El Banco de España limita a 9 décimas el golpe de la guerra al crecimiento económico en 2022, hasta el 4,5%

Daniel Yebra

5 de abril de 2022 14:02 h

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El Banco de España limita el golpe de la guerra en el crecimiento económico a casi un punto porcentual tanto en 2022 como en 2023, hasta dejar el avance del PIB en el 4,5% y el 2,9%, respectivamente. Un impacto “significativo”, principalmente por la escalada de los precios de la energía, que llevará al IPC (Índice de precios de consumo) general al 7,5% este año, y que retrasará la recuperación del PIB previo a la pandemia de coronavirus al tercer trimestre de 2023. El escenario central de estas previsiones incluye el impacto positivo de las medidas del Plan de respuesta del Gobierno, excepto la propuesta del tope al precio del gas a 30 euros de España y Portugal, pendiente de la aprobación de la Comisión Europea.

A cierre de 2021, el PIB sigue 3,8 puntos por debajo frente a 2019, mientras que en la eurozona la recuperación ya se ha completado. Sin embargo, “este conflicto no va a tener efectos estructurales sobre el crecimiento de la economía”, explicó Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España, en la presentación de las proyecciones de la institución, quien aseguró que “al final del horizonte de proyección, finales de 2024, el crecimiento se acerca al objetivo previo”, a diciembre de 2021.

Además, el Banco de España descarta la recesión técnica (dos trimestres de caída interanual de la actividad económica) este año en su escenario central, aunque advierte de que las estimaciones deben tomarse con mucha “cautela”.

Hasta el punto de que la institución trabaja con distintos contextos extremos. Por ejemplo, con un corte de suministro del gas y el petróleo de Rusia, que implicaría, según la capacidad de sustitución, un impacto adicional sobre el incremento del PIB de 1,4 puntos a 0,6 enteros, con una suma de hasta 1,5 puntos a la inflación general.

“Sería el impacto más limitado en la eurozona de este escenario, porque aquí sí cuenta la menor relación directa de España con Rusia”, destacó Ángel Gavilán. Esta ventaja no impide que la subida de los precios del petróleo, del gas y de otras materias primas en los mercados internacionales supongan un golpe mayor para nuestro país que para el resto de grandes economías de la Unión Europea (UE).

No se incluye el tope de 30 euros al gas

El Plan de choque “temporal” del Gobierno, con distintas medidas como el descuento a los carburantes, las ayudas directas a los sectores más afectados por las subidas de precios de la electricidad y de los combustibles o el límite al sistema de fijación de precios de la electricidad que está pendiente de la aprobación de la Comisión Europea, sumará solo 0,2 puntos al crecimiento de la actividad económica y restará hasta 0,8 enteros a la inflación, aunque será todavía más positivo si se prorrogan más allá de junio hasta donde se circunscriben actualmente y, sobre todo, si se acepta en Bruselas tope de 30 euros al gas que pretenden España y Portugal.

“La propuesta limita, dentro del mercado ibérico de la electricidad, a 30 euros por megavatio/hora el precio máximo del gas para las centrales de generación eléctrica que utilizan esta materia prima. Esta medida podría suponer una fuerte rebaja en los precios mayoristas de la electricidad y, en consecuencia, tener un impacto significativo sobre los precios pagados por los consumidores. No obstante, dado que se desconoce el modo en que esta medida se concretará finalmente, no se ha incluido en las proyecciones impacto alguno asociado a ella”, detalla el informe de la institución.

Gran pérdida de poder adquisitivo de los hogares

El Banco de España admite que los hogares están perdiendo “mucho poder adquisitivo”, que está provocando un consumo de la bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia, que cifra en 85.000 millones de euros y que espera que mengüe en un tercio como consecuencia de las subidas de precios generalizadas.

Volviendo a la inflación, más a allá del IPC general, yendo a la cesta de la compra subyacente, que excluye energía y alimentos por considerarlos los elementos más volátiles, la institución proyecta que se quedará cerca del 3%. Eso sí, advierte de que en esta cesta sin electricidad, gas, gasolina, que están disparados, el 60% de los bienes y servicios ya supera un ritmo de más del 2%.