El Banco de España eleva el crecimiento de la economía al 2,3% en 2023 y ve una mayor caída del paro, al 11,3% en 2025

Daniel Yebra

19 de junio de 2023 14:00 h

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El Banco de España ha elevado el crecimiento de la economía al 2,3% en 2023, desde el 1,6% que preveía en marzo, por el despliegue de la inversiones del Plan de Recuperación, la fortaleza del sector exterior (turismo y exportaciones de otros servicios), la caída de la inflación y pese al lento aumento del consumo de las familias por el daño de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y pese al frenazo de Alemania.

La institución supera la proyección del avance del PIB (Producto Interior Bruto) del Gobierno (2,1% frente a 2022) y descarta el “estacamiento” o el “declive” de la actividad de nuestro país al que viene haciendo referencia el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y principal candidato de la derecha en las elecciones generales del 23 de julio.

En este segundo trimestre, espera un crecimiento del 0,6%, respecto al primer trimestre. Entre enero y marzo, el avance fue del 0,5%, muy por encima del resto de la eurozona. Y estos positivos datos justifican buena parte del mayor optimismo para el resto del ejercicio.

Más hacia delante, el Banco de España deja el ritmo de crecimiento de la economía algo por encima del 2% en los próximos dos años y confía en una fuerte bajada de la inflación, hasta el 3,2% en el conjunto de este 2023, con un repunte al 3,6% en 2024 por la retirada de las bajadas de impuestos a la energía y de otras medidas de los planes de choque que siguen vigentes, y la ve normalizada, por fin, en el 1,8%, en 2025. En 2022, fue del 8,4% de media.

Además, la institución considera que el paro seguirá reduciéndose, incluso más de lo esperado en marzo, hasta quedarse en el 12,2% este 2023 y caer al 11,3% en 2025.

En este horizonte de previsiones, diferencia dos fases. En lo que queda de 2023, “el debilitamiento de las presiones inflacionistas y una eventual intensificación del ritmo de ejecución de los proyectos vinculados al Plan de Recuperación” apoyarán que “continúe la expansión de la actividad económica española”.

También, recalca el 'tirón' del turismo y el vigor de las exportaciones de servicios no turísticos (consultoría, informática, relacionados con las TIC...). En este último caso, favorecido por “la competitividad” de la economía de España, que se basa en “la moderación salarial” que ha habido en nuestros país en los últimos años. Es decir, en los sueldos más bajos respecto a otros países comparables, dentro y fuera de la eurozona.

Esta “moderación salarial” es la responsable de la histórica pérdida de poder adquisitivo que sufren las familias españolas y que solo están aliviando el dinamismo del mercado laboral y las medidas del Gobierno (revalorización de las pensiones según el IPC, subida del IMV, cheque de 200 euros para los más vulnerables, tope al gas, descuento a los carburantes...). Y en los últimos meses la bajada de la inflación.

Mientras, “para los años 2024 y 2025 se proyectan unas tasas de crecimiento medio anual muy similares a la de 2023 —del 2,2% y el 2,1%, respectivamente—, si bien este avance del producto estará fundamentalmente sustentado en la recuperación del consumo privado, y no tanto en la contribución de la demanda exterior neta, principal motor del crecimiento en este año”.

El golpe al consumo de las familias

En la actualización de sus previsiones, el Banco de España recoge un duro golpe al consumo de las familias en este 2023. En concreto, ha recortado la expectativa para el gasto de los hogares del 1,2% que calculaba en marzo al 0,2% actual para el conjunto del ejercicio.

“En los próximos trimestres el ritmo de expansión del gasto de las familias seguiría viéndose limitado por unas condiciones financieras más restrictivas y por unos precios todavía elevados. Además, el aumento de los tipos de interés y del coste de la deuda podría incentivar a los hogares a destinar una mayor parte de su renta y del ahorro acumulado durante la pandemia a la amortización de préstamos”, explica la institución.

En cambio, la proyecciones de la inversión de las empresas mejora. Del 0,3% al 1,7% en este 2023. En esta tendencia, se suman la bajada de los costes (energía principalmente, pero también materias primas y otros bienes intermedios), de nuevo la “moderación” salarial y el despliegue del Plan de Recuperación. En síntesis, a las empresas les va bien. Y a las más grandes muy bien. “Son estas las que están consiguiendo el mayor número de desembolsos de los fondos europeos”, avisan desde el Banco de España.

La principal amenaza es la subida de los tipos de interés del BCE, y su reflejo en el euríbor y en el coste de los préstamos en general. “La traslación del aumento de los tipos de interés de mercado a los de las nuevas operaciones de crédito ha continuado intensificándose en los últimos meses”, incide la institución.

Moderación de la escalada de los alimentos

“La inflación en España se situó en mayo en el 2,9% —por debajo de lo esperado y de la tasa de inflación registrada en el área del euro—, lo que supone una reducción de 7,8 puntos porcentuales con respecto a la tasa máxima del 10,7% alcanzada en julio de 2022—. Hasta el momento, esta corrección se ha apoyado, fundamentalmente, en la desaceleración del componente energético de los precios”, explica el Banco de España.

“No obstante, en el período transcurrido del segundo trimestre también parecen haber iniciado una moderada tendencia de desaceleración tanto los precios de los alimentos —especialmente visible en el caso de las partidas de aceites, de pan y cereales, y de productos lácteos— como los de la inflación subyacente —este es el caso, por ejemplo, de las partidas de transporte y, más recientemente, de las partidas relacionadas con la vivienda, el ocio, la restauración y el turismo—”, detalla la institución.

Menor déficit y menor endeudamiento

El Ministerio de Asuntos Económicos ha reaccionado a las nuevas previsiones del Banco de España, y ha destacado que, según este organismo supervisor, “este año nuestro país volverá a cumplir holgadamente sus objetivos fiscales por cuarto año consecutivo. Frente al informe anterior, se revisan las previsiones fiscales a la baja para 2023, presentando unas estimaciones de déficit y deuda incluso más positivas que las estimadas por el propio Gobierno”.

“Concretamente, el Banco de España estima que el déficit público se situaría en el -3,8% y la deuda pública se encontraría ya por debajo del 110%, en 2023. Cabe recordar que los Gobiernos del PP entre 2012 y 2017 solo cumplieron sus objetivos fiscales en una ocasión (en 2017)”, finalizan desde el Ministerio del que está al frente la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

Para perseguir esta reducción del déficit, la institución insiste en la retirada de las medidas de choque generales, como la bajada del IVA a los alimentos, y recomienda que las nuevas decisiones que se tomen sean “temporales y focalizadas en los colectivos y empresas más vulnerables”.