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Los bancos de inversión de Londres recuperan los megabonus que limitó Bruselas en la crisis financiera

Una de las sedes de Barclays.

Cristina G. Bolinches

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A los banqueros de la City de Londres les ha venido bien el Brexit. Los grandes bancos de inversión que operan en la capital británica están dejando atrás las limitaciones a los pluses que impuso la Unión Europea hace una década como consecuencia de la crisis financiera. Entonces, Bruselas decidió poner coto a esos bonus en los salarios tras el papel que tuvieron los directivos de las entidades financieras a la hora de medir los riesgos del negocio.

El último en hacerlo ha sido Barclays, pero no ha sido el único. Otras firmas, como Goldman Sachs o JPMorgan Chase, han elevado sus bonus y quitado las limitaciones, algo que permitieron las autoridades británicas después de que el país dejase de formar parte de la UE. Un paso que no solo busca mejorar la retribución de estos altos empleados, sino también convencerlos para se decanten por trabajar en la City londinense en lugar de en Estados Unidos donde esos salarios pueden llegar a ser mucho más elevados. 

En el caso de Barclays, según recoge la agencia Bloomberg, los directivos que asumen un determinado baremo de riesgos en su gestión podrán llegar a tener un bonus que multiplique por diez su salario base, aunque este de por sí ya sea alto. En el límite que puso la UE, solo podía multiplicarse por dos.

Esta medida, según ha justificado el banco, le permitirá “una mayor flexibilidad para diferenciar las bonificaciones individuales dentro de un grupo pequeño y definido de empleados”. “El límite revisado de las bonificaciones no alterará la forma en que Barclays establece su sistema de incentivos, que se basa en el rendimiento general del grupo”, justifica. De la medida quedarán fuera aquellas filiales del banco que sí operan dentro de la UE, como la irlandesa. “A nivel individual, la remuneración total seguirá basándose en el desempeño y en el mercado”, añade la entidad.

Hace un año, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) y la Autoridad de Regulación de Conducta Financiera (PRA) del Banco de Inglaterra ya abrieron la puerta al final de esas limitaciones a los bonus porque, justificaron, habían derivado en un aumento del salario fijo, el que podía multiplicarse por dos. Ahora, con este tipo de pluses, entienden que se valora mejor la ejecución de objetivos y los resultados de los empleados que tienen que asumir riesgos. 

Una decisión que recibió el aplauso de Ana Botín, presidenta de Banco Santander, que defendió que a este lado del Canal de la Mancha se debería hacer lo mismo. “Es un negocio en el que se debe recibir una compensación variable, así que creo que es una buena noticia, tiene mucho sentido”, aseguró en una entrevista con el rotativo británico 'Financial Times'. “Creo que eso [permitiría] una mejor alineación con los accionistas, por lo que sería positivo”, remarcó. 

Qué límites puso Bruselas

El modelo de gestión de la banca de inversión es una de las actividades financieras que pueden conllevar una muy alta exposición al riesgo, para mejorar la rentabilidad. Esa fue una de las premisas que hace una década llevó a la Unión Europea a poner límites salariales. Lo hizo después de los rescates de la banca y el descontento social por la crisis. 

“Los politicos tendrán cada vez más y más difícil explicar al gran público que algunos banqueros se están llevando bonus increíbles”, justificó en 2012 el entonces responsable de Mercado Interior de la Comisión Europea, Michel Barnier. “Si no regulamos ahora, nos arriesgamos a afrontar una reacción violenta”, aseguró.

Lo que hizo la UE fue poner límites pero abrir la opción para que los accionistas, si había acuerdo, fueran más generosos con los directivos de las entidades. En concreto, lo que aprobó –bajo el paraguas de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés)– es que las retribuciones variables por la consecución de objetivos de los banqueros no pudiesen exceder el 200% de su remuneración fija. Si se quiere superar ese ratio, lo debe aprobar la junta de accionistas con un quórum mínimo del 50% y con una mayoría del 66%, que se eleva al 75% si están representados menos del 50% de los derechos de voto de la sociedad. Es decir, se exige que una mayoría del accionariado vea bien elevar esas primas.

Además, Bruselas fijó que hasta el 25% de la remuneración variable se base en instrumentos financieros a largo plazo, es decir, diferidos a más de cinco años. 

Pero la regulación dejó resquicios y las entidades lo aprovecharon. Lo que hicieron algunas fue engordar la remuneración fija, lo que se cobra independientemente de los resultados personales o de la entidad. Por ejemplo, HSBC, puso en marcha una remuneración trimestral fija, lo que no solo supuso un mejor salario de partida, sino también de la base sobre la que se calculaba el variable. 

En España, los 10 principales directivos de los cinco grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter) se repartieron más de 45 millones en salarios durante el año 2023, como contamos en este tema. Como ejemplo, de los 12,24 millones de euros que percibió Ana Botín en el pasado ejercicio, la mejor pagada, la parte fija fueron 3,27 millones. En el resto, además del variable están otros conceptos, como más de 400.000 euros por asistir a comisiones o las aportaciones a su fondo de pensiones.

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