Biden se tiene que conformar con la mitad de su paquete económico y climático y sin el impuesto para multimillonarios
Aunque lo ha tenido que reducir de 3,5 billones a 1,75 billones, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves que, después de meses de “duras negociaciones” entre los demócratas, tiene “un marco económico histórico” para su paquete de 1,75 billones de dólares.
“Nadie consiguió todo lo que quería, yo incluido. Pero ese es el compromiso. Eso es consenso”, recalcó el mandatario. Este nuevo plan mantiene las inversiones en el clima y la educación infantil que estaban previstas en el proyecto inicial de 3,5 billones de dólares, pero abandona promesas electorales como la garantía de una baja de maternidad y familiar pagada a nivel nacional, la prolongación de la ayuda económica de 300 dólares al mes por hijo, la posibilidad de educación universitaria gratuita y reduce las posibilidades de un plan de regularización para los inmigrantes indocumentados.
Estas declaraciones las hace después de semanas de reuniones a puerta cerrada con los legisladores demócratas, en especial con los senadores centristas de Virginia Occidental y Arizona, Joe Manchin y Kyrsten Sinema, respectivamente. El Senado está dividido 50-50 entre los dos partidos, por lo que cada voto azul es esencial para dar luz verde al ambicioso plan que no cuenta con el apoyo de ningún republicano. Desde que tomaron las dos Cámaras tras las elecciones de 2020, los demócratas solo se han puesto de acuerdo para un plan económico, el billonario plan de estímulo para recuperarse de los efectos de la pandemia.
Para Biden era fundamental intentar adelantar lo máximo posible su plan de gasto social antes de su viaje a la cumbre de líderes del G20 en Roma este fin de semana, desde donde luego irá a la cumbre del clima COP26 en Glasgow.
Uno de los puntos más fuertes de este nuevo proyecto es la lucha contra la crisis climática y, según el New York Times, se invertirán 555.000 millones de dólares del presupuesto para combatir el cambio climático, en gran medida a través de incentivos fiscales para fuentes de energía de baja emisión. El tabloide también indica que se destinarán 400.000 millones de dólares para proporcionar seis años de preescolar gratuito universal para todos los niños de 3 y 4 años, así como 150.000 millones de dólares para construir un millón de unidades de viviendas asequibles. Por su parte, funcionarios de la Administración de Biden dijeron que la medida sumará unos 1,75 billones de dólares. No obstante, el New York Times apunta que sumará 1,85 billones de dólares.
En su conferencia de prensa sin ronda de preguntas, el mandatario destacó que este plan es “fiscalmente responsable” y “está totalmente pagado”, pero dijo que dará más detalles cuando vuelva de su viaje a Europa de seis días. La medida se pagará en su totalidad mediante nuevos impuestos y reducirá el déficit al generar unos 2 billones de dólares en ingresos mediante una serie de cambios en el sistema tributario. Biden subrayó que no se subirán los impuestos a nadie que gane menos de 400,000 dólares, una de sus promesas electorales.
Si el mandatario consigue aprobar esta propuesta, así como su plan de infraestructuras de 550,000 millones de dólares, el Congreso habrá aprobado un gasto de 5 billones de dólares en los 10 meses transcurridos desde su toma de posesión, un gasto interno histórico.
Sin embargo, su plan para que los más ricos paguen un nuevo impuesto que financie estos gastos no salió adelante. El presidente del Comité Financiero del Senado, el demócrata Ron Wyden, anunció que el cambio en el código fiscal de 107 páginas que redactó afectaría a los que tengan un patrimonio mayor a los 1.000 millones de dólares o ingresos mayores a los 100 millones de dólares al año. Así como un nuevo impuesto del 15% para las corporaciones con mayores ingresos.
El fundador de Amazon, Jeff Bezos, y el director general de Tesla y SpaceX, Elon Musk, forman parte de los 700 estadounidenses que tendrían que pagar más impuestos si entrase en vigor el conocido como “impuesto de ingresos para los multimillonarios”. Estos nuevos impuestos serían la clave para recolectar cientos de millones de dólares y así subvencionar el plan de Biden, pero además le permitirían conservar su promesa electoral de no subir los impuestos a quienes ganen menos de 400.000 dólares al año.
“Los estadounidenses que cobran más pueden permitirse pagar un poquito más para poder hacer inversiones históricas en nuestros trabajadores, nuestra economía y nuestra competitividad”, aseguró el miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Una de las novedades de este texto es que los inversores tendrían que declarar sus acciones en Bolsa. Hasta ahora no hay que declarar al fisco las ganancias obtenidas por inversiones hasta que se vendan las acciones. El mercado de valores se ha vuelto aún más elitista con la pandemia: según la Reserva Federal, el 10% más rico de los estadounidenses ahora posee el 89% de todas las acciones de Estados Unidos. La medida tendrá que esperar.
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