El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves subir los tipos de interés oficiales en la eurozona otros 0,25 puntos, hasta el 3,75%. El consejo de gobierno de la institución ha aumentado el 'precio' oficial del dinero por séptima vez consecutiva desde su reunión de julio del año pasado, y el euríbor (el índice respecto al que se calculan las hipotecas) amenaza con alcanzar el 4%, ya que este no será el último incremento, según ha asegurado la propia presidenta del organismo, Christine Lagarde.
“Está muy claro que el BCE no está haciendo una pausa. Queda terreno por recorrer”, ha dicho literalmente la francesa en la rueda de prensa posterior a la comunicación de su decisión. Dentro del consejo de gobierno [lo forman los gobernadores de los bancos centrales de la eurozona y el comité ejecutivo], “unos pensaban que era apropiado subir 0,5 puntos y otros 0,25, pero no escuché a nadie pedir cero”, ha precisado.
El ciclo de incrementos de los tipos de interés para luchar contra la inflación es el más agresivo de la historia del BCE. En total, 3,75 puntos porcentuales desde el 0% en el que se econtraban hace menos de un año. Con el objetivo de endurecer rápidamente las condiciones de financiación y ahogar la economía (destruir consumo, dañar a las empresas, a los estados de la eurozona...) para moderar así las subidas de precios.
Los 0,25 puntos de este jueves son el menor escalón de todo el ciclo, aunque la insitución insiste en su comunicado de este jueves en que “las perspectivas de inflación siguen siendo demasiado altas durante demasiado tiempo”. Para su reunión sobre política monetaria de dentro de seis semanas, en junio, Lagarde ha mantenido que las decesiones “dependerán de la evolución de los datos”.
La estrategia del BCE asume el riesgo de recesión y de aumento del paro. Y también la amenaza de dañar la estabilidad financiera, como se ha visto con los últimos colapsos bancarios en Estados Unidos y en Suiza, y los ataques especulativos en bolsa contra el Deutsche Bank, en el corazón de la eurozona, y a otras entidades como el Sabadell. Sobre este riesgo, el BCE insiste en que “el conjunto de herramientas de política monetaria está totalmente equipado para proporcionar apoyo de liquidez al sistema financiero de la eurozona si es necesario”.
Además, desde el propio BCE se viene señalando el efecto retardado de las subidas de los tipos de interés sobre la actividad económica en general. Un impacto que podría verse a partir de ahora, cuando los hipotecados a tipo variable afronten la renovación de sus cuotas mensuales a un coste no visto desde 2008, o se cambien a un tipo fijo muy elevado. O cuando las medianas y pequeñas empresas que necesiten financiación no puedan acceder a un préstamo, o lo hagan muy caro, limitando su capacidad de inversión.
“La inflación general ha disminuido en los últimos meses, pero las presiones subyacentes [sin tener en cuenta la energía por su mayor volatilidad] sobre los precios siguen siendo fuertes”, observa el BCE en su comunicado, en el que añade que “al mismo tiempo, las pasadas subidas de tipos se están transmitiendo con fuerza a las condiciones monetarias y de financiación de la eurozona, mientras que los retrasos y la intensidad de la transmisión a la economía real siguen siendo inciertos”.
Más 'leña al fuego'
“Se necesita mucho tiempo para que las decisiones del BCE se transmitan a la economía real y, sin embargo, la última encuesta sobre préstamos bancarios del BCE ya muestra que está a punto de provocar una grave contracción del crédito, comparable con la situación de la crisis financiera mundial de 2008”, lamenta Jordi Schröder, investigador de Positive Money Europe.
“En este contexto, no es razonable volver a subir los tipos de interés este jueves. En lugar de echar leña al fuego, el BCE debería haberse dado más tiempo para analizar con más detalle la velocidad y la profundidad de la transmisión de las rondas de subidas anteriores a la economía real, para evitar sobrepasarse y provocar una recesión profunda”, avisa este experto.
“La demanda de préstamos ha disminuido fuertemente, especialmente para compra de viviendas de los hogares, y para las empresas”, advierte Frederik Ducrozet, director de análisis macroeconómico de la gestora Pictet WM. El Banco de España publicó este miércoles su encuesta sobre esta cuestión, en la que destaca que durante el primer trimestre tanto los criterios de concesión de préstamos como, especialmente, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se habrían endurecido de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo. Y que a la par se ha producido una caída de la demanda de crédito.
Pese a la histórica pérdida de poder adquisitivo de las familias por la inflación, de momento, las economías de la eurozona resisten el golpe del BCE, especialmente la de nuestro país, por la fortaleza del mercado laboral, el crecimiento de los beneficios empresariales, el despliegue del Plan de Recuperación, las medidas 'anti crisis' del Gobierno y el tirón del turismo y del resto del sector exterior.
Y esa resistencia del crecimiento económico y la persistente de la presión de la subidas de precios, sobre todo de la inflación subyacente o más estructural, son las principales factores en las que el BCE está basando su agresividad en el endurecimiento de las condiciones de financiación.
Pero las señales desinflacionistas y los propios datos de marzo y abril ofrecen razones para que la institución redefina su estrategia. Por otra parte, en abril, el aviso sobre la estabilidad financiera fue la primera razón que hizo reflexionar al BCE.
Otro motivo que la institución esgrimió cuando inició el ciclo de subida de los tipos de interés en julio del año pasado fue detener la depreciación del euro en su cruce con el dólar, ya que en Estados Unidos los aumentos del 'precio' del dinero comenzaron antes y han sido incluso más agresivos. Este mismo miércoles, la Reserva Federal, el banco central norteamericano, decidó llevar los tipos de interés oficiales por encima del 5%, aunque este último incremento de 0,25 puntos podría haber sido el último.
Este fin de ciclio en Estados Unidos retira presión sobre el euro, cuya debilidad era un problema para la eurozona porque encarecía las importaciones de petróleo o gas, materias primas que están denominadas en dólares en los mercados internacionales, y que de por sí ya estaban disparadas. Esta cuestión estaría ya resuelto, por la caída de los precios energéticos en general y por la apreciación de la 'moneda común' en los últimos meses.
De hecho, un euro demasiado 'fuerte', por ejemplo contra divisas como el yen japonés, perjudica a las exportaciones de la eurozona, lo que cobra mucha importancia para potencias industriales como Alemania.
Más herramientas del BCE
“Los tipos de interés oficiales del BCE siguen siendo la principal herramienta del consejo de gobierno” para luchar contra la inflación, según explica el comunicado de este jueves. “Paralelamente, se seguirá reduciendo la cartera del programa de compra de activos (APP) a un ritmo medido y predecible”, y recuerda que “prevé interrumpir las reinversiones al amparo de este programa APP a partir de julio de 2023”.
“En cuanto al PEPP [el programa de compras de deuda de emergencia], el BCE tiene intención de reinvertir los pagos del principal de los valores adquiridos hasta al menos finales de 2024”, prosigue.
“Además, el Instrumento de Protección de la Transmisión [TPI, por sus siglas en inglés] está disponible para contrarrestar dinámicas de mercado desordenadas e injustificadas que supongan una grave amenaza para la transmisión de la política monetaria en todos los países de la eurozona, lo que permite al consejo de gobierno cumplir con mayor eficacia su mandato de estabilidad de precios”, concluye la institución.