El Banco de España ha publicado este miércoles su Informe de Estabilidad Financiera, que se actualiza en otoño y en primavera. El extenso documento analiza la situación de la banca, de las finanzas públicas, del sector financiero no bancario o del sector inmobiliario, entre otras cuestiones que afectan a los riesgos financieros del país. En la última actualización, que analiza hasta el cierre de 2021 pero avanza aspectos provocados por la guerra de Ucrania, el supervisor bancario español advierte de un aumento de los préstamos que se encuentran a un paso de entrar a ser considerados morosos. Los cifra en casi 100.000 millones de euros o el 8% del conjunto de las deudas que tienen los hogares y las empresas.
Se trata de un estado conocido como “vigilancia especial”, que se refiere a aquellos préstamos en los que todavía no se ha producido un impago pero en el que se ha apreciado un aumento del riesgo de entrar a ser considerado moroso. “Pese a esta evolución favorable [del sector bancario español], persisten riesgos de crédito latentes, asociados en particular a la mayor proporción de préstamos en vigilancia especial, concentrados en los sectores de actividad más afectados por la pandemia de COVID-19”, asegura el informe. Antes de la pandemia, el peso de esta “vigilancia especial” sobre el conjunto de los préstamos era 2,2 puntos inferior a la actual, según los datos del supervisor.
Los préstamos que recibieron esta etiqueta por parte de los bancos ha aumentado en un 14% durante el último trimestre del año pasado. Una cifra que, aunque menor a los trimestres anteriores, muestra el importante avance. El supervisor añade a esta tendencia las operaciones de refinanciación o renegociación entre clientes, fundamentalmente empresas, y bancos. El Banco de España entiende que estas renegociaciones suelen estar muy vinculadas a posibles casos de morosidad y señala que han aumentado un 14,3% en 2021 frente a la caída de más de un 9% registrada en 2020.
La morosidad —créditos con tres impagos, también conocidos como dudosos— ha seguido decreciendo durante el año pasado y continúa en niveles bajos, según el supervisor, que sin embargo pone el foco en la “vigilancia especial” como una manera de adelantar los posibles efectos de la crisis provocada por el coronavirus y de los efectos que pueda tener el impacto de la guerra en Ucrania y la elevada inflación. Antes de la pandemia eran unos 70.000 millones los que se encontraban en vigilancia especial.
En lo que se refiere a las empresas, el Banco de España subraya que los sectores más afectados por la pandemia son aquellos donde han aumentado los dudosos, llegando a suponer un 5,9%, frente al 5% del inicio de la crisis, mientras que en el resto de sectores se han visto descensos. La principal diferencia llega cuando a esos morosos se les suma esa “vigilancia especial”. Entre los sectores más afectados por la crisis sanitaria, como el turismo o la hostelería, casi una cuarta parte se encuentra en uno u otro estadio, frente al 17,7% de las actividades “moderadamente afectadas” o el 15% de los sectores menos afectados por la crisis.
El Banco de España analiza la evolución de dos medidas que se utilizaron durante la pandemia para aligerar la carga financiera de familias y empresas: las moratorias y los préstamos ICO. En el primer caso, para retrasar algunos pagos de los hogares, alcanzó a una pequeña parte de la cartera hipotecaria, y el supervisor cifra en el 11% los préstamos que ahora son dudosos, frente al 7,6% que había un año antes. Además, han aumentado hasta casi el 20% los préstamos que, tras haberse acogido a las moratorias, se encuentran en “vigilancia especial”. El Banco de España no espera un deterioro mayor de esta cartera, ya que a finales de 2021 ya habían vencido la mayoría de las moratorias.
Respecto a los préstamos ICO, el supervisor cifra en un 20% los que se encuentran en “vigilancia especial”, con un crecimiento de más de tres puntos solo en el segundo semestre del año. La cifra sube hasta un 35% en sectores como la hostelería. “Algunas medidas adoptadas para mitigar los efectos económicos negativos de la guerra de Ucrania aliviarían en particular la presión financiera sobre las empresas con financiación avalada por el ICO”, asegura sobre el plan de choque aprobado por el Gobierno y que debe convalidar el Congreso este jueves.
Más allá de la evolución de los préstamos y cómo puede afectar a los riesgos de los bancos, el supervisor concluye en su Informe de Estabilidad Financiera que las entidades españolas han cosechado durante el pasado año un aumento de la rentabilidad y de la solvencia. Esto se ha producido fundamentalmente porque se han tenido que hacer menos provisiones de las que se hicieron en el año 2020 y que lastraron las cuentas de los grupos bancarios. Además, el organismo destaca que los masivos cierres de oficinas y despidos de trabajadores han supuesto una “convergencia” con los sectores bancarios de otros países europeos.
El informe analiza otros factores vinculados al sector financiero, como los riesgos vinculados al ladrillo. De este documento se extrae la advertencia conocida hace unos días por la exposición de la banca al sector inmobiliario. “Los desarrollos recientes del mercado inmobiliario español no reflejan por el momento señales de desequilibrios pronunciados”, indica el Banco de España, en alusión a si se está gestando una nueva burbuja. “Sin embargo, el todavía importante peso relativo de las exposiciones vinculadas al sector inmobiliario en los bancos de nuestro país, y la existencia de factores compartidos que explican la evolución de los precios de la vivienda en el área del euro alertan de la necesidad de monitorizar con atención este mercado en España”, refleja el supervisor.