La Encuesta de Población Activa (EPA) se suele considerar uno de los mejores termómetros del mercado laboral en España, pero este primer trimestre del año no lo es tanto. El motivo es la irrupción del coronavirus a mediados de marzo, que supuso una enorme y rápida destrucción de empleo en las dos últimas semanas del mes, de 900.0000 empleos, según los datos de afiliación a la Seguridad Social, y que expulsó temporalmente de sus puestos a cientos de miles de personas en ERTE en cuestión de semanas. La EPA muestra datos medios trimestrales, de enero, febrero y marzo en la publicada este martes, por lo que la fotografía no está ajustada a lo que sucede en el presente.
¿Afecta el coronavirus a los resultados de esta EPA? ¿Cómo? ¿Cuánto? Los resultados de la encuesta se han visto afectados por la irrupción del coronavirus al final del mes de marzo, que habitualmente suele compensar con creación de empleo las grandes pérdidas de puestos de trabajo al inicio del año (especialmente en enero), pero no es posible decir cuánto han marcado los datos en algunos casos.
No obstante, la estadística muestra datos interesantes, que sobresalen de manera excepcional en los registros de los años precedentes y que nos permiten intuir algunas repercusiones de la pandemia en el mercado laboral. A continuación se destacan algunos elementos a tener en cuenta sobre los posibles efectos de la COVID-19 en los resultados de esta EPA.
Solo afecta a dos semanas en tres meses
El Instituto Nacional de Estadística (INE), organismo que realiza la estadística, precisa que “la pandemia provocada por el COVID-19 y la declaración del estado de alarma han tenido importantes efectos sobre la Encuesta de Población Activa, tanto en lo que respecta a la realización de las entrevistas como a su repercusión en las variables medidas por la encuesta”.
Por ejemplo, las entrevistas personales desde el 13 de marzo se hicieron telefónicamente y, en algunos casos, a través de Internet. Además, se ha producido una disminución del tamaño muestral en las primeras entrevistas, “por no disponer de los números de teléfono de todos los hogares de la muestra”.
En cuanto a los resultados, en los que se recoge la mayor destrucción de empleo desde 2013, la influencia del coronavirus queda en general “diluida”, según el INE, ya que los efectos del estado de alarma (decretado el 14 de marzo) se notaron solo a partir de la semana 11 de un total de 13 que analiza la EPA. Y hay que recordar que, aunque son dos semanas en estado de alarma dentro de la estadística, el INE pregunta a los entrevistados sobre sus circunstancias en la semana precedente.
Las personas en ERTE figuran como ocupadas
Otra de las cuestiones relevantes radica en que uno de los grandes protagonistas de esta crisis, el enorme número de trabajadores afectados por ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo), figura en la estadística de la EPA dentro del personal ocupado, es decir, de las personas con empleo.
El INE recuerda que los afectados con suspensión de empleo se clasifican como ocupados cuando dicha suspensión es inferior a tres meses. “Si es superior o igual a ese periodo y el trabajador continúa percibiendo al menos el 50% del salario, también sigue considerándose ocupado en la encuesta”, añade en su nota el organismo.
Dado que los ERTE comenzaron a producirse en masa a partir de la declaración del estado de alarma, el 14 de marzo, “los trabajadores afectados por un ERTE por causa del COVID-19 con suspensión de empleo se consideran ocupados a efectos de su clasificación en la EPA del primer trimestre”, explica la nota del INE. Además, los afectados por un ERTE con reducción de jornada también figuran como ocupados.
El Gobierno ha informado de que en estos momentos en número total de personas incluidas en ERTE asciende a unos cuatro millones de trabajadores. Al terminar marzo, la ministra de Trabajo informó de que 620.000 personas en ERTE ya tenían reconocida su prestación de desempleo, aunque este dato correspondía solo a aquellas para las que se había podido tramitar el paro, ya que otras muchas estaban en esta situación pero a la espera de la gestión.
Dónde intuimos el gran número de ERTE
Hay cifras de esta EPA extraordinarias y que nos hablan del gran número de ERTE que se produjeron en marzo por la crisis del coronavirus. Se trata por ejemplo del gran aumento del número de personas ocupadas (con un empleo) que afirman no haber trabajado en la semana anterior, que aumentaron en 509.800 personas respecto al último trimestre de 2019. Este dato “no tiene precedentes en un primer trimestre del año”, destaca el INE.
