La hoja de ruta del Banco Central Europeo (BCE) recoge hasta cuatro bajadas de los tipos de interés oficiales en 2024, según ha podido saber elDiario.es. El “escenario central” de su consejo de gobierno contempla que el ciclo de recortes del 'precio' oficial del dinero empezaría en junio y lo llevaría del 4,5% actual al 3,5% o 3,25% al cierre del año. Una bajada que supondría un alivio para las familias hipotecadas a tipo de interés variable, para las que necesiten acceder a un préstamo o, del mismo modo, para las empresas endeudadas o que necesiten financiación.
El consejo de gobierno del BCE se reúne este jueves para decidir sobre el 'precio' oficial del dinero (respecto al que se mueve por ejemplo el Euríbor). El principal órgano de la institución monetaria está conformado por los gobernadores de los bancos centrales de cada país del euro (entre ellos el español Pablo Hernández de Cos) y por el comité ejecutivo, al que pertenecen la presidenta Christine Lagarde y el vicepresidente Luis de Guindos, entre otros. Está descartado que el consejo de gobierno inicie este mismo jueves el ciclo de recortes, pero la moderación de la inflación apunta a que lo hará antes de verano, “incluso en abril, si hay un frenazo de la actividad económica más acusado de lo esperado”.
Lo que también se puede dar por seguro es que ni Lagarde ni ningún otro miembro del consejo de gobierno del BCE confirme esta hoja de ruta públicamente, de momento. Pero la moderación de la inflación es ya un hecho irrefutable (en febrero bajó al 2,6% en el conjunto de la eurozona, y al 2,8% en España) y el riesgo empieza a ser un crecimiento económico débil en el medio plazo, con la excepción destacada de nuestro país.
Es decir, dentro del BCE está brotando la preocupación sobre la posibilidad de que la austeridad monetaria haya infligido un daño crítico a los familias y a las empresas, después de la agresiva etapa de aumentos de los tipos de interés desde julio de 2022, cuando estaban en el 0%, hasta el 4,5% en los que los dejó en septiembre, para luchar precisamente contra las subidas de precios. Una estrategia que ha buscado asfixiar el consumo de los hogares y la capacidad de inversión de las empresas o de gasto de los propios estados, que están teniendo que ajustarse a las nuevas reglas fiscales de la UE.
La razón por la que Lagarde y los suyos han acordado “no atarse las manos” en sus comunicaciones es el temor a un nuevo repunte, inesperado, de la inflación. De hecho, este miedo es la única razón que retrasaría para después de junio la primera bajada de tipos en la eurozona.
Así, continúa el choque entre las visiones más agresivas dentro del consejo de gobierno (los representantes de Alemania o de Países Bajos), que siguen pidiendo que se vigilen las mejoras de los salarios y las tensiones de los precios en el sector servicios (sobre todo en los alimentos, en la hostelería o en resto del ocio), y las posturas que reconocen que “no hay que correr, pero tampoco esperar demasiado”.
“El BCE debe iniciar cuanto antes la rebaja de los tipos de interés. La inflación que enfrenta Europa tiene su origen en la oferta productiva y la política monetaria no es eficaz ni adecuada para combatirla; pues el banco central puede imprimir billetes, pero no barriles de petróleo, metros cúbicos de gas, microchips o alimentos. La escasez o estrés momentáneo de los precios de estos productos es lo que ha provocado la escalada inflacionista. Cuando se han relajado, la inflación ha remitido”, defiende el equipo económico de Sumar en un informe publicado este martes.
La inflación está “muy cerca del objetivo del 2% del banco central y con una clara tendencia a la baja. La inflación con origen en el aumento de los precios de la energía y las materias primas es un problema de reparto, que se resuelve con mayor eficacia que subiendo tipos, estableciendo topes a los precios, impuestos y subvenciones, es decir, desde la política fiscal y regulatoria”, continúa el documento del ala más a la izquierda del Gobierno de coalición.
¿Solo dos bajadas de tipos en 2024?
A principios de febrero, la OCDE publicó la actualización de sus previsiones económicas y aseguró que el BCE solo recortará los tipos de interés oficiales en dos ocasiones en 2024. Concretamente, 0,25 puntos porcentuales cada vez, empezando en julio y repitiendo en el último trimestre, hasta dejarlos en el 4%.
El organismo internacional explicó entonces que “el efecto acumulado del endurecimiento [de las condiciones de financiación para luchar contra la inflación] continúan transmitiéndose a la actividad económica, a la vivienda [por el encarecimiento de las hipotecas] y a los mercados crediticios en general [a las empresas o a la deuda pública]”.
“La política monetaria [que deciden los bancos centrales] debe seguir garantizando que las presiones inflacionarias se contienen de forma duradera”, añadió el equipo de expertos de la OCDE en su último informe, asumiendo el riesgo de recesión que recorre toda la eurozona. “Existe margen para empezar a reducir los tipos de interés oficiales siempre que la inflación siga disminuyendo”, incidieron desde el organismo.
Este proceso de flexibilización de la política monetaria comenzará “en el segundo trimestre” en Estados Unidos, según las estimaciones de la OCDE. La Reserva Federal (Fed), el banco central norteamericano, empezó antes y llegó más lejos en su lucha contra la inflación, hasta el 5,5%. La Fed decidirá sobre el 'precio' oficial del dinero el 20 de marzo.
“Siendo la política monetaria ineficaz para luchar contra la inflación, el alza de los tipos de interés beneficia a algunos países y castiga a otros. A Alemania le beneficia, pues tiene una posición neta acreedora, mientras que a España la penaliza. Allí los bancos sí están remunerando adecuadamente los ahorros de los hogares y empresas; no hay casi hogares hipotecados y los pocos que hay lo están a tipo fijo. La subida de tipos le sirve a Alemania para amortiguar las consecuencias económicas del corte de suministro del gas ruso. En España, en cambio, la mayoría de los hogares hipotecados lo están a tipo variable y los bancos no han elevado de igual manera que los centroeuropeos la remuneración de sus depósitos”, concluyen en Sumar.