El pasado 4 de febrero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, viajó a Berlín, para una cita con la jefa de filas de la derecha europea, Angela Merkel. Ávidos por conocer su versión (y a la vez expresar su opinión) sobre los papeles de Bárcenas, un grupo de españoles emigrados a Berlín, vinculados al 15M y al colectivo que edita el blog Berlunes, se dispusieron a recibirlo con lo que han bautizado como ‘escrache musical’.
El plan consistía en plantarse frente al edificio de la cancillería junto a la Puerta de Brandeburgo. En el momento en que la Octava Compañía del Batallón de Guardia se dispusiera a ‘rendir los honores’ de su rango a Mariano Rajoy, un trompetista tomaría la delantera para interpretar la música de la película de El Padrino.
Pero la situación no se produjo como estaba prevista. La policía local de Berlín, avisada por la preceptiva información que los convocantes le remitieron por ser un acto en la vía pública, impidió que el grupo de unas 200 personas pudieran acercarse al lugar donde, efectivamente, sonaron las notas del himno de España en honor de Rajoy. El trompetista interpretó la melodía de El Padrino para los convocados, pero la comitiva de Rajoy y Merkel solo escuchó la pieza que tocaba la banda militar.
Decididos a que su ‘escrache musical’ fuera escuchado de manera efectiva por sus destinatarios, el colectivo Berlunes realizó durante el mes siguiente otra convocatoria. Pedían que el mayor número de músicos posible (Berlín es hoy un polo de atracción de toda suerte de artistas) se citara frente a la embajada de España en la capital alemana para interpretar una versión sinfónica de la melodía de El Padrino.
El resultado fue la formación de un improvisado conjunto de 20 músicos que, tras una jornada de ensayos, se congregó el viernes 22 de marzo en el parque de Tiergarten, frente al edificio neoclásico de la embajada que, en su día, Hitler entregó al Gobierno de su aliado Francisco Franco.
La convocatoria pedía que los únicos instrumentos de protesta fueran los musicales, y en su defecto, la voz de los asistentes, evitando cualquier pancarta o expresión que no fuera la propia música. El único adorno no musical que se permitió fue una indumentaria negra coronada con gafas de lentes oscuros.
Con el escenario nevado y en medio de un intenso frío, http://vimeo.com/62490067 la melodía de El Padrino fue interpretada tres veces, dos en versión instrumental con voces solistas y, la segunda, sumándose en coro medio centenar de personas que acompañaron a la orquesta.
Los promotores del escrache pidieron también para este segundo acto el permiso policial. En el pliego de su demanda informaban que era únicamente un acto musical, sin gritos ni pancartas. Los miembros de los cuerpos del orden que, discretamente, acompañaron a músicos y publico, al terminar el acto recomendaron a los manifestantes que, para la próxima vez, llevaran algún cartel explicativo en alemán “para que los berlineses entiendan cuál es el objetivo del acto”.
Ayuda y sátira
El colectivo Berlunes edita un blog que tiene cuatro años de vida con dos objetivos. El primero, ayudar a los emigrantes españoles en su llegada e inserción “no siempre sencilla” a la vida de Berlín. Con este objetivo ofrecen un buscador de ofertas de empleo y han publicado distintos artículos en los que dan una visión realista de la vida del nuevo emigrante “alejada del tópico de Españoles por el Mundo”.
Insisten en la importancia de conocer el idioma alemán y, con el estilo satírico que les caracteriza han bautizado como “método segoviano” la pretensión de la Cámara de Comercio de la ciudad castellana de enseñar alemán en tres meses a los aspirantes a emigrantes.
El segundo objetivo es intervenir en el debate político español desde la perspectiva que les otorga la vida en Alemania. Han creado una llamada Escuela de Berlinología desde la que sesudos catedráticos dan clases magistrales sobre los asuntos más polémicos.