriores el Consejo de Ministros del Gobierno del Partido Popular había denunciado “el amiguismo y descontrol” que imperaba en las empresas y fundaciones públicas durante la etapa socialista, en el orden del día figuraba el nombramiento como nueva directora gerente de este ente de Cristina Díaz Pan.
Testigos presenciales en este acto recuerdan que el nuevo presidente de AENA, José Manuel Vargas, introdujo a una joven rubia de menos de 30 años. Ante el asombro de los presentes, la nueva directora gerente no quiso hablar y, ante las preguntas de Vargas, aseguró que no tenía ningún conocimiento de aeronáutica y mucho menos de arte.
En el curriculum que difundieron las agencias de noticias ese mismo día se recoge que Cristina Díaz Pan es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Cardiff (Gales), en la Escuela de Negocios Caixanova y posee un máster en Dirección y Gestión de Comercio Exterior por la Escuela Superior de Negocios y Tecnologías (ESDEN).
Lo que se ocultaba en este curriculum es que el nuevo cargo es la hija de Dolores Pan, actual presidenta de la comisión de Fomento en el Senado y una de las principales componentes del llamado “clan gallego” del partido en el poder.
Corto mandato
Corto mandatoDe modo sorprendente, la vida como directora gerente de la Fundación AENA de Cristina Díaz Pan fue muy corta. Sin que exista constancia de que volviera a reunirse el patronato del ente, fue destituida del cargo el día 30 de julio. Al parecer, la causa de esta decisión apresurada fue un chivatazo a la dirección de AENA de que algún medio de comunicación había preguntado sobre los méritos de la nueva directiva para ocupar tal cargo. Desde entonces, actúa como director gerente en funciones un viejo componente de la Fundación cuyo nombre es Enrique Moral. Díaz Pan, según informaciones solventes, se negó a dimitir del cargo y tuvo que intervenir directamente el Ministerio de Fomento para convencerla.
La Fundación AENA gestiona un patrimonio artístico de más de 1.600 obras de la segunda mitad del siglo XX y del XXI. Entre sus fines se encuentran “fomentar la cultura aeronáutica, gestionar el patrimonio histórico y artístico de los aeropuertos españoles y velar por su conservación y su divulgación en la sociedad”. Para ello maneja un presupuesto de 10 millones de euros con una plantilla de unos 10 trabajadores.
El presidente de AENA, José Manuel Vargas, es un ejecutivo especializado en la reestructuración de empresas. En el sector de los medios de comunicación se le conoce por el trabajo realizado en Vocento y en el diario Abc. Ahora, en su nueva responsabilidad como presidente de AENA, ha lanzado un Plan de Eficiencia en el que se prevén medidas como la reducción de jornada en 17 aeropuertos pequeños y el despido de los mayores de 55 años en una plantilla de 13.000 empleados. El número de afectados podría oscilar entre 1.500 y 2.000 trabajadores.
El actual equipo directivo de AENA cifra la deuda de la empresa pública en 14.945 millones, 2.600 más de los reconocidos por la última dirección de los Gobiernos del PSOE, que la cifraba en 12.396 millones. Vargas y su equipo calculan que 18 de los 47 aeropuertos de la red pública están infrautilizados.