La crisis provocada por la COVID-19 ha dado el último empujón para consolidar el sistema financiero español. CaixaBank y Bankia están estudiando una fusión, lo que supondrá integrar al tercer y cuarto banco de España, según ha adelanto el diario Ara y ha confirmado elDiario.es. La operación contaría con el visto bueno del Gobierno, que a través del FROB, cuenta con el 61% del accionariado de la entidad madrileña.
Ambas entidades mandaron un comunicado a la CNMV a última hora del jueves en el que recalcaban que estaban “en negociaciones para analizar una fusión entre ambas entidades, sin que por el momento se haya alcanzado ningún acuerdo al respecto, más allá de la firma de un acuerdo de confidencialidad para intercambiarse información para valorar la operación”.
La fusión crearía el primer banco de España por activos con más de 650.000 millones, de los que 442.000 millones estarían aportados por la entidad catalana y Bankia aportaria otros 215.000 millones. Según publicó el diario Ara, el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri ocuparía la presidencia de la nueva entidad mientras que el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ocuparía el mismo cargo en el banco resultante.
Fuentes del Gobierno señalaron que “el equipo del FROB está permanentemente analizando las condiciones de mercado con el fin de proteger el interés público de la participación en Bankia. Como es natural, desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se tiene contacto frecuente con las principales entidades financieras del país”.
“En el caso de que esas conversaciones y estudios concluyan en una propuesta de acuerdo de fusión, el FROB los analizará con completa objetividad desde la perspectiva de generación de valor y optimización de su capacidad de recuperación de ayudas. Como se ha señalado reiteradamente, el Gobierno tiene una prioridad en relación con Bankia: proteger el interés general de los ciudadanos españoles, maximizar el valor de la participación pública y reforzar la estabilidad financiera del país”, según las mismas fuentes.
Hasta el momento se han recuperado algo más de 3.000 millones de los 24.000 millones que recibió Bankia en ayudas públicas cuando el Estado tuvo que salir en su rescate. Se desconoce cómo quedaría la participación del Estado en la entidad resultante.
Unidas Podemos califica la posible fusión de “preocupante”
El secretario de Estado de Derechos Sociales y secretario de Economía de Podemos, Nacho Álvarez, ha calificado la posible fusión de “preocupante” porque seguir profundizando en la “oligopolización” del sector financiero “no es una buena noticia” ni para la competencia del mercado ni para la estabilidad del sector. “La crisis anterior nos enseñó que tener entidades financieras ”demasiado grandes para quebrar“ (too big to fail) genera importantes riesgos para la estabilidad del sector: comportamientos de riesgo moral, de captura institucional...”, ha señalado Álvarez este viernes.
El dirigente cree que Bankia puede ser “el embrión” de una banca pública eficiente y el Estado no debe abandonar su participación en el capital “reprivatizando la entidad”. “El Estado invirtió 24.000 millones en sanear Bankia y por tanto debe proteger a los contribuyentes, que rescataron con sus impuestos la entidad. Las ayudas públicas deben servir para atender necesidades económicas generales, y no para mejorar la rentabilidad de otras entidades”, ha expresado. Entre sus críticas ha señalado, además, que las fusiones tienen “importantes implicaciones” sobre los trabajadores de las empresas y en esta ocasión ocurre en una situación de elevado desempleo.
El líder de Más País, Íñigo Errejón, ha afirmado que se trata de “una privatización encubierta de Bankia, rescatada con el dinero de todos los españoles”. Para el diputado, la posible fusión “es una irresponsabilidad” que nos hace “financieramente más frágiles” y pide al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos que evite la “concentración oligopólica”.
Fusiones como solución avalada por el BCE
El Banco Central Europeo ha pedido que los bancos europeos inicien un proceso de fusiones ante la pérdida de rentabilidad de las entidades financieras por el entorno de tipos bajos, la llegada de nuevos jugadores tecnológicos y la crisis impulsada por el parón de actividad que ha supuesto la pandemia de coronavirus.
El vicepresidente del Banco Central Europeo y exministro de Economía, Luis de Guindos, insistió este martes en que la banca europea debe abordar fusiones de forma “rápida y urgente” para hacer frente a la crisis del coronavirus. Según Guindos, si antes de la pandemia ya era “muy importante la necesidad de ajuste de costes” y eliminación del exceso de capacidad del sector bancario europeo, “con la pandemia dichas actuaciones se han hecho mucho más imprescindibles”. “La consolidación es un instrumento que puede ser útil” y “debería llevarse a cabo de manera relativamente rápida y urgente”. “Es necesario actuar”.
Solo hace dos días el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, admitía que las fusiones eran parte de la solución ante la caída de rentabilidad de las entidades españolas: “Existe margen para que se produzca alguna consolidación en el sector que contribuya a hacer que las entidades, y el sistema en su conjunto, sean más resistentes”.
Bankia registró un beneficio neto de 142 millones de euros durante el primer semestre de este año, un 64% inferior al obtenido hace un año, debido a las provisiones para hacer frente a posibles contingencias como consecuencia de la situación generada por el coronavirus. Por su parte, la entidad catalana registró un resultado atribuido de 205 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que supone una caída del 67% respecto a 2019. El resultado de 2020 incluye el registro de una provisión extraordinaria por los impactos futuros asociados a la COVID-19 por 1.155 millones de euros y un coste asociado a prejubilaciones de 109 millones de euros.
La cuota de mercado de Bankia en volumen de negocio era del 9,70% a 31 de diciembre de 2019, bastante inferior a CaixaBank, que alcanza el 28%. El banco catalán cuenta con más de 3.797 oficinas en España y más de 35.000 empleados mientras la entidad madrileña tiene 2.260 sucursales y no llega a los 16.000 empleados, pero ambos bancos habían emprendido planes de reducción de oficinas y personal ante los pobres resultados que habían cosechado en este año.
Como las dos entidades tienen su sede social en Valencia -CaixaBank abandonó Barcelona por las tensiones políticas independentistas y Bankia cuenta con sede en esa ciudad por la fusión con otras entidades- no se espera que se genere un problema político por la ubicación del banco ya que se mantendrán las oficinas principales tanto en la capital catalana como en Madrid.
Desde el Gobierno valenciano han apostado por que la sede esté -si sale adelante la fusión- en la ciudad de Valencia, al recordar que las entidades presididas por José Ignacio Goirigorzarri y Jordi Gual, por motivos diferentes, tienen su sede social en la ciudad: “Sería un hito muy positivo para la Comunitat Valenciana dentro del respeto absoluto a las decisiones que tomen dos entidades privadas”. Mientras que el nuevo 'conseller' de Empresa i Coneixement, Ramon Tremosa, señaló que “Caixabank tendría que volver a tener la sede en Cataluña” en TV3.