Ana Botín y José María Álvarez Pallete son dos de los principales ejecutivos españoles a nivel internacional. La primera, preside el cuarto banco europeo por volumen de activos. El segundo está al frente de la tercera compañía de telecomunicaciones de Europa por volumen de ingresos. Las posiciones que ostentan ambos les otorga un potente altavoz mediático, tanto en España como a nivel europeo, y ambos han coincidido en los últimos tiempos en poner el foco de sus discursos en un punto: la regulación.
La banca y las telecomunicaciones, por ser sectores estratégicos y que pueden provocar desequilibrios económicos, son dos de las actividades más reguladas en España y en la Unión Europea. Ahora, tanto Botín como Pallete coinciden en solicitar que esta regulación se cambie o, incluso, se relaje, para poder hacer frente a los nuevos modos de competencia a las que se exponen ambos sectores y que, además coinciden. Las grandes tecnológicas. Tanto la actividad bancaria como la de telefonía han visto la entrada de estos actores en sus dominios, hasta ahora vetados a empresas ajenas a sus sectores. WhatsApp o Telegram son ya herramientas con una fina frontera con las telecomunicaciones, al tiempo que Google, Amazon y Facebook se mueven para dar sus primeros pasos en servicios financieros.
Son estas razones las que llevan a ambos ejecutivos a coincidir en varios puntos de sus análisis y que confluyen en una petición en favor de los cambios de reglas. En concreto, ambos apuntan que con el actual marco regulatorio los nuevos competidores no tienen las mismas reglas que aquellos que ya estaban en el sector. También coinciden en apuntar que estas normas impiden que se pueda trabajar más rápido en la digitalización y en el lanzamiento de actividades con las que competir con estos nuevos actores en el mercado.
El tema es recurrente en cada participación pública de la presidenta del Santander. E incluso se ha servido de grandes medios financieros internacionales para emitir sus críticas a la regulación. En una tribuna en el Financial Times a comienzos de este año, Botín hizo un llamamiento a “resetear” la regulación. En concreto, apuntaba que la normativa que se estableció tras la crisis de 2008, agravada por la situación del sistema financiero, no vale para el marco actual tras la pandemia. “Ahora el régimen regulatorio necesita otro restablecimiento para abordar tres desafíos críticos”, aseguraba, en referencia a la recuperación económica, la transición verde y la competencia digital.
“La regulación ahora favorece a las empresas de tecnología que intermedian los servicios financieros sobre los bancos”, aseguraba Botín sobre, lo que entiende, es un desequilibrio en la normativa. “Las grandes empresas de tecnología se están convirtiendo en plataformas de préstamos sin tener que cumplir con la mayoría de las regulaciones bancarias”, expresaba la presidenta del Santander, quien pedía “nivelar el campo de juego” para “eliminar la ventaja que las empresas de tecnología han tenido durante los últimos 10 años”. Pese a ello, reconocía que la presencia de las grandes tecnológicas es todavía “relativamente pequeño”.
No era la primera vez que hacía un acercamiento similar al tema de la regulación. Apenas una semanas antes el banco celebró un foro en el que participó Botín junto con el CEO de Blackrock, el mayor inversor del mundo y primer accionista del banco, Larry Fink. “Necesitamos una única regulación, más justa, tanto para los que estamos como para los nuevos operadores”, aseguró en la conversación con el ejecutivo de Blackrock, uno de los más influyentes del sector financiero a nivel mundial. “A nosotros un paso nuevo nos lleva varios meses más que a los que llegan nuevos porque estamos sujetos a la regulación bancaria”, señaló. “La regulación no ayuda a los bancos, pero la competencia de los nuevos actores que se atienen a otras normas, tampoco”, zanjó. Declaraciones como esta se han repetido en los últimos años en distintos foros donde ha tenido ocasión de confrontar con el actual marco regulatorio.
Aunque siendo un sector distinto el de las telecomunicaciones, Pallete ha planteado en distintos momentos un discurso muy similar al de la presidenta del Santander. En un reciente evento con otros directivos del sector, el responsable ejecutivo de Telefónica pidió el “respaldo de los reguladores” ya que “Europa se enfrenta a reglas de juego desequilibradas y a políticas anticuadas en el sector de las telecomunicaciones”. En concreto, el sucesor de César Alierta al frente de la antigua empresa pública abogó por “avanzar en la desregulación del sector de las telecomunicaciones y establecer nuevas normas para el mundo digital”. “Animo a los reguladores a que sean valientes, a que sean audaces, para que olviden la regulación tradicional y adopten otra adaptada al mundo digital”, zanjó. No era la primera vez que hablaba de desregular en el sector de las telecomunicaciones. En otoño, en un foro empresarial, aseguró que “no se trata de regular más sino de desregular más” para evitar que “sigan jugando en el mismo campo compañías reguladas con otras que no lo están, no es justo ni viable”.
Esta misma semana ha retomado este posicionamiento en la presentación de resultados de la compañía, donde volvió a hacer un llamamiento a las autoridades europeas a cambiar su modelo regulatorio. “Las reglas de competencia se han quedado obsoletas. No compito con Vodafone, con Orange o con MásMóvil, competimos con las plataformas de mensajería o también con las de vídeo”, subrayó el directivo.
Más allá de las tecnológicas
Además de las peticiones de desregulación para competir con las tecnológicas, donde coinciden ambos directivos, sus discursos han incluido también protestas por las normas específicas a sus sectores. Por ejemplo, Ana Botín ha sido crítica con el veto a los dividendos que impuso en Banco Central Europeo el año pasado por la crisis del coronavirus y que se ha levantado, en parte, para este ejercicio; o con las exigencias que los reguladores hacen a los bancos para que acumulen capital en su balance para hacer frente a los desequilibrios en caso de crisis.
Por su parte, Pallete se ha mostrado abiertamente crítico con la presión en precios que se hace en el sector de las telecomunicaciones por los nuevos operadores, de lo que culpa a los reguladores. “He buscado en qué parte de los tratados europeos dice que nuestro sector tenga que ser deflacionario”, ironizó en la presentación de los resultados de la compañía. “Somos el único sector que en los últimos años ha sido siempre deflacionario. Ofrecemos más calidad y más servicios, pero los precios han seguido cayendo por la competencia artificial introducida en el sector de las telecomunicaciones. Supone un error estructural ante el que se necesita un nuevo enfoque industrial”, ha llegado a asegurar Pallete, criticando el importante número de operadoras que existen en Europa. “Aquí hay 400 y en China o EEUU son cuatro, no tiene sentido lo que ocurre en Europa. Tenemos la mitad de ingresos por cliente que en EEUU”, zanjó.
Estos discursos vienen de años atrás, pero se han intensificado con el contexto que deja en la economía la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Aunque son dos sectores con realidades y funcionamientos muy diferentes, coinciden en que son negocios que viven lejos de sus mejores momentos de rentabilidad, con problemas para incrementar sus ingresos en sus actividades tradicionales, ya sea en la banca (con las hipotecas) o en las telecomunicaciones (con llamadas y conexión a internet). A ello se suma que hay cada vez un mayor número de competidores, no solo en el plano digital, que han llevado a ambos sectores a guerras de precios.