La Seguridad Social aporta el mismo dato desde marzo sobre las nuevas ayudas por hijo de entre 50 y 100 euros al mes para familias de escasos recursos: llegan a “más de 200.000 hogares”. En junio, la respuesta del Ministerio que dirige José Luis Escrivá a elDiario.es es la misma: “Más de 200.000 hogares” beneficiarios. Ante la falta de información, este medio ha reclamado los datos a través del Portal de Transparencia, desde donde responden que el número de “prestaciones API”, como denominan a esta ayuda en la Seguridad Social, es de “221.765” hasta el 18 de mayo. Se precisa que estas proceden de “expedientes que se han complementado procedentes de IMV ya aprobados”, que alcanzan a alrededor de medio millón de menores. Es decir, que las ayudas reconocidas de momento se están ciñendo a los hogares beneficiarios del ingreso mínimo vital sin que despeguen entre otras muchas familias de escasos recursos que también tienen derecho a ellas.
Los datos que el Ministerio de la Seguridad Social aporta sobre el ingreso mínimo vital (IMV), y desde enero de las nuevas ayudas por hijo, son muy limitados. Por ejemplo, no se ha informado nunca del número de solicitudes del complemento y el estado de estas (en trámite, denegadas, aceptadas).
En el ministerio indican que “no pueden responder” sobre las solicitudes de ayudas por hijo que hay porque no existen como tal, sino que son solicitudes de IMV. “El complemento de ayuda a la infancia (API) no es una prestación que tenga su propia solicitud diferenciada del IMV. El API es un IMV en una cuantía concreta”, responden. Al contrario de lo sucede con los ERTE, pensiones o afiliaciones, el Ministerio no publica estadísticas mensuales, por lo que no se puede ver la evolución del IMV, ni ahora de las ayudas a la infancia.
“Por lo que nos llega, se han reconocido las ayudas de oficio a los hogares que perciben el IMV y también se han hecho transiciones de la gente que estaba cobrando la anterior prestación por hijo a cargo. Pero hay muchísima confusión entre la gente que no cobra el IMV pero que podría recibir el complemento por hijo”, explica Roberto Borda, de la plataforma RMI Tu Derecho, que apoya a hogares de escasos recursos. “La mayoría de familias ni conoce el complemento por hijo, porque es que no ha habido campañas informativas ni nada, más que el anuncio”, critica.
Las nuevas ayudas de 50, 70 o 100 euros al mes por hijo, según la edad de los menores, se denominan formalmente 'complemento de ayuda a la infancia' y fueron aprobadas por el Gobierno en la tramitación parlamentaria de la ley del ingreso mínimo vital. Con la aprobación del IMV, el Ejecutivo había desmantelado la anterior 'prestación por hijo a cargo', muy limitada en su cuantía, pero que era la única ayuda monetaria directa a la infancia en familias en pobreza. El resultado fue que había familias de muy escasos recursos que, sin llegar a una situación de pobreza aguda para recibir el IMV, tampoco tenían ya ninguna prestación de apoyo para sus hijos.
Tras las quejas de ONG especializadas en infancia, y con la presión de Unidas Podemos dentro del Consejo de Ministros para aprobar una ayuda universal a la crianza, finalmente el Gobierno aprobó estas nuevas ayudas por hijo de entre 50 y 100 euros, que se pueden solicitar desde el pasado mes de enero.
Para beneficiarios del IMV y muchos más hogares
El nuevo complemento por hijo va dirigido a familias de escasos recursos, pero no necesariamente en pobreza. Así, les corresponde a todas aquellas con menores a cargo que reciben el ingreso mínimo vital (IMV), ya que viven en una situación de acentuada dificultad, pero también a hogares con más ingresos. En concreto, a los que tienen hasta tres veces el nivel de renta de los umbrales del IMV, como se muestra en la siguiente tabla.
Las ayudas no son universales, como reclaman organizaciones como Unicef y Save the Children. Fueron bien recibidas por las ONG de infancia porque alcanzan a todas las familias en pobreza y también con ingresos algo por encima de ese umbral. Por ejemplo, el umbral de la pobreza en España para un hogar con dos adultos y dos menores es de 20.215 euros anuales, según los últimos datos disponibles (2020).
Aunque puedan triplicar el nivel de renta del IMV, los hogares beneficiarios del complemento de ayuda a la infancia sí deben respetar otros requisitos propios del ingreso mínimo vital, como la definición de “unidad de convivencia” (hogar) y la antigüedad de esta, etc. De hecho, la tramitación de la ayuda por hijo se hace a través del formulario del IMV.
Una ayuda “desconocida” y de acceso “confuso”
“El acceso a la ayuda es muy confuso”, critican en RMI Tu Derecho, que recuerdan que hay hogares que no tienen derecho al IMV porque saben que no cumplen los requisitos de ingresos o incluso a los que les ha sido rechazado en el pasado “que no entienden por qué deben pedir el IMV, no aparece por ninguna parte la posibilidad de pedir solo la ayuda por hijo...”, sostiene Roberto Borda.
En Unicef responden a elDiario.es que “sin duda es una buena noticia la inclusión de este complemento en la ley del IMV y la ampliación de los umbrales de ingresos y patrimonio” para acceder a estas ayudas por hijo, pero coinciden en las trabas para que llegue a las familias. “La sensación que nos transmiten las organizaciones sociales con las que estamos en contacto es que el complemento no es muy conocido”, coincide Gabriel González-Bueno, especialista en políticas de infancia de UNICEF España.
Además, González-Bueno indica que “el trámite (igual al del IMV), aunque se ha mejorado, sigue presentando problemas desde su diseño inicial que lo hacen complejo y con muchas condiciones que en algunos casos actúan como barrera para el reconocimiento de la prestación o el complemento”.
El responsable de Unicef insiste en la reclamación de “prestaciones universales para la crianza de los niños y niñas”, como propusieron en la entidad recientemente al Gobierno e instó a valorar hace unos meses la OCDE a España. “Uno de los argumentos más relevantes para la universalidad de este tipo de prestaciones es precisamente que las ayudas focalizadas y condicionadas, aunque necesarias en algunas situaciones, siempre acaban constituyendo una barrera incluso para las personas/hogares que deberían tener acceso a ellas”, subraya Gabriel González-Bueno.