El mercado del alquiler se mueve actualmente entre la preocupación del Gobierno y de inquilinos por la burbuja hacia la que se camina y el interés de los inversores por hacer negocio en un sector cuyas rentas crecen a un ritmo alto. Entre estos últimos, un protagonista en los últimos años esta siendo el fondo buitre Blackstone, que esta semana ha dado un paso de gigante para convertirse en uno de los mayores caseros de España: la compra de Testa Residencial.
El movimiento corporativo tiene una importancia estratégica para el fondo, puesto que le supone un gran salto en el mercado residencial en alquiler. En concreto se ha hecho con el 50,01% del capital de Testa Residencial, la mayor socimi de vivienda en alquiler de España, que hasta ahora estaba controlada por BBVA, Santander, Merlin y Acciona.
Con este acuerdo, Blackstone controlará la gestión de más de 10.600 viviendas en alquiler, lo que le permite engrosar una cartera de activos residenciales que superará los 20.000. La operación supone además un dominio absoluto entre las socimis dedicadas a la vivienda en alquiler. El fondo buitre se hace con la más importante de ellas, lo que le supondrá controlar las cuatro empresas de este tipo más grandes de España, todas ellas cotizadas en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB): Albirana, Fidere, Torbel y, ahora, Testa. Sus carteras suman más del 80% de las casas que están bajo control de las socimis cotizadas en este mercado alternativo. El valor conjunto de estas más de 20.000 viviendas ronda los 3.500 millones de euros.
Blackstone invertirá casi 950 millones por la mitad de la compañía, lo que supone valorar a Testa en en casi 1.900 millones de euros. El inversor, a través de la sociedad Tropic Real Estate Holding, ha anunciado su compromiso para mantener la oferta en las mismas condiciones para el resto de las acciones, y convertirse en el propietario del 99% de la sociedad. En la primera fase se ha hecho con el 25,24% del BBVA, el 16,95% de Merlin, y algo más de un 7% que estaba en manos de Santander, que se mantendrá como el segundo accionista del grupo. Acciona mantiene el 20% del capital.
Testa Residencial es una inmobiliaria creada con el negocio de viviendas en alquiler procedente de Sacyr y de Metrovacesa. La operación ofrece una salida a los actuales accionistas, que intentaron ya la desinversión la pasada primavera, sacando a la compañía a Bolsa. Finalmente, este movimiento fue cancelado y se acabó optando durante el verano por su salida al MAB. El año pasado ingresó 85 millones de euros en rentas, aunque en el folleto de emisión defendió que había capacidad para elevar los alquileres hasta un 25%.
A estas 20.000 viviendas en alquiler que pasan a aglutinar Blackstone a través de sus cuatro socimis habría que sumar los activos procedentes de Banco Popular que decida destinar a este negocio. Aquella operación incluía 8.000 millones en activos residenciales, que permanecen en Quasar, la sociedad que controla al 51% con el Banco Santander.
Pero el dominio de Blackstone en España va más allá del mercado residencial. En apenas cuatro años, la compañía ha creado, a través de distintas sociedades, un gigante en el sector inmobiliario valorado en más de 20.000 millones de euros. El gestor estadounidense, considerado el mayor propietario de ladrillo del mundo y uno de los mayores fondos de capital riesgo, entró en España con la compra de activos problemáticos de Catalunya Caixa, pero su operación más conocida, y polémica, fue la adquisición de cerca de 1.800 viviendas procedentes del parque público del Ayuntamiento de Madrid, entonces dirigido por Ana Botella.
Otra gran compra para la compañía ha sido este mismo año la opa lanzada sobre Hispania, la mayor socimi hotelera de España, con una cartera de 46 establecimientos. A esta lista se suma ahora el acuerdo en Testa Residencial.