Nuevo giro de guión en la relación BBVA-Banco Sabadell. BBVA ha lanzado una oferta pública de adquisición (opa) por la totalidad del Banco Sabadell. Una operación que contempla las mismas condiciones que la propuesta de absorción que presentó hace dos semanas la entidad dirigida por Carlos Torres y que fue rechazada por su competidor, por entender que minusvalora al Sabadell y su capacidad de crecimiento.
Se trata de una opa hostil, no pactada entre las partes, un movimiento muy poco habitual en la banca española, acostumbrada a las integraciones pactadas o llevadas por la necesidad de encontrar alguien que rescatara, como sucedió en la última crisis financiera. El Gobierno ya ha mostrado su rechazo a la oferta, porque “introduce efectos lesivos potenciales en el sistema financiero” y Sabadell recuerda que su consejo fue claro al decir no a la propuesta.
Carlos Torres ha respondido a estas críticas. En una conferencia con analistas ha reconocido que ya “han contactado con el Banco Central Europero (BCE) y que, en principio, no ve obstáculos pero tienen que seguirse los procedimientos. No tenemos una luz verde explícita pero sí una opinión favorable”. Y, en en cuanto a la posición del Gobierno, ha apuntado que “la transacción va a mejorar el apoyo a la sociedad a través del crédito”. “La entidad resultante va a generar resultados positivos para la economía y una base fiscal mayor. Para el país es bueno un banco más grande y el Gobierno seguro que va a respaldar el valor de esta transacción. Hay elecciones este domingo y hay mucha politicación, pero creo que el Gobierno aprecia el valor de esta transacción”, ha resumido.
La contraprestación ofrecida por BBVA a los accionistas del Sabadell, en esta opa hostil, es de una acción de nueva emisión por cada 4,83 acciones del banco de origen catalán, según se detalla la oferta comunicada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A ese precio, el valor de Sabadell rondaría los 12.000 millones de euros. Como referencia, hace cuatro años BBVA y Sabadell ya intentaron la fusión, que no salió adelante porque no llegaron a un acuerdo sobre el precio. Entonces, BBVA valoraba Sabadell en menos de la cuarta parte de lo que ahora propone.
Tras el rechazo este lunes a la oferta del BBVA por el banco presidido por Josep Oliu, el mercado esperaba una mejora de la propuesta, no solo en acciones, para intentar convencer a la dirección de Sabadell.
Sin embargo, en otro giro de guión, el BBVA aseguraba hace 24 horas que no tenía margen financiero para mejorar los términos de la oferta. “En nuestra propuesta ya hemos agotado todo el espacio que teníamos, al haber mantenido una prima del 30% a pesar de la gran subida relativa de vuestra acción desde mediados de abril hasta el día 29. Adicionalmente, desde el martes pasado el mercado también ha dejado claro que no hay más posibilidad de subida, pues la capitalización bursátil de BBVA ha descendido en el periodo en más de 6.000 millones de euros”, aseguraba Carlos Torres en esa carta donde reconocía que no tenía más margen.
Ser el segundo banco de España
Ahora, Carlos Torres asegura a la CNMV que el BBVA presenta “a los accionistas de Banco Sabadell una oferta extraordinariamente atractiva para crear una entidad con mayor escala en uno de nuestros mercados más importantes” y que “juntos tendremos un mayor impacto positivo en los territorios en los que operamos, con una capacidad adicional de concesión de crédito de 5.000 millones de euros al año en España”.
También asegura que “la transacción dará lugar a uno de los mejores bancos europeos, con una cuota en préstamos cercana al 22% en España. Por otro lado, BBVA mantendrá su actual política de remuneración a los accionistas y su compromiso de distribuir cualquier exceso de capital por encima del 12%”. Como contamos en este tema, si hay fusión entre BBVA y Sabadell, la nueva entidad, junto a Caixabank y Santander controlarán casi dos tercios de los activos y de los depósitos en España, lo que ahondará en la concentración del sector.
“Tras el cierre de la operación, BBVA será la segunda entidad financiera de España, uno de los mercados más relevantes del grupo y con buenas perspectivas a futuro”, afirma BBVA. Asegura que la integración “es positiva en el beneficio por acción”. Es decir, que sus accionistas ganarán más, “desde el primer año tras la posterior fusión de ambas entidades, con una mejora de alrededor del 3,5% una vez se produzcan los ahorros asociados a la misma, que se estiman en aproximadamente 850 millones de euros antes de impuestos”.
En su comunicación anterior ya había asumido que la fusión supone unos gastos por un valor aproximado de 1.450 millones de euros antes de impuestos. Este golpe afectará, en un primer momento, a la calidad del capital del futuro banco, a su la ratio CET-1, la de mayor calidad porque relaciona el capital de la entidad con sus activos ponderados por riesgo. Y queda por ver qué impacto tendrá en el empleo, donde los sindicatos ya han pedido que si hay salidas sean pactadas.
La opa, dirigida a la totalidad de las acciones de Sabadell, está condicionada a alcanzar más del 50% de aceptación de los accionistas.
Sabadell no tiene grandes inversores de referencia. Son principalmente grandes fondos, como el gigante Blackrock, con participaciones inferiores al 4%. También está el magnate mexicano David Martínez Guzman, que según la CNMV tiene casi el 3,5%.
A partir de ahora, aunque quedan muchos pasos, el futuro del Sabadell estará en manos de los accionistas si venden a BBVA o creen en la posición del Consejo. Además, estará sujeta a que la CNMV dé el visto bueno a los términos, a ver qué opina el Ministerio de Economía, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Banco Central Europeo.
De momento, el mercado ha reaccionado a la opa con una caída de casi el 7% en la cotización del BBVA y una subida de más del 3% en el caso del Sabadell.