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Las autonomías preparan un aluvión de proyectos para captar dinero europeo sin tener claro cómo se repartirá

El Gobierno llevará la voz cantante en la distribución de los fondos europeos

Analía Plaza

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El dinero europeo no llegará directamente a las comunidades ni se distribuirá de acuerdo a su población o PIB. Será el Gobierno central el que decida en qué invertirlo, con el visto bueno de Bruselas, en función de cómo encaje cada proyecto con las líneas maestras del Plan de Recuperación. El reparto de los fondos, recuerdan fuentes de Moncloa, es temático: los ministerios establecerán líneas generales y trabajarán con las autonomías para que estas ejecuten.

Las comunidades que reclaman su parte —Catalunya, 30.000 millones; Andalucía, 23.000 millones; Madrid, criterios objetivos para saber cuánto le toca— están confundidas y piden información clara. “Aún no sabemos cuánto nos corresponde, cómo se va a repartir el dinero ni los criterios que deben reunir los proyectos. Estamos a ciegas”, señalan a elDiario.es fuentes del gobierno de la Comunidad de Madrid. No son las únicas: entre las pymes también cunde la preocupación.

Pese a todo, muchas regiones han desempolvado y definido potenciales proyectos a contrarreloj. Quieren tener los deberes hechos para cuando el dinero empiece a llover, aunque podría demorarse hasta mediados de 2021. “Hemos pasado todo el verano madurando los proyectos. Sabíamos que, por plazos, sería necesario correr”, explican en el Govern balear. “Ahora los articulamos entre administraciones. Así, cuando sepamos exactamente qué es elegible y en qué condiciones según el Gobierno de España, podremos presentar proyectos listos para ejecutar”. Las gobiernos centrales tienen hasta el 30 de abril para presentar su plan.

Bruselas marca el ritmo y supervisa, el estado ve por qué camino va y las autonomías tienen que seguirle

“La clave de este plan es que Bruselas y la Unión Europea tendrán un papel supervisor. Será cada estado miembro el que se encargue de la gestión”, explica una fuente que se dedica a asesorar a empresas sobre estos fondos. “Eso significa que en países descentralizados, como España, el gobierno tiene que articular y coordinarse con las autonomías. Imagina una familia: el padre y la madre, que son Bruselas, marcan el ritmo y supervisan. El hermano mayor, que es el Estado, ve por qué camino van. Y el pequeño, que son las autonomías, tiene que seguirle”.

Un ejemplo serían las inversiones en vivienda y rehabilitación, a las que se dedicará una buena parte de los fondos. Según el plan de Sánchez, el 16% del dinero (11.520 millones) irán a políticas de “agenda urbana y rural, lucha contra la despoblación y desarrollo de la agricultura”. El Gobierno tendrá su plan nacional, pero las competencias están transferidas, así que las comunidades serán las encargadas de ejecutar esas ayudas en línea con lo que dicten los ministerios implicados.

¿Qué proyecta cada comunidad?

Las comunidades preparan sus proyectos con distinta definición. La más ambiciosa y detallada hasta la fecha es Euskadi. El gobierno vasco elaboró un listado de 66 proyectos tractores y se lo envió en agosto al Gobierno central. Son propuestas por valor de más de 11.000 millones de euros, divididas en 33 proyectos impulsados por las instituciones vascas, 8 por el Gobierno de España y 25 por la colaboración público-privada.

Algunos están aún en fase de “desarrollo conceptual” y otros en curso. Cada uno se circunscribe a uno o más ejes de los marcados por el Gobierno (transición ecológica, generación de empleo...) y cuenta con una entidad líder y varios participantes. Entre las entidades líderes aparece varias veces Iberdrola —con proyectos para construir parques eólicos, fotovoltaicos y un proyecto de digitalización de redes eléctricas— y otras empresas como Petronor (para hacer un corredor del hidrógeno) y Gestamp (para montar el Centro de Excelencia Mundial del Vehículo Autónomo).

