El Banco de España ha insistido este miércoles en su Informe Anual 2021 en la necesidad de que España trace ya un plan de consolidación fiscal que permita ir reconduciendo los elevados niveles de deuda del Estado y el déficit estructural que arrastra y que se ha visto agravado primero por la pandemia y ahora por las consecuencias de la guerra en Ucrania. La diferencia frente a ocasiones previas es que el supervisor ha trazado algunas de las líneas generales que se pueden asumir para mejorar los ingresos públicos y reducir los gastos. Para ello, propone, entre otros aspectos, que se eleve la recaudación por los impuestos vinculados al consumo (IVA e Impuestos Especiales) y que se revisen los beneficios fiscales que operan en España.
“La composición de los ingresos y el gasto tiene capacidad de mejora, hay que actuar sí o sí”, defiende el gobernador, Pablo Hernández de Cos, en una entrevista que ha divulgado el propio supervisor junto con el informe. Hernández de Cos defiende que “solo hay dos opciones” en el plan para dar una mayor “credibilidad” a la economía española con una consolidación fiscal: “o reduciendo el gasto o aumentando los ingresos”. Entiende el responsable del organismo que esta decisión tiene un claro “componente ideológico”, pero anima a que cualquiera que sea la decisión, se haga con “credibilidad”.
El Banco de España evita concretar una senda de reforma fiscal para España, si bien sí apunta que “la literatura académica” ha señalado que existen “ganancias potenciales”, tanto para la eficiencia como de equidad del sistema fiscal, si se otorga un mayor peso relativo a la imposición sobre el consumo frente a la que grava la renta. Es decir, reformular la aportación de las distintas figuras fiscales para dar una importancia mayor a aquellos que gravan el consumo de los hogares y las empresas (IVA e Impuestos Especiales) frente a los que gravan los salarios o los beneficios empresariales.
El supervisor defiende que con esta reformulación de la cesta fiscal en España se reducirían “distorsiones en la tributación sobre la renta societaria y personal”. Aquí es donde dice que se ganaría en eficiencia. Pero hay otra cara que avanza el argumento del Banco de España para subir los impuestos sobre el consumo, el de la equidad. “Los ingresos adicionales asociados a las ganancias de eficiencia de la recomposición de la cesta tributaria podrían destinarse a neutralizar sus efectos regresivos —sobre todo, como consecuencia de la mayor imposición al consumo—”, asegura el informe.
El Banco de España pone el foco en un sistema de compensaciones para intentar que la subida del IVA, un impuesto por naturaleza regresivo, se traduzca en un sistema fiscal menos distributivo. Así, propone que la compensación se articule tanto a través de ajustes en el IRPF o mediante un sistema de transferencias a los hogares con menor renta. No señala cuánta debería ser esa compensación ni para cuántos hogares. “La cuantía y el alcance de estas medidas compensatorias se debería establecer en función de las preferencias distributivas de la sociedad”, apunta el documento.
El organismo que dirige Hernández de Cos propone para mejorar los ingresos de los impuestos sobre el consumo “revisar el gasto fiscal asociado a los beneficios fiscales establecidos”. Los beneficios fiscales en el IVA —fundamentalmente tipos reducido y superreducido— supone la mayor parte del gasto público en el recorte de recaudación que se produce en España. Sin embargo, el supervisor va más allá y solicita revisión “rigurosa e independiente” del “conjunto de los beneficios fiscales” existentes en las distintas figuras tributarias españolas, para determinar si estos cumplen de manera “eficaz y eficiente” los objetivos que justificaron su introducción y para eliminar aquellos que no lo hagan.
La idea que promueve el Banco de España respecto al IVA no está muy alejada de la que presentó hace unos meses el comité de expertos para la reforma tributaria. En su Libro Blanco se exponía una propuesta que encaminaba al sistema tributario hacia un tipo único, en lugar de los tres existentes actualmente. Esta reforma, al igual que plantea el Banco de España, precisaría de la creación de un sistema de compensaciones para los hogares con menores rentas.
El Banco de España, que incluye un apartado sobre el impacto económico del cambio climático en el informe, pone el foco también en la fiscalidad medioambiental, una de las tareas pendientes que tiene España. “ Los ambiciosos compromisos que España ha asumido en materia medioambiental en los últimos años contrastan con los escasos desarrollo y articulación de la fiscalidad medioambiental en nuestro país”, lamenta el supervisor. El informe publicado este miércoles anima al Gobierno a introducir “nuevas medidas impositivas en la energía, los hidrocarburos y el transporte”. De nuevo, con medidas compensatorias para los hogares de menor renta y más vulnerables a estas subidas de impuestos.
El informe también pasa por encima de las posibles políticas en cuanto al gasto público. Entre las ideas generales que plantea el Banco de España se encuentra “una revisión exhaustiva” que permita “incrementar la eficiencia de cada partida presupuestaria” y “optimizar la distribución del gasto público entre partidas para promover un crecimiento económico más robusto y equitativo”. Sí pone el foco en aumentar la inversión pública y el presupuesto destinado a la educación. “Son partidas fundamentales tanto para impulsar el crecimiento económico como para reducir la desigualdad”, asegura el informe.
Con la mejora de los ingresos y la racionalización del gasto, el Banco de España anima a reconducir los niveles de deuda y de déficit. Hernández de Cos defiende que la política fiscal “es el único instrumento a disposición de las autoridades nacionales para responder a una eventualidad”, puesto que la política monetaria está en manos del BCE. “Si no tienes margen o colchón no se puede responder”, concluye sobre la necesidad de tener herramientas para acometer posibles shocks en el futuro.