El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha advertido de que sin “estabilidad financiera” no hay “estabilidad de precios”. En un evento organizado por el 'Norte de Castilla', además ha señalado que las tensiones en los mercados tras los colapsos del Silicon Valley Bank en Estados Unidos y del banco suizo Credit Suisse son desinflacionistas, y que habrá que tenerlas en cuenta en las próximas decisiones del Banco Central Europeo (BCE) sobre subidas de los tipos de interés.
“Hay que recordar que, como subrayamos en la revisión de la estrategia de política monetaria que publicamos en julio de 2021, la estabilidad financiera es un prerrequisito para la estabilidad de precios”, ha afirmado Hernández de Cos. Esta postura cuestiona la agresividad en los aumentos del 'precio' oficial del dinero para luchar contra la inflación.
El consejo de gobierno del BCE, del que forma parte el gobernador español, decidió el 16 de marzo incrementar otros 0,5 puntos los tipos de interés, hasta el 3,5%, pese a que supuso aumentar el riesgo de una crisis bancaria.
“Esta decisión da continuidad a la senda de endurecimiento de la política monetaria que iniciamos en diciembre de 2021 y que se ha traducido hasta ahora en una subida acumulada de 3,5 puntos en los tipos de interés oficiales desde julio de 2022 [desde el 0%]”, ha resumido el gobernador este lunes.
Hernández de Cos ha añadido que esta decisión “estuvo en línea con lo anticipado en nuestra reunión de febrero y se apoyó en nuestra valoración de las perspectivas de inflación en la eurozona, que apuntan a una inflación demasiado alta durante demasiado tiempo”. Sin embargo, en su discurso ha matizado que las últimas proyecciones del BCE se completaron “algunos días antes de que se manifestaran las turbulencias financieras recientes”.
“Esta mayor incertidumbre vino a reforzar la importancia del enfoque dependiente de los datos para nuestras decisiones. En este sentido, esos movimientos futuros estarán determinados por nuestra valoración de las perspectivas de inflación que, a su vez, dependerán de tres desarrollos”, ha introducido.
“En primer lugar, de los nuevos datos económicos y financieros. En segundo lugar, de la dinámica de la inflación subyacente [excluye de su cálculo los precios de la energía]. Y, por último, de la intensidad de la transmisión de la política monetaria. Y es sobre este factor sobre el que pueden incidir de manera directa las tensiones en los mercados financieros que hemos vivido en los últimos días, generando un endurecimiento adicional de las condiciones financieras y afectando, a la baja, a las perspectivas de la actividad económica y de la inflación. Desarrollos que deberán tenerse en cuenta en nuestras siguientes reuniones [del consejo de gobierno del BCE]”, ha detallado el gobernador del Banco de España.
Bajada de la inflación por la caída de la energía
Sobre las previsiones de inflación, ha explicado que “durante 2023, el proceso de moderación de las subidas de precios seguirá siendo impulsado por el componente energético, teniendo en cuenta la evolución prevista de los precios de la energía en los mercados de futuros y la presencia de importantes efectos base negativos vinculados al comportamiento de estos precios en 2022”. Eso sí, ha lamentado que, “por el contrario, se espera que la inflación subyacente y la de los alimentos muestre una mayor resistencia a la baja”.
Sobre el sector bancario en la eurozona y, dentro de él, el español, ha recalcado que “se encuentra bien preparados para afrontar escenarios adversos severos gracias a su elevado grado de resiliencia y a la sólida posición de capital y liquidez”.
Aunque ha avisado de que, “no obstante, este episodio pone de manifiesto la necesidad de que nuestras entidades bancarias lleven a cabo una política prudente de planificación de provisiones y de capital, que permita destinar parte del incremento de los beneficios que se está produciendo en el corto plazo a aumentar adicionalmente la capacidad de resistencia del sector”.
Y ha recordado que “en el seno del consejo de gobierno del BCE estamos haciendo un seguimiento exhaustivo de los desarrollos financieros en cuestión y, si se produjera una materialización de riesgos sobre el sector bancario mayor a la que se pudiera anticipar en el momento actual, desde el BCE y las autoridades nacionales estamos preparados para actuar como y cuando sea necesario para mantener la estabilidad financiera en la eurozona”.