“Me da envidia”, bromea el presidente de la Alianza Europea de Clústers, Antonio Novo, al teléfono. Novo es también el director del clúster aragonés IDiA. Explica que han sugerido varios proyectos al Gobierno regional sin respuesta. “Aquí hay una dirección general dedicada a los fondos estructurales. De ahí derivan a las consejerías: 'defiéndeme, en línea con el plan de recuperación, tantos millones para agricultura...'. Un problema que tenemos con esto, que me parece lógico, es que los directores generales van a lo seguro, a lo conocido y fácil. Están acostumbrados a que no haya dinero suficiente y cuesta cambiar el chip y pedir a las empresas que te cuenten qué proyecto tienen. No piensan en grande. Por eso todo el mundo tiene en mente que no vamos a ser capaces de ejecutar los fondos europeos, porque no involucramos a los agentes correctos”.

La Comunitat Valenciana, como Euskadi, acudió a Moncloa a defender su plan. Son más de 400 ideas por valor de 21.000 millones de euros, que incluyen infraestructuras de servicios sociales, dignificación del parque público de viviendas, ayudas a la rehabilitación del parque privado, un proyecto integral para salvar la Albufera de València... A partir de aquí, la idea es hablar con otras comunidades para los proyectos comunes (como el corredor mediterráneo), ver qué se hace en otras regiones europeas y qué puede ir a la colaboración público-privada, informa Laura Martínez.

En Catalunya, el Govern diseñó un plan de recuperación por importe de 31.765 millones de euros a cubrir, principalmente, con fondos europeos. Aquello fue en julio. Tres meses después, la comunidad ha preseleccionado 68 proyectos susceptibles de acceder a los fondos, según avanzó el conseller de Empresa, Ramón Tremosa, informa Arturo Puente. Tremosa no anunciará el nombre de los proyectos hasta que no se sepa cuáles podrán acceder a la financiación. El conseller transmitió a las organizaciones empresariales que aún están a la espera de conocer la “letra pequeña” y que Catalunya está en una buena posición debido a su capacidad de innovación.

¿Cuál es esa letra pequeña? El próximo 26 de octubre se celebrará la conferencia de presidentes autonómicos, a la que asistirá la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y en la que se recordarán los ejes (y no tanto la letra pequeña) del plan. En principio, y según ha podido saber elDiario.es, no se espera que las comunidades acudan con su carpeta de proyectos a defenderlos. La idea es más bien recordar que la voz cantante la llevarán los ministerios y el Gobierno central.

La estructura de control de fondos planteada por el Gobierno tiene tres patas: comisión interministerial presidida por Sánchez, unidad de seguimiento en Moncloa dirigida por Manuel de la Rocha y “cogobernanza” en forma de conferencias sectoriales con las comunidades autónomas. Fuentes de Moncloa recuerdan que no habrá una única forma de canalizar el dinero. Nada de ventanilla única. Cada ministerio decidirá cómo transferirlo: vía subvenciones, consorcios empresariales, convenios con las Comunidades, licitaciones de infraestructuras... “Es razonable”, sostiene la persona que asesora a empresas en materia de fondos. “Si hubiera una sola ventanilla se paralizaría todo. Imagínate toda España yendo a una ventanilla. Es mejor ampliarlas”.

No puede ser que se repartan los 140.000 millones de manera aleatoria en un despacho de la Moncloa

Javier Fernández-Lasquetty Consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid

Esta centralización del dinero ha provocado las quejas del gobierno de la Comunidad de Madrid, que reclama parámetros fijos e información sobre esa letra pequeña. El consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, expresó hace pocas semanas que “no puede ser que se repartan los 140.000 millones de manera aleatoria en un despacho de la Moncloa, que la decisión se tome de manera unilateral sin tener en cuenta la realidad de cada comunidad”. En Madrid, a diferencia de otras grandes comunidades por población y PIB, no avanzan en qué trabajan. Tan solo que diseñarán “proyectos e iniciativas que ayuden a reactivar la economía, poniendo especial atención en aquellos sectores más castigados por la crisis sanitaria”.

