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El BCE sube los tipos de interés 0,5 puntos, el doble de lo anunciado, ante la crisis de precios

Andrés Gil

Enviado especial a Fráncfort —
21 de julio de 2022 14:17 h

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El Banco Central Europeo ha inaugurado una nueva época: ha subido los tipos por primera vez en 11 años. Y lo ha hecho el doble de lo anunciado inicialmente, medio punto, 50 puntos básicos, cuando la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, habló de 0,25 el pasado 9 de junio, tras una reunión de urgencia. Es la mayor subida de tipos en 22 años del BCE.

El BCE pretende pinchar la burbuja de la inflación, aunque la inflación no es cosa solo de un exceso de demanda, sino de un contexto de guerra en Europa y de crisis energética. Pero el BCE busca con su subida una regulación de otro tiempo: subir los tipos recorta el consumo, dificulta la capacidad de endeudamiento, encarece los préstamos y las hipotecas e incentiva el ahorro. Pero eso poco tiene que ver con el flujo energético de Gazprom, por ejemplo, o con un mercado marginalista energético que, como reconoce la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado de tener sentido ya.

“Las decisiones nos ayudan a reducir la inflación”, ha dicho Lagarde: “Analizaremos las decisiones reunión a reunión”. Lagarde también ha defendido la puesta en marcha del TPI, el nuevo instrumento, “un escudo que nos asegura que la política monetaria se transmite por todos los países de la zona euro. El TPI es una nueva herramienta que puede activarse cuando haya amenazas para la política monetaria. Dependerá de la severidad de los riesgos, las compras no están restringidas de antemano, y ayudará al BCE en el mandato de estabilidad de precios”. Lagarde ha destacado que la aprobación del TPI ha sido “por unanimidad” dentro del Consejo de Gobierno, en alusión a las reticencias anunciadas por algunos de su miembros halcones: “Todos los miembros de la zona euro pueden participar en el TPI, según los criterios de elegibilidad y cómo se activa el instrumento. El TPI es un programa para afrontar los riesgos de todos los países de la zona euro, y son elegibles en función de unos criterios. Si se activa, el Consejo de Gobierno analizará la situación, y será a discreción del Consejo de Gobierno”.

En este sentido, Lagarde ha dicho que las condiciones de la nueva herramienta antifragmentación del BCE incluyen el cumplimiento de los hitos del fondo de recuperación europeo: “El instrumento se ha creado en tiempo récord”.

Así, el Consejo de Gobierno del BCE ha decidido este jueves elevar los tres tipos de interés oficiales de la entidad en 50 puntos básicos. En consecuencia, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito aumentarán hasta el 0,50%, 0,75 % y 0,00 %, respectivamente, con efectos a partir del 27 de julio de 2022.

“Los indicadores anuncian que los precios de la energía seguirá altos, con una inflación en junio del 8,6%. Los cuellos de botella, contribuyen a la inflación”, ha dicho Lagarde: “Esperamos que la inflación esté tan alta durante un tiempo, pero con el tiempo los precios tenderán a bajar y los cuellos de botella a relajarse. El mercado laboral se mantiene vigoroso, con datos bajos de desempleo”.

En cuanto a los riesgos, Lagarde afirma que “la prolongación de la guerra es un riesgo, que afecta en la confianza, en la cadena de suministros y la desaceleración económica. Los riesgos de la inflación siguen altos, y a medio plazo afectará a la erosión de la economía. Si la demanda cae a medio plazo, relajará los precios”.

“La decisión contribuirá al retorno de la inflación al objetivo a medio plazo del BCE, fortaleciendo el anclaje de las expectativas de inflación y asegurando el ajuste de las condiciones de demanda para la consecución de su objetivo de inflación a medio plazo”, afirma el BCE: “El paso para salir de los tipos de interés negativos acordado hoy [por este jueves] permite al Consejo de Gobierno una transición a un enfoque en el que las decisiones sobre los tipos de interés se adoptarán en cada reunión. La senda futura de los tipos de interés oficiales que acuerde el Consejo de Gobierno continuará dependiendo de los datos y le ayudará a cumplir su objetivo de inflación del 2% a medio plazo”.

