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La brecha entre el salario medio de hombres y mujeres se agrandó en 2017

Imagen de archivo de una trabajadora.

Laura Olías

La brecha entre el salario medio bruto de hombres y mujeres se agrandó el pasado año, tras disminuir en 2015 y 2016. Los datos de salarios que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) muestran que el salario medio de los hombres ascendió el pasado año a los 2.090,6 euros y el de las mujeres, que también subió aunque menos, alcanzó los 1.668,7 euros. La brecha entre ambas remuneraciones medias se situó en los 421,97 euros, frente a los 414,65 euros de diferencia registrada en 2016. Esto significa que las mujeres cobraron de media el 80% del salario de los hombres, por lo que la brecha salarial se situó en el 20,2%, algo superior a la de 2016 (20%).



Según explica el INE, una de las razones principales de estas desigualdades en salario medio por sexo es “que las mujeres trabajan a tiempo parcial, con contratos temporales y en ramas de actividad menos remuneradas en mayor proporción que los hombres”.

La brecha entre los salarios medios de hombres y mujeres ha fluctuado en la última década y, en 2017, se situó por encima del inicio de la crisis. El pasado año la diferencia alcanzó los 421,97 euros mientras que hace una década la distancia era de 393,69. Ese dato de 2007 es el más bajo de los últimos diez años, seguido del registrado en 2016 (414,65 euros) tras caer ese ejercicio y en 2015.

Las mujeres concentran los menores salarios

El salario medio mensual en términos brutos de todos los trabajadores fue de 1.889 euros el pasado año, lo que supone un aumento del 0,6% respecto a 2016. El sindicato UGT ha subrayado que, dado que el IPC aumentó un 2%, los salarios perdieron 1,3 puntos porcentuales de poder de compra.

Detrás del dato de salario medio, hay grandes diferencias en la concentración de trabajadores en los salarios más altos y más bajos. El INE desglosa a todos los asalariados (15.682.300 personas) por deciles salariales, es decir, se ordenan los trabajadores según la cuantía del salario mensual percibido y se dividen después en diez grupos iguales. En el decil 1 se concentran el 10% de trabajadores asalariados con menores salarios y en el décil 10, el 10% con mayores salarios medios.

Si se observan los diferentes deciles por sexo, se observa que las mujeres concentran los menores salarios medios, mientras que los hombres copan los deciles con mayores remuneraciones.

El 40% de las mujeres asalariadas se situó en los tres deciles con salarios medios más bajos, por debajo de los 1.230,9 euros. Este porcentaje duplica al de los hombres: solo el 20,6% de los asalariados varones se situó en estos deciles con menos remuneración.

En el decil más bajo, con salarios medios por debajo de los 717,2 euros mensuales, se encuentra un 15,1% de las mujeres asalariadas, frente al 5,3% de los empleados hombres.

En cambio, si se atiende a los tres deciles con mayores salarios medios, por encima de los 2.136,3 euros, los hombres copan estos niveles. El 34,7% de los hombres ingresaron ese salario medio o más en 2017, frente al 24,9% de las mujeres.

El trabajo temporal y parcial, con salarios más bajos

El INE recuerda que uno de los factores más importantes en la determinación del salario es el tiempo de trabajo. Trabajar menos de la jornada habitual, a tiempo parcial, “implica una mayor probabilidad de estar en tramos inferiores de remuneraciones”.

En 2017, el salario medio bruto de los trabajadores con jornada parcial fue de 731,44 euros mensuales, una cantidad que disminuyó frente a la de 2016, mientras que el de los empleados con jornada completa ascendió hasta los 2.120,76 euros.

Este tipo de trabajo de jornada reducida es realizado mayoritariamente por mujeres. De los 2.616.600 asalariados empleados a tiempo parcial el pasado año, el 73,2% eran mujeres.

En general, el trabajo a tiempo parcial ha aumentado durante la crisis y sus niveles en la actualidad están por encima de los registrados hace una década: en el tercer trimestre de 2018, 2.713.800 ocupados tenían jornadas parciales, un 13,9% del total de trabajadores frente al 11% con jornadas reducidas de hace una década.

Este incremento se ha alimentado sobre todo de un empleo parcial no deseado: en la última EPA, el 54,3% de los trabajadores con estas jornadas reducidas explicaba que tenía ese horario por “no haber podido encontrar trabajo de jornada completa”. Ese porcentaje era del 32,9%, en 2007.

Además, las personas contratadas de manera temporal también obtienen salarios inferiores. El salario medio de los asalariados con contratos indefinidos fue de 2.086,69 euros al mes, mientras que el de los temporales se situó en los 1.343,45 euros. En este sentido, la tasa de temporalidad –proporción de asalariados con contratos temporales sobre el total de asalariados– de las mujeres es superior a la de los hombres: 27,5% y 25,9% en 2017, respectivamente.

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