El “albañil con corbata” que copa las oficinas de Madrid engorda su patrimonial luxemburguesa con 69 millones
El multimillonario madrileño Ángel Soria, el autodenominado “albañil con corbata” que, pese a su discreto perfil, pasa por ser uno de los grandes propietarios de oficinas en Madrid, acaba de llevar a cabo una inyección de capital de 69 millones de euros en la sociedad patrimonial radicada en Luxemburgo que utiliza para controlar su inmobiliaria, Torre Rioja.
Este grupo español, que tiene como inquilinas en la capital de España a grandes multinacionales como Axa, BNP, General Electric o Roche, prevé beneficiarse este año de las ventajas fiscales de las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (Socimi).
Según el Registro de Luxemburgo, el pasado 31 de diciembre Matra Investment, sociedad luxemburguesa 100% propiedad de Ángel Soria, realizó una ampliación de capital de 69,7 millones mediante la aportación en especie de títulos de una de sus sociedades en España, RA SL. La operación ha fijado el capital de Matra en 271,3 millones y no tiene precedentes en esta sociedad.
Matra Investments es una empresa sin empleados que en 2019 declaró pérdidas de 22.313 euros y activos de 205 millones. Fue migrada a Luxemburgo desde el paraíso fiscal de Curaçao (Antillas Holandesas) el 2 de diciembre de 2009. La firma multiplicó su tamaño a finales de 2018, al absorber Hemmingstreet Corporation SA, creada originalmente en 1992 también en Curaçao.
Matra es el vehículo con el que Ángel Soria controla Torre Rioja. De forma directa, y según sus cuentas de 2019, esa firma luxemburguesa tiene un 41,14% de la inmobiliaria y también controla el 90,71% de RA, SL. Esta última es dueña a su vez de otro 41,14% de Torre Rioja. Asimismo, RA SL es propietaria del 68,33% de Global de Inversiones y Adquisiciones SL, también accionista de Torre Rioja.
elDiario.es preguntó el pasado miércoles a Torre Rioja por esa ampliación de capital de su propietario, sin obtener respuesta. La operación se ha llevado a cabo en un momento convulso para el mercado de oficinas por la pandemia y el auge del teletrabajo, que han golpeado el valor bursátil de compañías dedicadas a este negocio como Colonial o Merlin en el Ibex.
Antes del coronavirus, el mercado de alquiler en Madrid vivía un momento vibrante, con un volumen de contrataciones que ascendió a 640.000 metros cuadrados en 2019, un 4% más, en el segundo mejor ejercicio desde 2008, con una contratación un 26% superior a la media de la serie histórica (poco más de 500.000 metros cuadrados).
Fuentes de Torre Rioja aseguran que la compañía mantiene su plan de salir a cotizar para beneficiarse de las ventajas fiscales del régimen socimi. En sus cuentas de 2019, formuladas el 28 de febrero de 2020, justo antes de la pandemia, Torre Rioja ya expresaba “el objetivo de incorporar sus acciones a negociación en un mercado alternativo bursátil durante el ejercicio 2021”, como contó en octubre Cinco Días.
Un tapado entre las grandes fortunas
Ángel Soria, de 66 años y semidesconocido para el gran público, es una de las grandes fortunas españolas. La edición de 2020 del tradicional ranking de millonarios españoles de El Mundo le colocaba en el puesto 145, por delante de personajes tan conocidos como Alberto Alcocer y clanes como los Corsini o los Oriol, con un patrimonio neto de 345 millones de euros forjado en el ladrillo; primero en la promoción de vivienda y después, en las oficinas.
Soria heredó Torre Rioja, creada en 1971, de su padre, José Soria Velasco, fallecido en 2002, y que ya era una de las 100 personas más ricas de España hace cuatro décadas, por delante de Rafael del Pino, fundador de Ferrovial. Alérgico a los focos, Soria diversifica parte de su patrimonio en otros sectores como el industrial (tiene un 3% de la cotizada Tubacex) y en una sicav de la que es presidente, Menara Capital, que tiene un patrimonio de 3,6 millones.
En una de las pocas entrevistas que ha concedido (al diario Expansión en 2018), presumía de no haber repartido nunca dividendo con Torre Rioja, política que tendrá que cambiar si finalmente su empresa acaba debutando en bolsa para disfrutar de los beneficios fiscales de las socimi, que están exentas del Impuesto de Sociedades si distribuyen el 100% de su beneficio a sus socios.
En esa entrevista, el multimillonario se definía así: “Soy economista pero he estado siempre en obra. Siempre digo que no soy financiero sino un albañil con corbata”. Aseguran en su entorno que estos días se le ha visto empuñar la pala, como otro madrileño más, para retirar la nieve y el hielo que se acumulaban a las puertas de la sede de la compañía tras la borrasca Filomena.
Su inmobiliaria, Torre Rioja-Madrid Socimi SA, cerró 2019 con 413,1 millones en activos, beneficios de 8,7 millones y una cifra de negocios de 25,3 millones, según sus últimas cuentas, accesibles a través de Insight View. Está especializada en el desarrollo y alquiler de edificios de oficinas de gran tamaño y con un fuerte componente tecnológico y de apuesta por la eficiencia energética. También opera en el negocio de aparcamientos, hoteles (a cierre del ejercicio 2019 contaba con dos establecimientos de cuatro estrellas en arrendamiento), promoción de vivienda y gestión y desarrollo de suelos.
A finales de 2019, Torre Rioja contaba con más de 20 activos con una superficie total aproximada de 175.000 metros cuadrados, una cartera inmobiliaria con un valor aproximado de 630 millones de euros y una ocupación media de los activos superior al 90%.
La empresa era uno de los accionistas de referencia (15,14%) de Cartera Industrial REA, la firma de inversiones que fue desmantelada en 2020 y en la que participaban, entre otros, Juan Luis Arregui (fundador de Gamesa, ex vicepresidente de Iberdrola y principal accionista de la papelera Ence), el fallecido histórico del capital riesgo y exvicepresidente de ACS José María Loizaga (que murió en 2020 por COVID-19) y la popular presentadora de televisión Ana Rosa Quintana.
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