“La materialización de los riesgos de inflación, la reinversión del PEPP y la creación del TPI”, ha dicho Lagarde, “son las que nos han llevado a decidir una subida de tipos superior” a la anunciada previamente: “Todos llegamos al consenso de los 50 puntos básicos”. ¿Y en septiembre? “Dada la situación tomada hoy, las siguientes decisiones las tomaremos mes a mes y paso a paso. Dependerá de los datos que tengamos en septiembre y estamos en una senda de normalización para llegar a la senda del 2%. Decidiremos mes a mes, reunión a reunión, en función de los datos. Somos más flexibles, e iremos subiendo los tipos hasta que llegue al punto de ajuste”.

“El coste de la financiación de los bancos y de las personas aumentarán, es obvio”, prosigue Lagarde: “Lo que tenemos que hacer es bajar la inflación al 2% a medio plazo, es el momento de cumplirlo: ha pasado del 8,1% al 8,6% en el último mes, a lo que se añade la apreciación del dólar con respecto al euro, que tiene relación con la inflación también por las compras de bienes en dólares”.

TPI: nuevo instrumento para aplacar las primas de riesgo

Este jueves el Banco Central Europeo también concreta el instrumento para embridar las primas de riesgo en los países que lo necesiten anunciado en una reunión de urgencia hace un mes en Fráncfort, un mecanismo para responder a la presión sobre la deuda de países como Italia, sumido además en una nueva crisis política. Ese nuevo instrumento antifragmentación debe poder gastar más en unas jurisdicciones que en otras –en España, Italia, Francia y Grecia, por ejemplo–.

“El Consejo de Gobierno ha considerado que el establecimiento del Instrumento para la Protección de la Transmisión (Transmission Protection Instrument, TPI) es necesario para apoyar la transmisión efectiva de la política monetaria. En particular, mientras el Consejo de Gobierno sigue normalizando la política monetaria, el TPI asegurará la transmisión fluida de la orientación de dicha política a todos los países de la zona del euro. La unicidad de la política monetaria del Consejo de Gobierno es condición indispensable para que el BCE pueda cumplir su mandato de mantener la estabilidad de precios”, dice el BCE.

El banco central añade: “El TPI se sumará al conjunto de herramientas y puede activarse para contrarrestar dinámicas de mercado no deseadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en el conjunto de la zona del euro. El volumen de las compras en el marco del TPI dependerá de la gravedad de los riesgos para la transmisión de la política. No se han establecido restricciones ex ante para las compras. Al salvaguardar el mecanismo de transmisión, el TPI permitirá al Consejo de Gobierno cumplir con mayor efectividad su mandato de mantener la estabilidad de precios”.

“En cualquier caso”, dice el BCE, “la flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de la cartera del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) que vayan venciendo sigue siendo la primera línea de defensa para contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión relacionados con la pandemia”.

La banca gana

Son tres los países en los que se espera un mayor rédito para la banca con la subida de los tipos de interés: España, Italia y Portugal. La Europa del sur es la que ha sido señalada como la región en la que sus bancos van a salir más beneficiados.

Moody's señaló que se espera que los bancos españoles, junto con los italianos y portugueses, se vean más beneficiados que los del norte de Europa. La principal razón que señala esta casa de análisis es que se trata de mercados donde hay un gran porcentaje de las hipotecas concedidas que están a tipo variable y, por tanto, van a tener mayores ingresos para los bancos con la subida de los tipos de interés. Para el resto de Europa, sin embargo, el efecto va a ser “gradual y moderado”.

Fitch, por su parte, señaló que de entre esos tres países, son los bancos españoles los que se van a ver más beneficiados con el cambio de la política de tipos de interés. La agencia justificó este análisis apuntando a que, pese a que España no recuperará hasta el año que viene el nivel prepandemia de PIB, este curso va a encabezar la mejora de la economía, al menos en el sur de Europa. Esto “proporciona mejores oportunidades de negocio para los bancos domésticos”, indicó. Fitch argumentó, además, que la demanda de hipotecas está siendo resiliente en el país. A ello se suma que los bancos españoles llegan a esta situación con un ahorro importante de costes, tras los miles de despidos y de cierres del año pasado, y tendrá un importante aumento de los ingresos.