El beneficio de las socimis se desploma un 93% durante la pandemia y su valor en Bolsa cae un 15%

Economía

6 de julio de 2021 14:02 h

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Los fondos de inversión y las socimis han hecho una apuesta por la vivienda en alquiler en España, que no se ha visto frenada durante el año de la pandemia. En concreto, el sector inmobiliario invirtió 2.000 millones de euros en el mercado residencial, lo que supone el 24% de todo lo invertido en España durante el último año. Con ello, se ha duplicado su peso respecto al total de lo invertido por el sector ya que en 2019, antes de la crisis sanitaria, era del 12%. Solo la inversión en locales comerciales se mantiene por encima de la vivienda en alquiler en cuanto a la evolución del sector en 2020.

Este dato se desprende de un informe de la inmobiliaria JLL y BME, la compañía que gestiona la bolsa española, que, aunque centrado en el mercado de las socimis, analiza las tendencias del conjunto del sector inmobiliario tras el año de la pandemia. Los autores del informe analizan que el “buen desempeño” de este negocio se debe a que se obtienen unos “ingresos estables” y una alta ocupación. Esto ha llevado a que haya aumentado un 22% la inversión en vivienda residencial, tanto entre empresas que ya estaban en el mercado como nuevos competidores. El estudio señala que se espera que el peso sobre el total del sector siga aumentando.

JLL considera que España se ha convertido en un “mercado con potencial” para los inversores en operaciones conocidas como BTR, que consiste en construir para dedicarlo directamente al alquiler. Así, destaca que las propias promotoras inmobiliarias están creando filiales dedicadas al alquiler de vivienda, aunque en el pasado eran sectores diferenciados. El informe remarca que son los fondos de inversión y las socimis las que están impulsando el crecimiento que está teniendo la inversión inmobiliaria en vivienda en alquiler, en pleno debate en el seno del Gobierno sobre si habrá una regulación sobre las rentas.

Tanto los locales comerciales como las viviendas en alquiler se han convertido en los dos productos con mayor inversión en España durante el año de la pandemia, debido al desplome que tuvieron las oficinas, que hasta el momento era el principal negocio de las inmobiliarias en el país. La pandemia ha causado un freno en este segmento del 80%. Sin embargo, el informe considera que se va a producir una subida paulatina en la contratación de oficinas ya que avanza que el impacto del aumento del teletrabajo va a ser limitado. Justifica esta conclusión recordando que el teletrabajo será voluntario, por lo que las empresas están obligadas a mantener sus oficinas, si bien estas cambiarán su diseño, dando lugar a nuevos modelos de oficina.

Sin embargo, el informe se centra en analizar la evolución que han tenido las socimis, ese vehículo de inversión inmobiliaria que tiene ventajas fiscales a cambio de algunas exigencias. Según los datos del estudio, las 80 sociedades de este tipo redujeron su beneficio neto un 93,4% en 2020 respecto al año anterior, tras el impacto contable que supuso en sus cuentas de resultados la menor valoración de los activos inmobiliarios. Además, registraron un valor bruto de sus activos de 51.277 millones de euros, un 1,1% menos.

Esta reducción se tradujo en una aportación negativa de 360 millones de euros al resultado de estas empresas, en contraste con la aportación positiva de 1.607 millones de euros que la valoración produjo en 2019. En total, la crisis se saldó en 2020 con un impacto contable de 2.000 millones de euros.

En su conjunto, la capitalización bursátil de todas estas socimis asciende a 22.000 millones de euros, lo que supone un descuento significativo respecto a la valoración real de sus activos en el mercado y un 14,7% menos en comparación con la situación anterior a la pandemia. Según destaca el documento presentado este lunes, solo cuatro sociedades suman más que las otras 76. Todo esto desencadenó un hundimiento en el reparto de los beneficios a los accionistas del 38,6% y un recorte a la inversión del 45%, acompañado de un incremento de la deuda financiera neta total del 1,5%.