Los números detrás del mordisco que Empleo le ha pegado a las nóminas
El Ejecutivo aprobó por sorpresa, en plenas fiestas navideñas, una subida de las cotizaciones sociales. La decisión ha sido una auténtica bomba, especialmente en la patronal, que no sospechaba este movimiento. Desde el ministerio no hablan con unos ni con otros, pero el resultado es que las nóminas, o las aportaciones, de millones de trabajadores han cambiado para este 2014.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) denuncia que las subidas de las cotizaciones “no sólo no contribuyen a la generación de la contratación ni mejoran la empleabilidad de los trabajadores, sino que, por el contrario, pueden perjudicar la recuperación de la actividad empresarial de las pymes y de los autónomos”. Al tiempo que “tienen un claro objetivo recaudatorio, con el objeto de lograr la sostenibilidad del sistema”.
Javier Santos, consejero delegado de la red profesional de autónomos Infoautónomos, considera razonable la subida de las bases máximas y mínimas para los autónomos, pero rechaza tajantemente el aumento del 22% para los autónomos societarios –los de más de diez trabajadores–. “Un emprendedor se acoge a esta fórmula por muchos motivos, desde la cobertura de riesgos hasta la imagen comercial, por lo que resulta inadecuado tratar a todos por igual, sencillamente, porque no todos cuentan con un negocio en las mismas fases de desarrollo y, por tanto, de generación de beneficios”, argumenta Santos.
Los sindicatos discrepan. CCOO entiende la subida para reforzar los ingresos de la Seguridad Social pero atacan las formas. UGT cree que es una medida equivocada, ya que va a suponer nuevas pérdidas salariales para los trabajadores.
En total, el Ejecutivo dice que recaudará 900 millones de euros en cotizaciones sociales, una de las partidas que estaban más desajustadas en los presupuestos de 2014 y que con este pequeño parche se aproximan más a la realidad. Polémica aparte, y calculadora en ristre, ¿qué va a implicar la nueva decisión unilateral del Ejecutivo?
Autónomos
Con cotización mínima. Los profesionales por cuenta propia que cotizan por el mínimo legal pasarán a abonar a la Seguridad Social 261,83 euros frente a los 256,72 euros del ejercicio pasado. Es decir, 5,11 euros más al mes o 61,32 euros.
Con cotización máxima. Los autónomos que cotizan por el máximo deberán aportar a la Seguridad Social un 5% más, es decir, van a tener que abonar 1.024,43 euros mensuales, 51,07 euros más que en 2013. Al final del año, las aportaciones adicionales habrán sumado 612,84 euros.
Con más de 10 empleados. La peor parte se la llevan los autónomos societarios y aquellos con más de 10 empleados, cuya base mínima se incrementa un 22%. Por lo tanto, pasarán de pagar una cuota de 256,72 euros al mes a 313,34 euros, es decir, 56,68 euros más. Al cierre del ejercicio, las aportaciones adicionales de 2014 habrán sumado 679,44 euros.
Cotizaciones por pagos en especie
Los trabajadores por cuenta ajena también van a ver mermada su nómina desde enero debido a la inclusión de los pagos en especie a la base de cotización. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, asegura que la medida permitirá engrosar en la caja de la Seguridad Social un total de 900 millones de euros y que afectará a entre dos y tres millones de asalariados. Teniendo en cuenta que en España hay 12 millones de trabajadores por cuenta ajena, que son potenciales receptores de ingresos en especie, Burgos señala que el impacto en la base de cotización será de seis euros y en la nómina, de 1,09 por trabajador. Las cuentas, sin embargo, no cuadran.
Vales de comida. La gran mayoría de los trabajadores asalariados retribuidos en especie reciben vales de comida por valor de entre seis y nueve euros –cifra que hasta la fecha estaba considerada como máxima exenta de tributación-, puesto que los menús en las grandes ciudades españolas difícilmente bajan de los nueve euros. De esta forma, su retribución en especie por este concepto está entre 96 y 144 euros al mes. Tras aplicar el tipo de cotización de los trabajadores, del 4,7%, la Seguridad Social se llevará entre 4,5 y 6,8 euros al mes, es decir, tres cuartas partes de un tique restaurante.
Ayudas a guardería. Otro concepto muy extendido son las ayudas a la guardería para los empleados con hijos. Con la retribución más habitual, unos 50 euros al mes, el trabajador aportaría con la nueva medida del Gobierno 2,4 euros de más a las arcas de la Seguridad Social.
Seguro de salud. La tercera gran pata de la retribución en especie son los pagos de seguros de salud. La retribución en este caso suele rondar los 60 euros al mes, lo que implica que a partir de este mes, el empleado tendrá que dedicar casi 3 euros de más a la Seguridad Social.
En el caso de que se disfrutara de un coche de renting, también habría una retención. Sin embargo, este caso será muy poco habitual que ocurra. Las bases máximas de cotización no se verán afectadas por esta norma, ya que no pueden cotizar más (su base está topada). Lo más habitual será que sea un trabajador con una base máxima de cotización el que tenga coche de empresa, salvo los comerciales, que suelen ser autónomos. Con todo, cabe resaltar que las bases máximas de cotización han aumentado al ritmo del 5% anual en los últimos dos años, pero eso sólo les ha generado un aumento de un 1% en las pensiones futuras.
En total, y suponiendo que se está en una empresa que tenga todos estos beneficios, la aportación del empleado subirá en 11,4 euros, que se detraerán del salario actual.
Burgos volvió a defender este viernes la decisión del Gobierno de integrar en la base de cotización conceptos anteriormente excluidos, con la denuncia de que “muchas empresas intentaban retribuir a sus trabajadores todo el salario de un día mediante pagos en especie, evitando así cotizar por ello”.
Desde Adecco aseguran que las empresas ya se están ajustando a la normativa, pero que la acogida ha sido desigual: en unas, de forma más favorable que en otras. Asimismo, reconocen que integrar los pagos en especie a las bases de cotización conllevará una merma del importe neto de las nóminas pero, a la larga, será beneficioso para los trabajadores, de cara a la obtención de prestaciones sociales futuras, como por desempleo o jubilación.