Los hogares tienden a confiar a los bancos sus ahorros incluso cuando estos no les producen ningún rendimiento. Los depósitos siguen siendo la principal reserva de la riqueza financiera de las familias frente a productos como los fondos de inversión o la compra de acciones o bonos. Prueba de ello es que a lo largo de este curso se ha acelerado la reserva en depósitos en los bancos, 40.000 millones más que al cierre de 2021. Ahora, en el sector comienza hablarse cada vez con más fuerza de la guerra por los depósitos, aunque en las primeras batallas son los pequeños bancos y las fintech las que han tomado la iniciativa, mientras las grandes entidades se mantienen a la espera.
El campo de la disputa es el siguiente. Durante años, los tipos de interés han estado en el 0% o incluso en negativo. Los bancos dejaron de remunerar a sus clientes por guardarles el dinero en cuentas de depósito e, incluso, a las grandes compañías e instituciones llegaron a cobrarles. El BCE dejó de incentivar que los bancos reservaran dinero en las cuentas de los bancos centrales —en un proceso conocido como “facilidades de depósito— para que se impulsase la financiación a la economía. Con la inflación disparada, el BCE ha puesto fin una década sin subir los tipos de interés y ya los ha elevado en dos ocasiones, primero 0,5 puntos y posteriormente 0,75 puntos.
De este modo, los bancos obtienen rendimientos por guardar reservas en las cuentas de los bancos centrales gracias a la subida de tipos. Es una estrategia monetaria que busca que haya menos dinero en la economía para intentar contener los precios. Es decir, tienen un 'colchón' que les remunera, en un momento en que a su vez están aumentando los precios de los préstamos y los retornos que consiguen por los mismos. Es una de las razones en las que basa el Gobierno la implementación de un impuesto extraordinario a los bancos.
Sin embargo, pese al beneficio que obtienen por dejar dinero en los bancos centrales, no lo trasladan a los clientes que a su vez dejan dinero en sus balances. En el sector se asume que tendrán que acabar pagando por estos depósitos pero distintas entidades consultadas apuntan a que todavía se va a tardar en ver estos movimientos por parte de los grandes bancos.
Son, sin embargo, las pequeñas entidades y los bancos online los que han empezado a agitar el árbol de las cuentas remuneradas. Se trata de un goteo continuado desde el inicio del verano de ofertas para captar a clientes que estén buscando, sin asumir riesgos financieros, un rendimiento por su dinero, aunque sea en un nivel inferior a la inflación. Hay incluso empresas financieras que no son estrictamente bancos que se han apuntado a esta incipiente guerra. Es el caso de Orange Bank o de Renault Bank. La 'teleco' y la automovilística han anunciado en los últimos meses una escalada en los rendimientos que pagan a sus clientes por guardarles el dinero.
Bancos con una base de clientes más pequeña o incluso grupos extranjeros buscan hacerse un hueco en el mercado pagando por depósitos. EBN Banco ha sido la última, esta misma semana, en anunciar una subida de los intereses con los que remunerará a sus clientes para sus depósitos a 12 meses. Pibank ha sido, por su parte, uno de los bancos foráneos que ha intentado hacerse una posición en este negocio con ofertas, como ya hiciera con la guerra de precios de las hipotecas. La italiana Mediolanum también ha lanzado una agresiva campaña por captar depósitos con altos intereses. Además, proliferan las plataformas digitales como Raisin que permiten acceder a cuentas de depósitos remuneradas de otros bancos situados en distintos países de la UE. Conviene, eso sí, analizar las ofertas de todas estas entidades porque en ocasiones pueden llegar con comisiones o necesidad de vinculación, así como un importe mínimo.
Remuneración muy baja
Pese a todos estos anuncios, las estadísticas muestran que la remuneración de las cuentas de depósito en España siguen en niveles muy bajos. El Banco de España elabora mensualmente un análisis de los tipos de interés a los que se firman las nuevas operaciones de depósitos. En julio, último dato disponible, la media de las nuevas operaciones estaba en el 0,09%, una cifra realmente baja si se compara con el mismo momento de hace una década, cuando la media estaba casi en el 3%. Si bien, muestra un recorrido al alza incipiente respecto a los datos de comienzo del año. Se hace más notable en operaciones de depósito que superan el año. En el caso de los depósitos de las empresas, se ha pasado a comienzos de verano de cobrar por ellos a remunerarlos, según los datos del Banco de España.
Los grandes bancos, por lo general, se mantienen todavía en la política que han practicado hasta la fecha. Únicamente Sabadell y Bankinter, de entre las principales entidades del país, han realizado movimientos incipientes en esta vía. El resto no ofrecen todavía cuentas remuneradas como sí se hacía antaño y todavía se demorarán un tiempo. Fuentes del sector consultadas por este medio señalan que existe un “decalaje” desde que se suben los tipos de interés hasta que se aplican de manera efectiva a los clientes. Además, entienden que las pequeñas entidades, al tener una base de clientes menor pueden permitirse remunerar más por los ahorros, mientras que la estructura de un gran banco todavía precisa de tiempo.
Hay directivos que abiertamente ya han planteado que van a esperar más tiempo antes de volver a remunerar. Tanto Santander como CaixaBank se han posicionado en esta vía. El consejero delegado de esta última, Gonzalo Gortázar, aseguró en julio, durante la presentación de resultados, reconoció que el banco no tiene sobre la mesa en estos momentos volver todavía a pagar por los depósitos. “Nuestra estrategia va a seguir no por la vía de remunerar los depósitos sino por la vía de ayudar a nuestros clientes a que obtengan mejores rentabilidades asumiendo un cierto riesgo que pueden asumir en función de sus objetivos y, sobre todo, de su horizonte de inversión”, señaló tras la primera subida de tipos y antes de que se conociera la envergadura de la segunda, la más alta de la historia. “Si no lo necesita en seis meses y lo que quiere es ahorrar para su jubilación, tiene muchas maneras de invertir su dinero a través de lógicamente soluciones de seguros, de rentas, de fondos que es mucho mejor que buscar que el banco le pague el 0,25 o el 0,50 que no tiene sentido financiero en entornos de elevada inflación”, explicó Gortázar.
Los bancos han seguido durante este año captando ahorros de clientes para los fondos de inversión que gestionan, una de las vías más importante de ingresos por comisiones de los últimos años. Sin embargo, la mala evolución de los mercados está provocando un año complicado para estos vehículos, que hasta agosto han cosechado una rentabilidad de cas el -7%. El patrimonio de los fondos de inversión registraba el mes pasado una caída de 5.400 millones de euros, con lo que el total se sitúa en 302.321 millones de euros. En el conjunto del año, el patrimonio ha retrocedido en más de 15.220 millones, según los datos de la patronal Inverco.