Andalucía, también gobernada por el PP y Ciudadanos, ha pedido al Gobierno más información, ha creado una oficina de fondos y ha presentado un plan muy optimista —Andalucía en Marcha— apoyado en la colaboración público-privada. El presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla, reclama a Sánchez que al menos el 20% de los fondos europeos vayan allí.

El riesgo de que no llegue a las pymes

España se enfrenta a dos riesgos. El primero, que no sea capaz de gastar tal cantidad de dinero: en anteriores partidas de fondos europeos, nuestro país suele quedarse a la cola en ejecución. “Nosotros estamos ya trabajando con los ministerios. Pero en paralelo están definiendo todos los programas”, subrayan desde el Govern balear. “Piensa que es un volumen de fondos nunca visto en un tiempo muy limitado. Es fundamental acertar con el diseño inicial. Y en eso trabajan”.

El segundo es que el dinero no llegue a las pymes. Es otro de los problemas clásicos en esta materia. Las empresas pueden acudir a los fondos europeos por su cuenta, a través de dos de los siete instrumentos que ha puesto en marcha Europa, o informarse de convocatorias a nivel nacional. Pero las empresas, que en su mayoría son pymes, o no se enteran o no tienen la capacidad de solicitar esas ayudas por la burocracia que suponen.

“En Europa es muy sencillo: son proyectos o en consorcio o individualmente. No te piden casi nada”, explicaba recientemente Diego Soros, fundador de Soros Gabinete y experto en captación de ayudas europeas para empresas, a elDiario.es. “En España los procesos son más complejos: te piden memoria técnica, acuerdo del consorcio, mil cosas. Luego hay que justificar el dinero y es complicado. A veces te lo quitan. Muchas ayudas son parte de subvención y parte de préstamos. Al final, sale más a cuenta ir a un banco a pedir dinero”.

Novo, de la alianza europea de clústeres, cree las comunidades no están involucrando a las pymes en sus baterías de proyectos. “Como trabajan a contrarreloj, solo meten lo que tenían dibujado y le ponen el nombre del eje del Gobierno. Pero no tienen volumen para cubrir todo ese dinero ni va a llegar al tejido económico. Otra cosa es que esto fuera un plan de recuperación de la administración pública”, sostiene. “Habría que preguntarse: ¿cómo vas a hacer que eso llegue al tejido? ¿Qué instrumentos tienes? Hay fórmulas como la financiación en cascada”. En este sentido, la CEOE trata de divulgar entre pequeñas empresas el funcionamiento de los fondos europeos. Ha creado una oficina técnica y ha coordinado a sus asociaciones territoriales para que hablen con sus respectivos gobiernos autonómicos. Por encima de eso, propondrá sus quince grandes proyectos tractores al Gobierno.

Hay proyectos altamente innovadores pero que antes necesitan sobrevivir

Antonio Novo Presidente de la Alianza Europea de Clústeres

Otra discusión importante que se vive ahora mismo en Europa, continúa Novo, es que la prioridad actual de muchas pymes es sobrevivir... y luego ya si eso innovar. “¿Qué hago para buscar nuevos clientes o nuevos mercados? ¿Y si mi sector lo han ganado los chinos? Hay proyectos altamente innovadores pero que tienen un componente de necesitar sobrevivir. Es una discusión con trascendencia y está bien tenerla en mente”, concluye. “Europa habla de grandes volúmenes, de planes de ir hacia adelante... Pero al final esos grandes volúmenes no interesan a la pyme. Hay que abrir la mano. El riesgo es a quién llegará esto, porque puede quedarse en los cincuenta de siempre”.

Con información de: Daniel Cela, Carlos Sosa, Laro García, Antonio Vega, Francisca Bravo, Arturo Puente, Laura Martínez, Fátima Caballero, Elisa Reche, Rodrigo Saiz, Iker Rioja y Rodrigo Ponce de León.

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