El Banco de España calcula que un embargo total del petróleo, del gas y del carbón rusos restará hasta 1,4 puntos de PIB (Productor interior bruto) en un año en el peor escenario (1,1 en el central), y que sumará hasta 1,2 enteros a la inflación en el mismo periodo. Las últimas previsiones de la Comisión Europea apuntaron a un crecimiento de la actividad económica en España del 4% en 2022 y del 3,4% en 2023, con el IPC (Índice de precios de consumo) cerrando en el 6,3% este ejercicio y relajándose hasta el 1,8% el próximo. Una estimaciones según las que nuestro país ya no recuperará el nivel de PIB previo a la pandemia hasta el segundo semestre de 2023.
Por rascar un enfoque positivo, nuestro país sufriría el menor impacto entre las principales economías europeas de una restricción total de las importaciones de materias energéticas de Rusia, como respuesta la invasión de Ucrania desde finales de febrero, tras la aplicación de otros paquetes de sanciones, sobre todo financieras.
“La intensidad del impacto sería heterogénea en función de su dependencia energética de Rusia. Por ejemplo, en torno al 18% de los productos de la minería energética (gas y carbón) y el 9% de los productos derivados del petróleo que se consumen en la Unión Europea (UE) se importan de Rusia, frente al 3% y el 2,5%, respectivamente, en el caso de España”, señala el Banco de España en un informe publicado este martes.
“Una hipotética interrupción de las importaciones de materias primas energéticas procedentes de Rusia podría tener un impacto significativo sobre la economía española. La dificultad para sustituir dichos productos a corto plazo supondría una reducción en la oferta de energía y un agravamiento del actual episodio inflacionista, lo que implicaría, por ambas vías, un lastre para la actividad económica”, resume la institución.
Este lunes, los líderes de la UE acordaron un embargo parcial al petróleo ruso para superar el veto del presidente de Hungría, Viktor Orbán. Los 27 pactaron en Bruselas dejar fuera de la restricción al crudo por oleoductos para lograr el sí del país de Europa del este, dependiente al 100% de los suministros rusos.
“En cualquier caso, dado que la dependencia con respecto de la energía rusa es menor en España que en el resto de las economías europeas, los efectos sobre nuestra economía serían notablemente más reducidos”, continúa Javier Quintana, economista de la dirección general adjunta de Economía e Investigación, que firma el informe del Banco de España.
Las consecuencias
“Si bien existen planes, como el programa REPowerEU de la Comisión Europea, orientados al ahorro y la diversificación de fuentes energéticas, un corte súbito de suministro afectaría tanto a través de una menor disponibilidad de energía como de un aumento adicional de los costes de esta”, continúa.
Este mismo martes, los futuros que cotizan sobre el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, escalaron hasta los 120 dólares. También lo hicieron los que lo hacen sobre el gas. El Gobierno aplica desde el 1 de abril un descuento de 20 céntimos a los carburantes, para mitigar el golpe de este incremento de los precios del crudo, y su traslado a la gasolina y al diésel, en la renta de las familias, sobre todo de las más pobres.
Mientras, espera rebajar un 15% la factura de luz a partir de junio con el tope al gas. Junto a otras medidas incluidas en un Plan de choque de 6.000 millones que incluye la rebaja del IVA a la electricidad, la extensión del Ingreso mínimo vital (IMV), el límite a la actualización ligada al IPC de los alquileres de la vivienda o ayudas directas a los sectores más afectados por la crisis energética.
Sin embargo, la inflación ya se ha extendido a los alimentos y al conjunto de la cesta de la compra, y amenaza con ser más persistente de lo inicialmente esperado.
Impacto por sectores
“Desde una perspectiva sectorial, las ramas de la economía española que sufrirían una caída más acusada de su producción [ante un embargo de las materias primas energéticas rusas] serían algunas de las que hacen un consumo de energía más intensivo, como el transporte, las manufacturas pesadas o la industria química”, incide el Banco de España.
La institución también extiende sus cálculos a una interrupción absoluta de las exportaciones e importaciones ente Rusia y la UE, no solo de materias primas energéticas. “En el caso de España, el efecto sobre el PIB de un hipotético cierre total del comercio entre Rusia y la UE sería de –1,8 puntos ; es decir, implicaría una caída adicional de 0,7 enteros con respecto al escenario de cese de las importaciones energéticas”.
En el resto de las economías de la UE se produciría un efecto cualitativamente similar en este escenario extremo, “pero, al igual que en el caso del cese de importaciones energéticas, el efecto es significativamente menor en España”, concluye el Banco de España.