Berlín, 29 mar (EFE).- La ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, y el titular de Economía y Clima, Robert Habeck, reiteraron hoy la necesidad de dejar de depender de Rusia y de avanzar en el desarrollo de las energías renovables para combatir la crisis climática y garantizar la seguridad energética.
En un discurso con motivo de la inauguración del “Berlin Energy Transition Dialogue” que se celebra en la capital alemana, Baerbock afirmó que la crisis climática es “el mayor reto internacional del siglo XXI”, pero subrayó que la protección del clima y la transición energética no tienen que ver sólo con el futuro del planeta, sino con seguridad y geopolítica.
La “brutal guerra” del presidente ruso, Vladímir Putin, contra Ucrania, además de causar un increíble y terrible sufrimiento a millones de personas, “ha dejado claro que debemos independizarnos completamente de las importaciones de combustibles fósiles rusos”, dijo.
Habeck por su parte, afirmó que mirando hacia atrás, haber apostado en la dependencia energética de Rusia en un 50 % del gas, el petróleo y el carbón es “poco comprensible”.
Después de la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea en 2014 se tomaron “decisiones relevantes” y aún así Alemania depositó su confianza en el oleoducto Nord Stream 2, cuyo certificación fue bloqueada recientemente por Berlín como respuesta al reconocimiento por parte de Moscú de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
También se tomaron decisiones tras la injerencia rusa en Siria y tras la guerra en Georgia, agregó, y subrayó que Alemania debería haber sabido que “no es sólo estúpido apostar todas las cartas en materia de políticas de seguridad en un solo país, sino que probablemente no fue una idea inteligente apostar encima por este país”, dijo al referirse a Rusia.
En la misma línea, Baerbock señaló que a más tardar en 2014, los europeos sabían que debían reducir la dependencia de Rusia y se estableció una estrategia para diversificar las importaciones de energía que, sin embargo, no se abordó, y ahora sufren las consecuencias.
Ambos ministros subrayaron que para que Alemania y Europa se independicen de las energías fósiles, lo que no debe ocurrir es que la crisis energética se exporte a terceros países, igual de dependientes, pero incapaces de afrontarlo de la misma manera.
Baerbock agregó que a corto plazo será necesario seguir importando gas y petróleo de otros países, en primer lugar para lograr la independencia de Rusia mientras se avanza en la transición energética para pasar a medio y largo plazo por completo a las energías renovables y la eficiencia energética.
La guerra en Ucrania “ha dejado claro de manera dramática que la energía y la seguridad están entrelazadas” y que “la política climática es la tarea geopolítica de nuestro tiempo”.
Durante décadas, Alemania estuvo importando de Rusia alrededor de un tercio del gas natural y del petróleo.
En 2021, Alemania importó de Rusia gas natural y crudo por valor de 19.400 millones de euros, una cuarta parte (26,6 %) del total de las importaciones de estas fuentes de energía, que ascendió a 72.900 millones de euros, y el porcentaje más bajo de los últimos veinte años.
En enero pasado, Alemania importó en enero gas natural y crudo por valor de 10.900 millones de euros, un 5,4 % más respecto al mes anterior y un 141,5 % más interanual, según datos publicados hoy por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
Las importaciones de gas natural y crudo rusos alcanzaron un valor de 2.600 millones de euros, lo que corresponde a una cuarta parte -el 24,1 %- de todas las importaciones de gas y petróleo.
En enero, las importaciones de Rusia de estas dos fuentes de energía aumentaron en enero un 36 % respecto al mes anterior y un 54,2 % interanual.
El segundo país del que Alemania importó petróleo y gas fue Holanda, por un valor de 18.600 millones de euros, lo que equivale a un 25,5 % del total, seguido de Noruega, por 14.900 millones de euros y un 20,4 %.