El Banco de España afirma que la información más reciente referida el tercer trimestre muestra un “comportamiento algo menos expansivo de la demanda privada” y del consumo interno, según recoge en su boletín del mes de septiembre. En el caso del consumo de las familias, señala que los indicadores de opinión de hogares y comerciantes minoristas se situaron en el promedio de julio y agosto en un nivel inferior al del segundo trimestre, al tiempo que, entre los indicadores cuantitativos, las matriculaciones de automóviles particulares prolongaron la trayectoria de desaceleración interanual de los meses anteriores.
La desaceleración también se constata en la información relativa a la inversión en bienes de equipo, que muestra una “cierta moderación” de la tendencia “fuertemente expansiva” de los últimos trimestres, mientras que los indicadores más recientes referidos a la inversión en construcción apuntan también a una “posible ralentización” del crecimiento en el tercer trimestre del año, tras la favorable evolución en el segundo, según el Banco de España.
Esta desaceleración de la economía española en el tercer trimestre se produce después de que el PIB creciera un 0,6% en tasa intertrimestral durante el segundo trimestre, dos décimas más que en el trimestre anterior, y un crecimiento del 1,2% en tasa interanual, muy por encima del 0,5% mostrado en los tres primeros meses.
De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha reconocido que el frenazo en la economía de la zona euro afectará a la economía española, si bien el Gobierno mantiene que revisará al alza tanto la estimación del PIB de este año, situada en el 1,2%, como la del próximo, del 1,8%.
Los expertos ya habían advertido de que la segunda mitad del año no sería tan boyante. A los efectos puramente estadísticos (la primera mitad de 2013 había sido especialmente mala y en la comparación el primer semestre de 2014 sale mejor parado) hay que sumar el riesgo que supone el frenazo de los países de la zona del euro que ponen en riesgo la fortaleza de la economía española muy dependiente de la marcha de sus socios vecinos. Además, los datos de consumo interno siguen sin ser suficientemente briosos para compensar.
El turismo único factor a salvo
El Banco de España indica que los datos relativos al sector turístico confirman, en cambio, la fortaleza del sector durante la temporada de verano. En julio, las entradas de turistas extranjeros crecieron un 5,9% interanual y aumentó el gasto turístico un 4,5%, mientras que en agosto las llegadas de turistas extranjeros alcanzaron una tasa interanual del 8,8%, lo que supuso un nuevo máximo histórico mensual.
Por el lado de la oferta, la autoridad monetaria señala que la información relativa a la actividad industrial apunta hacia una “cierta moderación” en el ritmo de crecimiento observado hasta el segundo trimestre, si bien los indicadores referidos al sector servicios continuaron mostrando “síntomas de fortaleza” durante el tercer trimestre.
En cuanto a la evolución del mercado laboral, el Banco de España constata una “cierta moderación” de la creación de empleo en julio y agosto, frente al dinamismo observado en la primera mitad del año.