El organismo adjudica principalmente este ascenso a otra cifra que también se dispara: la de las personas incluidas en un ERTE o paro parcial por razones técnicas o económicas. Este dato se incrementó en 562.900 personas en este trimestre respecto al anterior. Por poner un ejemplo, en el mismo periodo de 2019 el aumento fue de 1.800 personas; en 2018, de 1.100; en 2017 de 3.300.
Además, el número total de horas efectivas trabajadas en el primer trimestre de 2020 también ha experimentado un descenso importante “debido al periodo en el que ha sido necesario limitar la actividad económica”, subraya el INE. El volumen de horas de trabajo ha descendido un 4,25% respecto del tiempo trabajado en el trimestre anterior. “Para encontrar un descenso del tiempo de trabajo superior en un primer trimestre hay que retroceder a 2009”, destaca el organismo.
Muchos parados posiblemente no figuran como parados
El incremento del paro en esta EPA asciende a 121.000 personas en este trimestre, el dato más alto desde 2013, hasta un total de 3.313.000 parados. La tasa de paro se sitúa así en el 14,41%. Estos datos están muy lejos de la gran reducción de empleo de la que nos informan los datos de afiliación de marzo y del aumento en 302.365 personas en el paro registrado en las oficinas públicas de empleo, por ejemplo, y se explica por varios motivos.
El INE precisa que en la actual situación de alarma, en la que se ha producido el cese de muchas actividades y el confinamiento de la población, “es posible que muchos trabajadores que hayan perdido su empleo no puedan utilizar ningún método de búsqueda por estar cerradas las empresas que podrían contratarles o imposibilitados de ejercer su actividad como autónomos o que no puedan incorporarse a un hipotético trabajo por tener que permanecer en casa cuidando de las personas dependientes de la familia (niños, ancianos, personas con discapacidad, etc.)”.
Así, el organismo subraya que muchas personas que se han quedado sin empleo pueden no cumplir alguna de las dos condiciones exigidas para ser consideradas paradas en la estadística (la búsqueda de empleo y disponibilidad para trabajar). El INE apunta que estas se clasifican como inactivas, lo que ha podido “contribuir al incremento de la categoría de inactivos en este trimestre”.
Los datos de inactividad han experimentado también un aumento extraordinario. El primer trimestre de cada año suele venir acompañado de un incremento del número de inactivos “debido principalmente al paso a la situación de jubilación desde la de ocupación”, explica el INE, pero en este primer trimestre, el aumento no “tiene precedentes en la EPA”. El número de inactivos asciende en 257.500 personas, mientras que en el mismo trimestres de 2019 aumentó más o menos la mitad (138.800).
Hogares sin percepción de ingresos
Hay otras cifras que sobresalen respecto a los registros de los años precedentes, aunque es difícil cuantificar el efecto del coronavirus. Por ejemplo, destaca el gran aumento del número de hogares en los que ningún miembro recibe ingresos, un total de 597.000 hogares. El incremento respecto al trimestre anterior es de 31.700 viviendas, el más alto desde el primer trimestre de 2015, que registró un aumento de 39.700 hogares en esta precaria situación.
No es tan raro que este dato se incremente en este trimestre del año, pero en 2019 su número se redujo en 3.600 hogares en este periodo y en 2018 la cifra aumentó en 23.600 hogares. Una de las circunstancias que los sindicatos y organizaciones sociales han pedido evitar en esta crisis es esta: que la pandemia deje a hogares sin ningún tipo de ingresos y sin la posibilidad de salir a buscar trabajo debido a las medidas de contención del virus.
Estos colectivos han demandado una ayuda de emergencia para estos momentos y, por el momento, el Gobierno ha ampliado con varios subsidios y ayudas la cantidad de personas que tienen acceso al desempleo o a la prestación de autónomos por cese de actividad y está acelerando la implantación del Ingreso Mínimo Vital para familias con muy pocos recursos.
El INE adelanta que, de cara a la EPA del segundo trimestre del año, el organismo incorporará de manera excepcional algunas preguntas para intentar medir los efectos de la pandemia, como cuestiones sobre el trabajo en el propio domicilio, la causa por la que la persona dejó o perdió su último empleo y los horarios atípicos (en fin de semana, nocturno, etc.)“.