Brasil señala al gigante chino BYD por la construcción de una fábrica de coches en “condiciones similares a la esclavitud”
Los grandes fabricantes de coches no viven un momento tranquilo. Una inquietud que sobrevuela, por ejemplo, a los productores chinos, ante la batería de aranceles que están imponiendo tanto Europa como Estados Unidos para hacer frente a la creciente competencia de sus vehículos eléctricos, mucho más baratos. A uno de esos gigantes de la automoción china, BYD, le ha surgido, además, un nuevo problema: la acusación por parte del Gobierno de Brasil de que se han empleado trabajadores en “condiciones similares a la esclavitud” durante la construcción de una fábrica en ese país.
El Ministério do Trabalho e Emprego (MTE) brasileño aseguró, en plena Navidad, que había “rescatado” a 163 obreros en la región metropolitana de Salvador, la capital del Estado de Bahía. Trabajaban en la construcción de la fábrica de BYD, que está siendo realizada por una empresa intermediaria, Jinjiang Group. Las investigaciones, según explica el Ministerio en un comunicado, comenzaron el 9 de diciembre y, en ellas, también ha participado la Policía y la Fiscalía brasileña.
Esas inspecciones pusieron de manifiesto, según el Ministerio, una batería de presuntas irregularidades, tanto en las condiciones de trabajo, como salariales y sanitarias. Por ejemplo, el MTE detalla que a los trabajadores se les “retenía el pasaporte, lo que impedía tanto la salida como el regreso a su país de origen”, que se les exigía realizar jornadas laborales que “llegaban a las 10 horas diarias” con “días libres irregulares” y que se veían “obligados a descansar, a menudo, sobre los materiales de construcción”. También, que “se les retenía el 60% de sus salarios y solo recibían el 40% en moneda china”.
“Las condiciones precarias, combinadas con jornadas de trabajo agotadoras, provocaron frecuentes accidentes laborales”, indica el Ministerio de Trabajo. “Uno de los trabajadores denunció un accidente ocular sin acceso a atención oftalmológica adecuada, mientras que otro sufrió un accidente atribuido a la falta de sueño, provocado por jornadas de trabajo extenuantes y condiciones de alojamiento degradantes”, argumenta.
En cuanto a estas últimas, el MTE afirma que inspeccionó los alojamientos, gestionados por la empresa china Jinjiang Construction Brazil, y habla de “condiciones extremadamente degradantes para los trabajadores”. “Las camas no tenían colchones, no había armarios y los objetos personales se guardaban junto con la comida. Los baños eran insuficientes y precarios” y menciona que “solo un baño daba servicio a 31 trabajadores”.
“Esta precaria situación sanitaria obligaba a los trabajadores a levantarse a las 4 de la mañana para hacer cola y salir a trabajar a las 5:30 de la mañana. Además, los baños no estaban separados por sexo, carecían de asientos y se encontraban en condiciones de higiene inadecuadas”, remarca.
Tras la investigación del Ejecutivo brasileño, BYD aseguró que había cortado todos los vínculos con la empresa contratista, según recoge la agencia Reuters, y que estaba colaborando con las autoridades brasileñas para dar asistencia a los 163 empleados.
Sin embargo, hay más mar de fondo. Según la misma agencia, la compañía contratista, Jinjiang publicó en la red social china Weibo que se ha “etiquetado injustamente” a los empleados como “esclavizados”, lo que “hace que sientan su dignidad insultada”. Unos comentarios que, en esa misma red social, replicó un responsable de Marca y Relaciones Públicas de BYD, Li Yunfei, para asegurar que “fuerzas extranjeras” estaban “difamando deliberadamente a las marcas chinas” para “socavar la relación entre China y Brasil”.
Al margen de esas respuestas, el Ministerio brasileño asegura que, en los últimos días, se ha reunido tanto con BYD como con Jinjiang Construction Brazil y que se ha realojado a los trabajadores en hoteles. También, de los más de 160 empleados, casi una decena tiene previsto regresar a China en las próximas semanas. El próximo martes está prevista una nueva reunión donde las empresas tienen que responder a las exigencias que han planteado las autoridades brasileñas.
La pelea por ser el mayor fabricante de eléctricos
Este escándalo laboral puede dañar la imagen de la multinacional asiática en Brasil, uno de los grandes mercados que, además, ha aprobado elevar los aranceles a partir de 2026, desde el 18% actual hasta el 35%.
BYD no solo es uno de los mayores fabricantes chinos de coches eléctricos. También está peleando mano a mano con Tesla por ser la empresa del sector que logra un mayor volumen de ventas. De hecho, este otoño superó al gigante estadounidense. En el tercer trimestre del año 2024, el que va del 1 de julio al 30 de septiembre, BYD facturó el equivalente a 27.200 millones de euros, mientras Tesla se quedó en 24.200 millones. Eso sí, hay diferencias en cuanto al negocio, porque BYD también hace híbridos enchufables, no solo eléctricos.
En España, las ventas de BYD se dispararon más de un 750% en 2024, según los datos que publican las patronales del sector. Pasaron de los 628 vehículos que comercializó en 2023 a los 5.393 del ejercicio que acaba de terminar. Pese al crecimiento exponencial, aún está lejos de Tesla, porque la marca fundada por Elon Musk matriculó 16.680 coches en los pasados 12 meses, un 26% más que un año antes.
La compañía china se ha revestido a sí misma de una historia de superación. Por ejemplo, señala que BYD es un acrónimo de la expresión en inglés 'build your dreams'. Su fundador es Wang Chuanfu, quien en la década de 1990 puso en marcha una empresa de baterías, para lo que tuvo que pedir un crédito de algo más de 300.000 euros. Años después, transformó la empresa en una compañía de coches eléctricos asequibles y, de ahí, al éxito y a conseguir el respaldo como accionistas de gigantes de la inversión como Blackrock o Berkshire Hathaway, el brazo inversor de Warren Buffett.
Las acusaciones por las condiciones de trabajo en Brasil no son ni mucho menos un caso aislado. También en diciembre, el Ministerio de Trabajo destapó otro caso similar, de 14 empleados que trabajaban en “condiciones similares a la esclavitud” en el festival Rock in Rio 2024 y a más de un centenar de niños y menores empleados en mercados callejeros de diferentes ciudades.
Solo en 2023, la Fiscalía brasileña detectó más de 3.000 personas trabajando en este tipo de condiciones. Unas situaciones que también se han ligado a empresas españolas. Hace más de una década, el Ministerio de Trabajo brasileño puso de manifiesto las condiciones laborales de uno de los proveedores de Inditex en ese país, que tuvo que llegar a un acuerdo con la Administración y comprometerse a mejorar las condiciones de producción de las empresas subcontratadas.
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