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El BCE recorta los tipos de interés 0,25 puntos por tercera vez al 3,25% ante el estancamiento de la eurozona

El ministro de Economía, Comercio y Empresa de España, Carlos Cuerpo y la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

Daniel Yebra

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El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido recortar los tipos de interés 0,25 puntos, hasta dejar la principal referencia en el 3,25% (la facilidad de depósito, que se traslada automáticamente al Euríbor). La institución monetaria sigue aliviando las condiciones de financiación ante la moderación de la inflación en el conjunto de la eurozona y para insuflar oxígeno a la economía, sobre todo por el estancamiento de Alemania y la debilidad del crecimiento de Francia.

“El proceso desinflacionario está bien encaminado”, dice el Consejo de Gobierno del BCE en su comunicado de este jueves. Además, en la rueda de prensa habitual, la presidenta de la institución, Christine Lagarde, ha señalado “una actividad económica más débil de lo esperado”, principalmente en el sector industrial, y también ha citado un menor gasto de los hogares o la desaceleración de la creación de puestos de trabajo. Con “riesgos a la baja” por las amenazas de una caída de la confianza de empresas y familias y del impacto del genocidio de Israel al pueblo palestino de Gaza y también de sus ataques a Líbano. Aunque la francesa ha querido aclarar que el crecimiento de la economía no es la preocupación principal del BCE, ya que su mandato es la estabilidad de los precios.

La institución ha bajado el 'precio' oficial del dinero tres veces (en todas las ocasiones 0,25 puntos) en este capítulo de austeridad monetaria. La primera, en junio, como principio del fin de un agresivo ciclo de incrementos que comenzó en 2022 para luchar contra la inflación. La segunda, el mes pasado, cuando tras un ajuste técnico lo dejó en el 3,5%.

Este jueves, el principal órgano de decisión del BCE ha cumplido con las expectativas. Unas previsiones (de inversores y expertos) que, más a largo plazo, se han movido de una bajada cada trimestre de aquí a otoño, hasta alcanzar un nivel del 2% o el 2,25%, a un ritmo de cinco bajadas consecutivas para llegar a la misma meta en primavera. La próxima reunión del Consejo de Gobierno del BCE se celebra el 12 de diciembre, cuando los economistas de la institución actualizarán sus estimaciones macroeconómicas.



Las subidas de precios se moderaron ya al 1,7% en el conjunto de la eurozona en septiembre, en tasa interanual. Y al 1,5% en España. Es decir, la inflación está por debajo del objetivo teórico del 2% del BCE. Mientras, la debilidad de la actividad económica en algunos países, entre ellos Alemania o Francia, es evidente. Sobre todo, en el sector industrial —España es una excepción positiva y lidera el avance del PIB entre los grandes economía de la UE—. En este contexto, el abaratamiento de las condiciones de financiación resulta clave, tanto para las familias hipotecadas o para las que buscan un préstamo, como para las empresas que quieren invertir.

Eso sí, de momento, las condiciones de financiación en la eurozona “siguen siendo restrictivas”, lo que en la jerga monetaria significa que continúan dañando la demanda. Además, el Consejo de Gobierno y Lagarde mantienen el mantra de que sus decisiones  “dependen de los datos” y que se toman “reunión a reunión”.

Ni una alusión al crecimiento económico en su comunicado

“Se espera que la inflación aumente en los próximos meses, antes de descender hasta el objetivo en el transcurso del próximo año. La inflación interna sigue siendo alta, ya que los salarios siguen aumentando a un ritmo elevado”, explica el comunicado de prensa publicado por el BCE este mismo jueves. Un texto en el que no alude en ningún momento al crecimiento económico, aunque Lagarde sí lo ha hecho en la rueda de prensa. El comunicado cierra con un contundente: “El Consejo de Gobierno no se compromete de antemano con una trayectoria de tipos de interés concreta”.

“Corremos el riesgo de acercarnos a un punto de inflexión, cuando algunas empresas podrían empezar a dejar de crear puestos de trabajo porque la recuperación llega demasiado lenta, y entonces podría haber algún tipo de efecto bola de nieve”, afirmó recientemente Martins Kazaks, gobernador del banco central de Letonia, una de los 'halcones' más agresivos del Consejo de Gobierno del BCE.

Su posición es importante porque, básicamente, los 'halcones' son los que asumen más claramente la amenaza de que la austeridad monetaria acabe provocando una recesión, ya que priorizan la moderación de la inflación. De hecho, las voces más moderadas llevan meses advirtiendo de que la política monetaria es una transatlántico que corre el riesgo de estrellarse si empieza a girar demasiado cerca de puerto.

En el escenario más extremo, en el que las subidas de los tipos se hayan pasado de frenada y que la inflación caiga por debajo del 2% dentro de un año o más adelante, el principal miedo pasaría a ser la deflación. Este es un 'monstruo' todavía más empobrecedor que la inflación porque iría ligado a una recesión y a la destrucción de empleo.

El recorte de los tipos de interés de este jueves es “un paso en la dirección correcta”, admite Positive Money. “Pero con la actividad empresarial desacelerándose en la eurozona y economías como la alemana en declive, es crucial tomar medidas más drásticas”, continúa esta organización sin ánimo de lucro que trabaja por una política monetaria más justa.

“Ahora que la inflación está por debajo del objetivo del 2%, el foco debería desplazarse hacia apoyar nuestras economías y acelerar las inversiones que más necesitamos, especialmente en la transición 'verde', que se ha visto frenada por los altos tipos de interés”, destacan los expertos de Positive Money.

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