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Santander suspende el nombramiento del nuevo consejero delegado por el “inaceptable” coste de la contratación

Paso atrás de Banco Santander. El grupo ha anunciado este martes que no va a continuar con la contratación del nuevo consejero delegado, Andrea Orcel, fichaje que anunció en septiembre y que iba a sustituir en el cargo a José Antonio Álvarez. La entidad asegura que “sería inaceptable” el coste de contratar al directivo.

El directivo italiano procedía del banco UBS Group. Según Santander, se acordó entonces la futura retribución de Orcel, que sería equivalente a la percibida por sus funciones por Álvarez. Sin embargo, apuntan, no era posible anticipar el coste final para el grupo de abonar “las retribuciones diferidas que se le habían asignado en su puesto anterior y que habría perdido al abandonarlo”.

Santander explica en un comunicado que se procedió al nombramiento “sobre la base de una estimación razonada del coste” de acuerdo con “el asesoramiento recibido, los precedentes y las expectativas de que podría revisarse a la baja” por la relación entre ambos bancos.

Durante estos meses desde el anuncio del nombramiento, Santander ha llevado a cabo conversaciones relativas a los términos de la salida de Orcel de la entidad donde trabajaba. “Ha quedado claro ahora que el coste para Santander de compensarle por su retribución diferida y otros beneficios sería una suma significativamente superior a la prevista inicialmente” por el consejo.

Es aquí donde la entidad considera “inaceptable” para un banco comercial hacer frente al coste de contratar a una persona “aunque sea de este nivel y esta trayectoria”. Sobre todo, según apunta el comunicado, “a la luz de los valores de la entidad y de la responsabilidad que tiene con las sociedades de los países en los que opera”. Así, el consejo en su reunión de este martes ha concluido que “no sería adecuado seguir adelante con el nombramiento”.

La empresa ha explicado a la CNMV que la decisión de frustrar el fichaje de Orcel se produce de la “modificación” de las bases sobre las cuales el consejo adoptó la decisión de designar al directivo. De ahí se desprende que el banco no contaba con tener que abonar estos beneficios adquiridos por Orcel.

El fichaje se dio por hecho en septiembre, donde llegó a producirse una fotografía conjunta de Ana Botín, Andrea Orcel y José Antonio Álvarez. Estaba previsto que Orcel se incorporara a sus nuevas funciones en los primeros meses de este año, algo que finalmente no se producirá.

Teniendo en cuenta el salario de Orcel en UBS y el hecho de los siete años de salario en diferido a los que tenía derecho en la entidad, el montante final del coste del fichaje por parte del Banco Santander rondaba los 60 millones de dólares (52 millones de euros), según informa la agencia de noticias Bloomberg. Esta agencia, referencia en información económica, apunta que “es raro que nombramientos de este tipo acaben con tal disputa”. Esta información apunta que Orcel no volverá a tener un cargo en UBS.

Por su parte, teniendo en cuenta el salario de Álvarez como consejero delegado de la entidad durante el año 2017, último ejercicio publicado, la retribución de Orcel habría rondado los 8,9 millones de euros. Álvarez percibió en concreto 6,44 millones de salario y 2,5 millones del plan de pensiones.

Tras el frustrado fichaje de Orcel, el hasta la fecha consejero delegado, José Antonio Álvarez se mantendrá en el cargo y fuentes de la compañía apuntan que no se buscará un sustituto. “Estoy segura de que continuaremos trabajando tan bien como en los últimos cuatro años, presentaremos juntos al mercado una actualización de nuestra estrategia en los próximos meses”, ha apuntado la presidenta de la compañía Ana Botín.

Álvarez iba a dejar el cargo para convertirse en vicepresidente ejecutivo del grupo y presidente de Santander España. Ahora, el directivo mantendrá el primero de los nombramientos pero no el segundo. La filial española seguirá teniendo a Rodrigo Echenique como responsable, hasta que se encuentre un sucesor.

Un ERE sobre la mesa

Sobre el frustrado fichaje, la presidenta del grupo, Ana Botín, ha asegurado que se trata de una decisión “difícil” pero que se ha tomado la “correcta”. Ha justificado que había que “sopesar el alto coste” de contratar a un profesional, a quien había que compensar por la pérdida de siete años de salario diferido, “con nuestra cultura corporativa que implica compromiso y responsabilidad con nuestros empleados, clientes y accionistas”.

La marcha atrás de Banco Santander toma especial relieve teniendo en cuenta un contexto en el que la compañía tiene previsto realizar un ERE este mismo año. El grupo tiene previsto fusionar a partir de la primavera la red de Santander con la de Popular, lo que ocasionará un plan de cierre de oficinas y un consiguiente recorte de plantilla.

Santander anunció en septiembre la reorganización de su estructura directiva, coincidiendo casi en el tiempo con los cambios en BBVA. En el caso de esta segunda entidad sí se ha completado la sucesión de Francisco González por Carlos Torres al frente de la entidad y con el turco Onur Genç como consejero delegado.