El banco BBVA ha presentado una serie de medidas a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para tratar de desbloquear su oferta de compra (OPA) sobre Sabadell. Hace unos días, Competencia amplió a una segunda fase su análisis sobre la operación, para analizarla en profundidad, lo que ha dilatado la resolución de la propuesta de compra y de fusión.
BBVA califica las medidas que ha presentado como “inéditas” y asegura que con ellas busca “garantizar la inclusión financiera, el crédito a las pymes y la competitividad”, especialmente, señala en Catalunya y en la Comunitat Valenciana, dos de los territorios donde la unión de los dos bancos sumaría más sucursales, como contamos en este tema.
El banco encabezado por Carlos Torres asegura que estas medidas buscan “facilitar una pronta autorización de la unión con Banco Sabadell”. Entre los “compromisos concretos” que ha presentado figura que “no cerrará oficinas donde no haya otra cerca”. En concreto, a menos de 300 metros. En verano, la entidad aseguró que contemplaba el cierre de 300 oficinas una vez se efectúe la fusión, que depende de que salga adelante la OPA. Entonces, habló de un proceso de “racionalización” de la red comercial, porque en total había detectado 870 sucursales de BBVA y Sabadell situadas a menos de 500 metros entre sí. “Es un porcentaje inferior al 10% de la suma de la red de ambas entidades”, justificó entonces Onur Genç, consejero delegado de BBVA. Ahora habla de una distancia inferior a 300 metros.
También afirma que “mantendrá las condiciones comerciales para clientes particulares y pymes en aquellos códigos postales en los que haya menos de cuatro entidades”. Además, BBVA “se compromete a mantener durante 18 meses las líneas de circulante a todas las pymes y el volumen actual de crédito total a aquellas” pequeñas y medianas empresas “que trabajan únicamente con las dos entidades”.
“Estos compromisos mitigan en gran medida los riesgos identificados por la CNMC”, asegura el banco “muy focalizados en determinados territorios”. También añade que “continuará colaborando estrechamente con la autoridad para culminar cuanto antes el acuerdo de compromisos y la autorización del expediente”.
Competencia señala un duopolio en 50 municipios
Las nuevas medidas propuestas por el banco llegan después de que la CNMC haya publicado nota en la que da más detalles sobre por qué amplía su análisis sobre la operación. Explica que la “concentración supone la creación de una entidad líder en varios ámbitos dentro de la banca minorista” y que “a la vista de cuotas resultantes significativas en determinadas CCAA y provincias para los distintos segmentos de mercado [...] que superan los umbrales recogidos por la Comisión Europea para considerar que los efectos de una concentración son potencialmente problemáticos”.
En concreto, la CNMC señala que a “nivel municipal la operación no genera ningún monopolio” pero sí resultará una estructura de duopolio en 50 municipios“, aunque no los detalla. ”La entidad resultante tendría incentivo y capacidad para modificar las condiciones a los clientes particulares y a las pymes“, detalla la CNMC, ”sin riesgo de perder clientes en favor de otra entidad, allí donde la resultante quedaría como único operador o con reducida competencia que pueda disciplinar su actuación“.
“Podría ocurrir que, en ausencia de transparencia, BBVA traspasase a los clientes de Sabadell hacia sus propios productos automáticamente, dándose la posibilidad de que los productos que venía ofreciendo, lo fuesen en condiciones menos favorables que las de la entidad adquirida”, argumenta. “Del mismo modo, podría ocurrir que BBVA viniese ofreciendo productos con mejores condiciones y que, por falta de transparencia, no informase a sus nuevos clientes provenientes de Sabadell de que sus condiciones podrían verse mejoradas tras la operación”.
La CNMC también señala que “los clientes continúan demandando” servicios “asistiendo físicamente a las sucursales bancarias, muy especialmente los clientes mayores y pymes”. Y que “en aquellos municipios en los que la entidad resultante no se enfrenta a competencia, siendo estos un total de ocho municipios (uno de BBVA y siete de Sabadell), existentes con carácter previo a la operación, podrían producirse cierres de sucursales”.
Además, el organismo presidido por Cani Fernández apunta que “no puede descartar que la operación genere un riesgo de efectos unilaterales horizontales en forma de reducción del crédito a pymes, singularmente en aquellos ámbitos en los que la entidad resultante adquiere una posición significativa, se refuerza notablemente incrementándose la concentración” y se enfrenta a una “presión competitiva insuficiente”.
También pone el foco en el efecto entre otros aspectos, como el uso de terminales de pago (TPV). “No se puede descartar que la entidad resultante, tras eliminar a un competidor importante, tendrá un incentivo y la capacidad para empeorar las condiciones comerciales de estos servicios mediante el incremento del precio al comercio que demanda servicios de adquirencia (sea online o a través del uso del TPV), ya sea a través de un incremento de comisión por uso o bien una mayor tarifa mensual”.
Y de los cajeros. “El análisis de este mercado ha tenido en cuenta los acuerdos que Sabadell mantiene en la actualidad con otras entidades (como la Red Euro 6000), ya que su posible finalización podría perjudicar a los clientes” de esta entidad “que perderían acceso a la red de cajeros de dichas entidades en las condiciones en que venían haciéndolo, a pesar de que esta pérdida se vería compensada por la posibilidad de acceder a la red de cajeros BBVA”, refleja.