Ocurre habitualmente en el sector financiero que cuando se produce una caída del PIB le sigue un aumento en la morosidad de empresas y particulares con la banca. En 2020 esta relación “se ha roto”, como explica el Banco de España, gracias a las medidas aprobadas tanto por el Gobierno como por el Banco Central Europeo para amortiguar el impacto de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus. Así, hasta el cierre del pasado año no se ha apreciado un aumento de los impagos en los préstamos. Esto no quiere decir que no haya “señales tempranas de deterioro” que indiquen que el futuro puede no ser tan positivo. Son los créditos en “vigilancia especial”, que se han disparado un 20%.
A grandes rasgos, los bancos suelen tener tres escalones para situar a sus préstamos. En primer lugar están aquellos que se devuelven en tiempo y forma. El segundo, los conocidos como “vigilancia especial”, que son aquellos que, manteniendo su devolución sin problemas, se aprecian deterioros que pueden convertirse en impagos. En tercer lugar se encuentran los de dudoso cobro, que son los que ya arrastran varios impagos.
El Banco de España concluye en el Informe de Estabilidad Financiera presentado este jueves que se han disparado los créditos en ese segundo paso, mientras que la morosidad se ha mantenido a la baja gracias a las moratorias o las medidas de apoyo económico aprobadas. Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera del supervisor, remarca que no significa que estos créditos vayan a convertirse en morosos, pero sí que tienen mucha más probabilidad de hacerlo.
En concreto, el Banco de España señala que el 4,4% es la tasa de morosidad al cierre de 2020, mientras que el peso de los préstamos en vigilancia especial se encuentra en el 7,5% del total de los préstamos vivos que hay en España. Por situarlo en cifras absolutas, el supervisor cifra en unos 82.000 millones de euros los créditos ubicados en este estadio intermedio, antes de su entrada en morosidad. De ellos, en torno a 50.000 millones corresponde a préstamos a empresas y el resto en créditos a hogares. La ratio en las empresas ronda el 10% y en los hogares algo por encima del 5%.
El informe que ha presentado este jueves el Banco de España analiza los riesgos y vulnerabilidades del sector financiero en España. El organismo supervisor reconoce que se han aminorado algunos riesgos respecto al anterior informe, presentado en otoño antes de la aprobación de las vacunas. Pese a ello, señalan que el sector bancario mantiene todavía una serie de vulnerabilidades e incertidumbres vinculadas a la evolución de la economía, así como a problemas que ya arrastrada desde antes que se agravan con el freno económico, como es el caso de la rentabilidad.
Pese a que se han atenuado, el Banco de España sostiene que la materialización de algunos riesgos todavía vinculados a la crisis sanitaria se pueden traducir en “una contracción de la oferta de crédito”. El organismo recuerda que la persistencia de la pandemia está provocando, especialmente en las actividades más afectadas por las restricciones, “efectos negativos en los ingresos”, lo que limita la inversión y el empleo y complica su financiación. En el caso de los hogares, el supervisor financiero español señala que la subida del ahorro y menor volumen de crédito “oculta la existencia de segmentos que han visto incrementar de manera significativa su grado de fragilidad financiera”.
En lo que respecta a la banca, el Banco de España señala que la pandemia ha presionado “negativamente” a la rentabilidad, debido a las provisiones que se han aprobado. “Hasta la fecha, el impacto puede considerarse contenido, dada la magnitud de la perturbación sobre la actividad económica, como consecuencia de las importantes medidas de política económica adoptadas”, apunta el organismo. “Sin embargo, la materialización de los riesgos mencionados presionaría adicionalmente al alza el riesgo de crédito, y aumentaría la morosidad y los efectos negativos sobre la rentabilidad del sector bancario”, matiza. Y eso partiendo de una rentabilidad que “ya era reducida antes de la crisis”.
El organismo supervisor considera que la banca ha hecho un esfuerzo “adecuado” en la dotación de provisiones, si bien considera que hay “diferencias” entre unas entidades que han asumido más de las previstas y otras que se han quedado por debajo. Ante la tentativa de no realizar nuevas provisiones, el Banco de España ha solicitado a los bancos que sean “prudentes” y mantengan su esfuerzo en el control del deterioro de sus créditos y realicen nuevas dotaciones para este año y el que viene.
El Banco de España incide en su informe del efecto que han tenido las políticas tanto monetarias (BCE) como fiscales (Gobierno) para evitar que el impacto de la caída de la actividad de materializara en una crisis financiera. Por eso, defienden que es el momento de mantener estas medidas hasta que se consolide la recuperación. Si bien, recupera la petición de “consolidación fiscal” para volver a controlar el endeudamiento de las administraciones públicas y urge a su diseño, aunque no sea para aplicarlo actualmente.