El expresidente de BBVA Francisco González ha admitido que sugirió a Rodrigo Rato que dimitiera en una reunión celebrada el domingo 6 de mayo de 2012 a la que también asistieron el presidente de Banco Santander, Emilio Botín, y el de La Caixa, Isidro Fainé, así como el entonces ministro de Economía Luis de Guindos.
Así lo ha señalado González, ahora cuestionado por su relación con el excomisario encarcelado José Manuel Villarejo, durante su declaración en calidad de testigo en el juicio que investiga la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011 que se celebra en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid).
“Yo, personalmente, le dije que dimitiera”, ha subrayado el testigo ante la sección cuarta de la sala de lo penal, añadiendo que la salida de Rato de la presidencia de Bankia era “lo mejor para todos y para dar una solución viable” al problema.
Asimismo, ha asegurado que, cuando le hizo esta sugerencia, el exministro de Economía Luis de Guindos asintió, mientras que Fainé estaba “dubitativo”. González ha remarcado que Rato no se lo tomó mal. “No recuerdo que tuviera una reacción negativa o violenta cuando le sugerí que dimitiera”, ha apostillado.
Por otro lado, el expresidente de BBVA ha dicho que pensaba que José Ignacio Goirigolzarri, quien después asumiría la presidencia de Bankia, nunca aceptaría ese puesto. De hecho, ha remarcado que “nunca pensó” que sería Goirigolzarri, anterior 'número dos' del BBVA, quien sustituiría a Rato.
Frenar la salida a Bolsa de Bankia
González ha asegurado que pensó que podía parar la salida a Bolsa de Bankia al negarse de forma “implacable” a participar en la operación, yendo así “en contra del poder político y de instituciones muy relevantes”.
“Pensábamos que BBVA era muy relevante y el no estar en la operación podía influir para que todo se parara, pero al final no nos hicieron caso”, ha indicado ante la sección cuarta de la sala de lo penal.
Según ha afirmado, el que no hubiera una orden de un inversor extranjero y el hecho de que la valoración que hicieron los técnicos de BBVA fuera tan baja, constataba que se iba a producir un “desastre”. “Creíamos que no valía nada o poco”, ha añadido.
En este sentido, González ha indicado que no cree que “hubiera dolo”, sino que se dieron un conjunto de circunstancias que provocaron tal situación. “No puedo decir que hubiera engaño, no creo que haya habido dolo, sino un conjunto de circunstancias propiciadas sobre todo por el poder político”, ha apostillado.
Asimismo, ha asegurado que negarse a participar en la salida a Bolsa de Bankia fue una decisión “muy complicada”, ya que iban en contra de las presiones y de los intereses del poder político, de instituciones “muy relevantes” y de todos los grupos económicos.
“Todos participaron menos BBVA”, ha subrayado, al tiempo que ha indicado que fue el propio Gobierno el que “impulsó” la oferta pública de suscripción (OPS).
“Si la salida a Bolsa fracasaba, España fracasaba”, ha recalcado González, para quien esta operación fue un “error”, ya que se hizo “justamente todo lo contrario de lo que se debía hacer”. “Yo siempre tuve la opinión de que las cosas no se estaban haciendo bien. Esa operación no debía seguir adelante”, ha dicho.
“Temor” al contagio
González ha afirmado que Bankia fue “la historia de un día” y que sus problemas despertaban “temor” en el mercado por un posible contagio al sistema financiero dado su tamaño, al tiempo que ha criticado que el Banco de España era el único que no quería aceptar el problema, por lo que el Gobierno, a través del Ministerio de Economía, tuvo que actuar.
“Bankia es la historia de un día. Todo el mundo estaba pendiente, despertaba temor por su tamaño; La sensación era de que había problemas muy graves y, o se hacía algo, o podía arrastrar a todo el sistema financiero”, ha asegurado el testigo ante la sección cuarta de la sala de lo penal.
Según ha relatado, en el año 2007 se inició la crisis, mientras que un año después los problemas se aceleraron. En España, no obstante, ha explicado que se mantuvo la posición de que se tenía el “mejor” sistema financiero, intentando ayudar a través del mecanismos de los SIPs. “Esto era, en definitiva, juntar cajas malas con cajas malas y sacar cajas peores”, ha añadido.
“En el caso de Bankia, Caja Madrid estaba en una situación complicada, pero probablemente no tanto. Como consecuencia del SIP empieza a deteriorarse y la inclusión de Bancaja fue el toque final”, ha subrayado el expresidente de BBVA.
González ha explicado que cuando De Guindos llegó al Gobierno tenía como principal tarea evaluar el desfase de capital del sistema financiero, por lo que decidió establecer el famoso decreto de provisiones conocido vulgarmente como 'Guindos I', que no sería suficiente y que llevó posteriormente a aprobar un 'Guindos II'. “Lógicamente afectaban más a las entidades más pequeñas que a las grandes”, ha señalado.
Las cotizaciones de las entidades financieras españolas venían cayendo desde 2010. “Las caídas eran muy grandes, sin duda”, ha aseverado. En ese momento, la percepción que se tenía sobre Bankia era “muy negativa”.
“Cuentas poco creíbles”
De hecho, el expresidente de BBVA ha reconocido que las cuentas de Bankia, en febrero de 2012, eran “poco creíbles”. “Los números que presentaba el banco eran una forma muy alejada de la realidad”, ha criticado.
Según ha precisado, los administradores tienen un margen para moverse al establecer los números, ya que algunos asuntos se basan en “juicios de valor”, pero la sensación en general fue que los beneficios eran “muy altos”. “Nadie se creía nada”, ha señalado.
Para González, los problemas de Bankia fueron un proceso de “deterioro continuo”, no repentino. “Los famosos SIPs no solucionaban nada, en el caso de Bankia, además, era agravarlo”, ha sentenciado. En este sentido, ha recalcado que el miedo era que la falta de credibilidad podía arrastrar a todo el sistema financiero y, después, a la economía, a las empresas y a las familias.
A principios de mayo, el entonces ministro de Economía Luis de Guindos convocó a los principales banqueros a varias reuniones. El motivo de la convocatoria, según González, era hablar de la situación económica, aunque también se habló de Bankia. “Había que hablar del tema, era lo que preocupaba a todo el mundo”, ha recalcado.
A esas reuniones acudieron el propio ministro y los principales ejecutivos de Bankia, del BBVA, del Santander y de Caixa, pero no asistió el Banco de España. “La entidad natural que debe regir estas cosas es el Banco de España y no estaba. Que cada uno haga su valoración”, ha reprochado.
El exbanquero, que fue presidente de BBVA durante más de dos décadas, ha indicado que la posición del supervisor, que antes también era regulador, era la de “ganar tiempo y aclarar los temas sin que entrara el Estado”.
“De alguna forma se había creado la sensación de que todo iba bien. Y todo no iba bien. Por tanto, por las razones que sean no puedo opinar. El Banco de España no quiso aceptar el problema y De Guindos tuvo que afrontarlo”, ha dicho.
Sin respuesta al caso Villarejo
González, que fue citado a declarar como testigo este miércoles ante la Audiencia Nacional, llegó diez minutos antes de la hora fijada por el tribunal presidido por Ángela Murillo.
A su entrada y, tras ser preguntado por periodistas por el 'caso Villarejo', el expresidente de BBVA ha dicho “hoy venimos a otra cosa”. Su comparecencia ha durado exactamente una hora y media.