En el 2021 postpandemia los alquileres subieron a un ritmo del 1,6%. Ese es el dato que ha publicado a mediados de 2023 el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que pone de relieve la lentitud con la que se van desglosando los datos oficiales sobre la evolución de los precios de los alquileres. Entonces, la guerra en Ucrania no estaba sobre la mesa, ni tampoco la espiral inflacionista en la que iba a derivar.
Estos datos del INE, el Índice de Precios de Vivienda en Alquiler (IPVA), sí sirve para trazar una perspectiva de cómo han subido los alquileres y la presión sobre estos. En concreto, el organismo estadístico desglosa los 20 municipios capitales de provincia donde más han subido los precios desde el año base, 2015, hasta 2021. Y destaca que, en ellos, se concentra una de cada tres viviendas en alquiler en 2021, con subidas que en todos los casos superan el 11% durante ese periodo.
A la cabeza, València, con un repunte del 18,1%. Le siguen Palma y Málaga, con subidas del 17,5% y del 17%, respectivamente. Completan las cinco mayores alzas, Girona (16,1%) y Guadalajara (14,3%).
En Barcelona, según los datos publicados por el INE, la subida de precios en esos años fue del 13,7%; y, en Madrid, del 12,4%.
En datos interanuales -de 2021 frente a 2020- los precios de las viviendas alquiladas apuntaban alzas en todas las comunidades autónomas.
“Los mayores incrementos se produjeron en Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha y Región de Murcia, con subidas del 2,6%, 2,4% y 2,3%, respectivamente”, apunta el INE.
“Por su parte, Comunidad de Madrid (1%), Catalunya (1,3%) y Principado de Asturias (1,5%) fueron las comunidades con los menores incrementos anuales”, añade, en ese dato que es previo a la inflación disparada, a los topes de los alquileres y, por tanto, a la aprobación de la Ley de Vivienda que trata de poner coto a las subidas especulativas.
El INE explica que esta estadística parte de datos de la Agencia Tributaria y que, hasta ahora, los resultados que publicaba sobre este índice de precios del alquiler “referidos al periodo 2011-2020, incluían, exclusivamente, las viviendas que permanecían alquiladas, al menos, dos años consecutivos, por tanto no era necesario realizar ningún ajuste de calidad, al tratarse de las mismas viviendas”.
A partir de esta estadísticas hay cambios, porque “se tienen en cuenta todas las viviendas por las que los declarantes han recibido ingresos en dicho año, independientemente de que estuvieran o no arrendadas en años anteriores, con lo que la cobertura del IPVA se refiere al mercado del alquiler completo”. Es decir, “ha desarrollado un modelo estadístico que permite la estimación del valor de alquiler de las viviendas en los periodos donde no se dispone del mismo”.
También, que ahora distingue “entre los contratos ya existentes y los nuevos contratos, lo que permite hacer un análisis de ambos mercados por separado”.
Se encarecen más los nuevos contratos
Con esos cambios, establece que el IPVA se sitúa en el 1,6%, siete décimas superior a la de 2020 pero por debajo del 3,5% prepandemia.
El INE enumera que, del total de viviendas alquiladas, el 34,6% no variaron su precio entre 2021 y 2020, mientras que el 18,6% bajó sus rentas. “Por su parte, el 46,8% de los arrendatarios aumentaron el precio del alquiler de sus viviendas. De ellos, la mitad lo hizo por debajo del 5% y uno de cada cuatro por encima del 10%”.
En cuanto a esa diferencia entre nuevos contratos y renovaciones, apunta que los primeros “incrementaron sus precios un 3,5%, mientras que los precios de los contratos que ya existían antes de dicho año aumentaron un 1,2%”.
Diferencias por tipo de vivienda
Los datos que ha publicado el INE también dibujan diferencias en función del tipo de vivienda que esté en alquiler. Por ejemplo, que las viviendas colectivas -las que están en edificios- incrementaron sus precios un 1,5%, seis décimas más que en 2020. En cambio, las unifamiliares se encarecieron un 1,9% en 2021, lo que supone 1,3 puntos más que en el año anterior.
Ahí destaca que la tasa de variación de precios de la vivienda unifamiliar alquilada fue superior a la de la vivienda colectiva, lo que no sucedía desde 2015. Ese año, justo después del pinchazo de la burbuja, esta última subía precios en un 0,6%, mientras que los pisos en alquiler en edificios repuntaban un 0,2%.
Por otro lado, en ese 2021 postpandémico, las viviendas en alquiler que más subían sus precios eran las más grandes, las de más de 150 metros cuadrados, con un IPVA del 1,8%. Ese porcentaje baja, aunque ligeramente, hasta situarse en el 1,6% en los inmuebles de entre 60 y 75 metros cuadrados. Y cuando tienen menos de 60 m2, el repunte de precios se quedaba en el 1,2%.